Una fuerte preocupación se vive hoy en Chile, especialmente por las autoridades económicas, dado el bajo precio del cobre, nuestro producto estrella de exportación, que amenaza gravemente las arcas fiscales del país. En el primer semestre de este año, Codelco aportó con US$ 875 millones al Fisco chileno, contribución un tercio más baja que la efectuada en el mismo período de 2014; y además pasó a convertirse en el menor aporte al Estado en seis años de la minera nacional, a pesar de algunos esfuerzos realizados por la empresa para congelar y disminuir costos. Es que la caída en el precio del metal rojo ha golpeado fuerte los ingresos de la minera y del Fisco por cierto. Aquí literalmente cada centavo cuenta; de hecho, por cada centavo de dólar menos en el precio se reciben US$ 36 millones menos de aporte. Estimaciones de la propia Codelco admiten que con un precio bajo los US$ 3,2 la libra, ya no sería factible hacer aportes al Estado.
El problema es que la situación del bajo precio del cobre no se espera que cambie tan pronto, pues las proyecciones lo siguen situando bajo los US$ 3 la libra al menos en los siguientes doce meses. Es que el escenario general cambió y habrá que acostumbrarse. El denominado súper ciclo de los commodities o la época dorada ya es historia. Esta nueva etapa afecta por cierto no sólo a Chile, sino a América Latina, pasando por la soja, donde Brasil y Argentina son importantes productores, además de Paraguay y Uruguay; el petróleo venezolano; hasta el cobre donde se afectan la economía chilena y peruana. Los menores precios de estas materias primas están afectando directamente la economía de estos países.
En el caso de la Región de La Araucanía, donde el producto más exportado es la celulosa, la tendencia ha sido similar y este año 2015 el precio de la tonelada de celulosa ha caído en torno a 8%, pasando de US$ 930/tonelada en enero hasta los US$ 850 en julio 2015. Este hecho también está impactando los envíos regionales, dada la importancia de la celulosa en la canasta exportadora local; sin embargo, el menor precio de la materia prima ha sido compensado con un mayor tipo de cambio, lo que ha aminorado el efecto.
Con todo, es un hecho que estamos en un nuevo escenario, con precios de commodities a la baja. Habrá que ajustar entonces los presupuestos y proyecciones considerando este factor. El desafío de la eficiencia y productividad vuelve a saltar a la mesa ahora más que nunca, la ecuación es clara: un menor precio reduce el margen de ganancia, el precio no es manejable, hay que apuntar entonces a los costos. Y no se trata de reducir costos irrelevantes, sino de enfocarse en hacer las cosas mejor y con mirada de largo plazo.
Patricio Ramírez, académico de la Facultad de
Economía y Negocios de la Universidad Santo Tomás, Temuco