Frases
"No veo temor en la Región, veo optimismo y esperanza".
Luis Felipe Céspedes,
"No sé si el Instituto de Derechos Humanos tiene que responder o no… sí me parece bien que se preocupen por lo que está pasando".
Angélica Tepper,
"No veo temor en la Región, veo optimismo y esperanza".
Luis Felipe Céspedes,
"No sé si el Instituto de Derechos Humanos tiene que responder o no… sí me parece bien que se preocupen por lo que está pasando".
Angélica Tepper,
Está solicitada la audiencia al Presidente Augusto Pinochet y solamente falta que la Secretaría General de Gobierno indique la fecha para que viaje a Santiago la Comisión de Remolacheros y dirigentes de la Corporación Privada de Desarrollo que solicitará la instalación de una planta Iansa en Cautín.
Con la presencia del fiscal nacional Guillermo Piedrabuena se realizó la inauguración oficial de las dependencias de la Fiscalía Regional de La Araucanía y de la Fiscalía Local de Temuco. La autoridad nacional junto al fiscal regional, Francisco Ljubetic, fueron los encargados de realizar el tradicional corte de cinta.
Ya es el décimo incendio intencional que se registra en la ciudad de Curacautín en el lapso de tres semanas. En esta oportunidad, un matrimonio de ancianos alcanzó a huir justo a tiempo de una casa que se quemaba. Bomberos reforzó las guardias nocturnas en la comuna y el Ministerio Público nombró un fiscal preferente para investigar.
Conocí al escritor Guido Eytel a fines del 95, en el Centro Médico de Temuco, cuando él dictaba un taller literario enfocado en la lectura y yo salía del cascarón. Tiempo después, en el 97, presentó (ni a él ni a mí nos agrada la expresión "lanzó", que apela más bien a la Nasa o a una carrera de galgos neoliberal) su primer libro, la novela 'Casas en el agua'. De ahí ha dado a la imprenta unos siete textos, también de poesía, siendo a mi juicio el libro de cuentos 'Puestos varios' el más eminente de cuantos ha escrito. Fue publicado en 2006 y reposicionado el pasado martes 20 en el Museo La Chascona de la Fundación Pablo Neruda, en Santiago.
"Puestos varios" (RIL Editores), que debe su nombre a una analogía con aquellos entrañables almacenes que subsisten frente al embate de las tarjetas y los supermercados, y donde es posible hallar de un cuanto hay y hasta ser anotado al lápiz, se compone de 14 relatos que a juicio del autor sobrevivieron a su dura autocensura, "tendiente a no fastidiar al lector". Eytel (Temuco, 1945) asegura en el prólogo que la mayoría de los mismos fue galardonado; y aquello, que acaso significa poco y nada, se rubrica en este caso con algunos cuentos de alta ley. Casi todos apelan a sujetos marginalizados, que han sido derrotados por la historia o sucumbido ante sus propias fantasmagorías: que han perdido el norte o las expectativas de un mejor pasar, pero jamás la dignidad, como en el relato "El otro round de Dinamita Araya", que habla del repentino acto de heroísmo de un ex boxeador que vende helados en la carretera.
También hay cuentos regiamente espeluznantes, como "Le juro que fue por amistad", sobre un conscripto que sin una gota de culpa le relata al hijo de un ejecutado la manera en que mató a su padre; o "Ese viejo calor que tengo guardado", que narra el espeso delirio de un vagabundo que tiene un acto de necrofilia. Son héroes descentrados y macabros, que coexisten con aquellos otros supervivientes de esta época que no pocas veces parece girar sin nosotros. De entre todos los relatos, y acaso porque tuve cierta cercanía con su protagonista, me quedo con "Matar a Padilla", que narra la vital contradicción de un profesor que también es poeta y que decide asesinar al profesor. "Puestos varios" es uno de esos libros que, a despecho de la tiranía del olvido, se obstinará en permanecer.
Luis Marín, autor de "Nostalgia del futuro,
biografía del poeta Jorge Teillier"
Aunque la atención de la opinión pública está puesta hace rato en los crecientes niveles de inseguridad que imperan en las zonas rurales de La Araucanía, por culpa de un conflicto de clara naturaleza reivindicatoria del pueblo mapuche (por más que lo intente negar la autoridad de Gobierno), al interior de las ciudades de la Región también se están experimentando las consecuencias del aumento del actuar delictual, refrendado en la última Encuesta Nacional de Victimización del Comercio, que situó a Temuco como la urbe del país que lidera, lamentablemente, la ocurrencia de robos que afecta a los locales comerciales. Según este estudio, el duodécimo de sus mismas características, la capital de La Araucanía presentó un alza de 12,8% en la victimización de los comerciantes por algún delito en el segundo semestre de este año en comparación con igual período de 2014.
Y a diferencia del promedio nacional de 48,1% en cuanto a esta victimización, en la Región esta cifra asciende a un 54%. Para esta encuesta se consideró la realidad de Iquique, Antofagasta, Viña del Mar-Valparaíso, el Gran Santiago, Concepción-Talcahuano, Temuco y Puerto Montt, lo que permite, medianamente, estimar la gravedad del aumento de la delincuencia, habida cuenta de la muestra que consideró el estudio que preparó la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo.
Ciertamente que el primer responsable en combatir la delincuencia es el Gobierno, que como cabeza del Estado se supone tiene la exclusividad del uso de la fuerza para garantizar el orden público en la sociedad. No obstante, hay otros actores que también tienen responsabilidad en la consecución de estos propósitos, en particular del propio gremio de los comerciantes y de los municipios, que como primera unidad administrativa del Estado están llamados a atender el nivel de inseguridad existente.
Afirmar que el municipio de Temuco no tiene participación en esto, como se señaló esta semana, va a contrapelo de los llamativos vehículos de seguridad ciudadana que de cuando en cuando recorren la ciudad. Si de verdad, entonces, al municipio no le compete un rol en el combate a la delincuencia, pues entonces esta unidad (y este gasto que pagan los contribuyentes) está de más y debiese ser reasignado a otras áreas. Ahora, si se acepta que cumplen algún rol, entonces no corresponde deslindar responsabilidades.