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Niños y jóvenes celebraron la fiesta de halloween y estrenaron sus mejores disfraces en temuco

FESTIVIDAD. De ingeniosos a impactantes, los disfraces volvieron a ser una gran atracción anoche, cuando los menores salieron de sus casas a pedir dulces o travesuras.
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Camilo Garrido

Terroríficas máscaras e ingeniosos disfraces volvieron a robarse el protagonismo durante la noche de Halloween que se celebra cada atardecer del 31 de octubre. Una tradición que, si bien radica en Estados Unidos, indiscutiblemente congrega a la familia y los amigos en las calles de Temuco.

Ya a las 19 horas de ayer, centenares de jóvenes entusiastas pisaron las calles en búsqueda de la dulce recompensa. Calabazas flotantes, pequeños fantasmas, zombies amistosos y sonrientes vampiros salieron a pedir dulces casa por casa. Si hasta las mascotas se hicieron parte de este evento que inevitablemente termina con una canasta llena de caramelos.

"Me gusta pedir dulces pero también me gusta salir a mostrar mi traje", comentó Isidora Zúñiga, de 8 años, vestida de un personaje sacado de un videojuego.

Ingenio

Pero el miedo no fue la única temática en la vestimenta. Personajes de famosas películas también aparecieron, como Patricio Fonseca quien vestido de Stormtrooper acompañó a Darth Vader y al senador Palpatine. Un grupo traído directamente de la afamada saga Star Wars.

"Me puse de acuerdo con mis vecinos para vestirnos así. Me quedaba bien el traje y los otros me quedaban más pequeños", comentó Patricio, de 7 años, al tiempo que un pequeño Darth Vader gritaba "¡me vestí así porque me encanta Star Wars!".

Con una paciencia ejemplar, los dueños de casa a lo largo y ancho de la ciudad le abrían la puerta de su hogar a pequeños a quienes le regalaban toda clase de golosinas tan coloridas como los trajes, como Gabriela Cañete quien dijo que "hago esto como una mezcla entre gusto y obligación, porque a esta hora pasan los niños más chicos que son tiernos, pero en la noche empiezan a hacer más maldades", comentó la joven.

Claro que no faltaron los que acompañaron a sus hijos aunque no completamente conformes con el desarrollo de esta costumbre en Chile, como Rodrigo Padremayor, que seguía muy de cerca a su hija Luara, quien iba vestida de araña.

"Es primera vez que salgo, me encantó, pero si uno lo mira más de fondo es medio complicado, simplemente porque es foránea, pero hay que aceptarlo, porque el mundo está cambiando. Lo veo con una mirada más a la antigua", cuenta Padremayor.