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Los museos que serán gratis el viernes hasta la medianoche

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Michel Houellebecq sigue en el centro de la polémica

El próximo viernes 23 será la versión 2015 de Museos de Medianoche, que permite acceder gratis a los museos de Chile y a sus actividades, entre las 18 y las 24 horas. Esta vez habrá cerca de 50 instituciones asociadas, en 12 regiones. Fuera de Santiago se adscribieron las siguientes: Museo Naval de Iquique, Museo Militar Tarapacá, Museo de Antofagasta (foto), Museo Regional de Atacama, con cápsula de los 33 mineros incluida, Museo Artequín de Viña del Mar, Museo de Historia Natural de San Antonio, Museo Regional de Rancagua, Casa Fundacional Museo Lircunlauta, también en Rancagua, Museo Histórico de Yerbas Buenas, Museo Histórico, Religioso y Paleontológico de Curepto, Centro cultural y museo comunitario Curarrehue, Galería de la historia de Concepción, Museo Claudio Arrau León, Museo de arte religioso de la UCSC, Museo de Historia Natural de Concepción, Pinacoteca de la Universidad de Concepción, Sala de Arte Museo Nacional de Bellas Artes (Concepción), Museo Mapuche Cañete, el Museo Mapuche de Purén, Museo de Sitio Castillo de Niebla, Museo de Arte Moderno de Chiloé y Museo Regional de Magallanes.

"Reamente no podría importarme menos", dijo el escritor francés Michel Houellebecq, en una conversación con el New York Times, refiriéndose a las críticas que ha recibido su novela "Sumisión", en la que imagina a una Francia liderada por un presidente musulmán. "El antisemitismo es una respuesta al radicalismo islámico", agregó. "La fobia al Islam es un reacción defensiva, una de miedo, por lo tanto es justificable".


"Hijo de ladrón", con dedicatoria póstuma

Marco Herrera (en la foto es el que recibe la llave de cuello de parte de Míster Chile, el recordado luchador) falleció hace una semana tras un doloroso round contra la leucemia. Papá, periodista y profesor, era joven, muy joven, y tenía libros publicados, todos con tanto sentido común y detalle, que ganaron más de algún premio.

Uno de sus trabajos fue "Valparaíso no patrimonial", de Ocho libros. Otro trabajo, lanzado hace solo cuatro meses por la misma editorial, fue "Titanes del ring", la historia de los populares participantes del programa de lucha libre de los años 70 que escribió con su partner Christian Morales (en la foto, es el del reloj, que abraza a Míster Chile y a Herrera juntos).

La misma casa editora incorporará algún tipo de dedicatoria en una obra maravillosa en la que Herrera trabajó y no alcanzó a presentar: "Hijo de ladrón", la adaptación libre de la novela homónima de Manuel Rojas a la novela gráfica.

Herrera y Morales son los adaptadores y trabajaron por más de cuatro años en el libro, que trae ilustraciones de Luis Ernesto Martínez y que tiene el respaldo de Fundación Manuel Rojas.

Con prólogo de Ramón Díaz Eterovic, será presentado en Filsa el próximo domingo a las 15.00 horas, por Jorge Baradit y el mismo Eterovic.


"Agua", la sorprendente propuesta para los niños

Según el recién publicado libro "Agua", de Hueders, un niño de entre 5 y 10 años, el grupo al que está dirigido, puede entender cosas bastante más intrincadas de lo que imaginamos. "Los niños son capaces de comprender lenguajes más complejos, unir contenidos, relacionar imaginativamente. Un elemento les sirve para llegar a otra cosa. En todo caso, hay diferentes niveles de complejidad, porque 'Agua' también quiere ser un libro familiar, que lo lean los hijos de diferentes edades, la mamá y la abuela", dijo Marcela Fuentealba, editora del proyecto que partió como encargo para una revista, pero que terminó siendo un libro con conocimientos, imágenes e ideas diversas con el cual los niños pueden aprender, jugar, inventar, revisar la historia y el pensamiento y observar. Tiene textos, ilustraciones y fotos y es es el primer libro de una colección que tendrá cuatro.


El ganador del Premio Booker fue rechazado 80 veces

El jamaiquino Marlon James obtuvo el Premio Booker, uno de los más prestigiosos en habla inglesa. Tras recibirlo confesó que estuvo a punto de abandonar la escritura luego de que su primera novela, "John Crow's Devil", fuera rechazada 80 veces. Finalmente pudo publicarla en el año 2005. "Llegué a pensar que estaba escribiendo las historias que la gente no quería leer", reconoció.

La lucha por la calle

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En Valparaíso, supuesta capital cultural del país (ahí está la sede del Consejo de la cultura), nuevamente el evento Mil Tambores genera una tremenda polémica. Se trata de un evento masivo que suele terminar en un carrete perturbador por las implicancias a nivel de ocupación del espacio público. Algún barniz, tendría, de culturoso y de participación ciudadana. La obsesión político cultural por lo callejero todavía es un negocio ideológico, aunque la publicidad deportiva, gubernamental y de marcas, también la ocupan, con bastante mejor rendimiento. En cambio, la vieja marcha política vive su peor momento. La toma ansiosa de la calle por la voluntad democratoide o por el anarco fascismo es otro tema, sobre todo cuando encubre el "carrete" puro con participación ciudadana. Cuando convertir la calle en un bar y orinarle la vereda a los vecinos es asumido como un acto libertario, es porque faltó educación política. La recuperación de la fiesta y el carnaval de míticos otros tiempos, ese que nos hacía a todos iguales, esa es una ficción perturbadora y políticamente manipulable. El fin de semana pasado, en contraste con lo anterior, me emocionó ver a muchas familias ocupando lúdicamente la explanada del Parque Cultural de Valpo. Reinaba un espíritu saludable, aunque suene nostálgico y avejentado tener esa percepción.

Tanto la ocupación política de la calle, como la ocupación festiva, ponen en crisis a las ciudades por la destructividad implicada. Los operadores político-turístico-culturales que diseñan estas tramas son tributarios de la ideología de los frentes de masa, de la época en que lo popular aparecía como una verdad incontrarrestable; era el espíritu de un pueblo organizado que avanzaba hacia la emancipación. El pueblo, ese del siglo XX, ya no existe. Hoy tenemos clientes de ofertas de consumo, de paquetes, grupos de interés o grupos de poder. Cierto modelo de operación política ve en la cultura otro escenario para ocupar lugares y sacarles beneficio. Muchos eventos masivos tienen esa impronta callejera, y apuestan al sector etario juvenil, lo que supone alcohol y drogas, y todo lo que ello implica a nivel de arrogancia en la comisión de iniquidades. Ahí hay una especie de propuesta estético política que intenta operar con una nueva dimensión de lo social, teñida de resistencialidad y resentimiento, en donde la maldad, la pobreza, la suciedad y el crimen de baja intensidad, son protagonistas.

En muchas otras comunas las festividades carnavalescas tienen un carácter de manipulación municipal, donde la visibilidad representacional de las autoridades, que ocupan palcos y cabeceras de mesa, es clave para el negocio político electoral (aunque el nivel de ridiculez y patetismo es pavoroso). No intento hacer sociología, sólo tomar notas de observación urbana. Sí pretendo generar un informe (literario) del paisaje urbano territorial, para el que rayar un muro es un acto fascista profundo, no sólo por el componente odioso, sino porque pretende uniformar la impunidad del acontecimiento etario. Llamamos así al "pendejismo" neurótico que intenta ocupar la kalle con voracidad consumista. Es la apropiación por la orfandad radical. Es la venganza contra un padre que nunca estuvo identificado con una institucionalidad difusa.

La calle histórica es la gran perdedora, la de Manuel Rojas en Hijo de Ladrón o la calle de Víctor jara en Te Recuerdo Amanda. Ese pueblo usaba corbata y las pocas mujeres que salían a la calle vestían pollera. Todo parecía más digno.

POR Marcelo Mellado*