Intensas diligencias desarrolla personal de Carabineros para dar con los cuatro delincuentes armados que ayer en la mañana intentaron asaltar la Caja de Compensación Los Héroes de Ercilla.

Pasadas las 8 de la mañana el grupo ingresó al local con la finalidad de perpetrar un robo, pero su intención se vio frustrada por un trabajador que rápidamente llamó a la policía, obligando a los hampones a huir del lugar con las manos vacías.

En la sucursal, ubicada en la calle Colo Colo 220, solo estaban un guardia y una de las cajeras, quienes habían llegado hace pocos minutos al lugar para atender al público. No alcanzaron a ubicarse en sus puestos cuando los hampones intimidaron al guardia con armas largas y cortas, obligándolo a arrodillarse y entregar su arma, para luego ir hacia el sector de las cajas.

Allí se encontraron con una mujer, quien en conversación con El Austral dijo que "ellos llegaron hasta una puerta que da acceso a las cajas, redujeron al guardia y nos encañonaron pero no sé por qué, de la nada se fueron en un auto sin poder robar nada", explicó la empleada.

La misma fuente sostuvo que los instantes de terror no se extendieron más allá de tres minutos, agregando que "afortunadamente aún no era horario de atención de público, sino, quizás qué hubiese pasado".

Búsqueda

A exactas siete cuadras de dicho lugar se ubica un retén de Carabineros. La cercanía con el sitio del suceso, hizo que los efectivos policiales llegaran rápidamente al lugar.

De acuerdo a la información proporcionada por el capitán de la policía uniformada, Miguel Valenzuela, el robo se frustró luego que uno de los trabajadores activó un botón de pánico.

Fueron las mismas sirenas policiales las que alertaron a un quinto integrante de la banda, quien ingresó a la sucursal Los Héroes "para informarle a los otros delincuentes y luego se dieron a la fuga", según precisó el uniformado.

El capitán dijo que los individuos huyeron del lugar en un automóvil Toyota Tercel color celeste, el cual estaba encargado por robo, agregando que la ruta más probable utilizada por los cinco hampones fue el sector Quecherehua.

Personal especializado de la SIP de la misma institución recopiló las imágenes de las cámaras de seguridad para "poder tener alguna pista de los autores de este intento de robo", afirmó el capitán de Carabineros.

Lorenzo Lovera

El matrimonio compuesto por Sofía Aguirre y José Baeza - ambos de 78 años - vivió durante la mañana de ayer horas de terror al ver que años de sacrificio eran reducidos a escombros por un incendio incontrolable que se desató pasadas las once horas en la comuna de Angol.

La casa ubicada en el pasaje Hamburgo de la población Alemania comenzó a arder en llamas producto de un descuido doméstico.

Las llamas - que alcanzaron otras tres propiedades - se iniciaron luego que Sofía Aguirre le prendió una vela a un altar que tenía en la habitación matrimonial. Instantes después la vela se desprendió de un pocillo, alcanzando unas cortinas para luego arrasar con la vivienda de material ligero en cuestión de minutos.

Fernanda Hernández fue una de las primeras vecinas en llegar al lugar y recordó que la mujer logró salir raudamente de la vivienda, no así el hombre de la casa.

"Él no quería salir, quería apagar el incendio con sus manos y la abuelita Sofía salió enseguida. Afortunadamente el fuego no alcanzó más casas porque el viento a esa hora era muy fuerte", dijo la mujer.

Hernández agregó que las llamas se propagaron rápidamente hacia una segunda propiedad, donde estaba Carlos Escobar junto a su esposa, quienes hace seis meses habían llegado al inmueble enclavado en la calle Baviera.

Según el propio afectado, las llamas partieron en una construcción posterior y cuando fue a ver qué ocurría, observó que "las llamas ya estaban consumiendo el baño, las traté de apagar pero no pude hacer nada".

Afortunadamente para él y su esposa, el fuego pudo ser controlado y ninguna persona resultó herida tras el siniestro.

El matrimonio

"No sé lo que ocurrió, si no nos dimos cuenta". Así recordó Sofía Aguirre los instantes en que ella y su marido se dieron cuenta de que su inmueble comenzaba a ser consumido por las llamas.

La mujer como pudo - padece una serie de enfermedades crónicas - logró salir de la construcción, mientras su esposo se quedó por unos instantes con la intención de apagar las llamas.

"Él me decía 'abre la puerta, sale hacia afuera y pásame la manguera', cuando de repente estalló un balón de gas. Luego unos vecinos lo lograron sacar por suerte", dijo temblando la dueña de casa oriunda de Santiago.

El miedo de Aguirre se explica ya que en la década del 70, ella junto a su marido ya habían vivido una situación similar en Santiago, cuando se vieron involucrados en un gigantesco incendio en la comuna de Independencia, claro que al igual que ayer, resultaron ilesos.

Pero una de las cosas que más mantenía preocupada a la mujer, que terminó siendo acogida por una vecina de la población Alemania, era saber qué pasará con su futuro. Ello, porque en su morada además estaba el sustento. "Teníamos nuestro negocito de venta de zapatillas usadas y al parecer no quedó nada. No sé qué vamos a hacer ahora con nosotros, necesitamos que alguien no ayude, ojalá el alcalde pueda hacer algo por estos viejitos", expresó.

A lo anterior se suma que se perdió gran cantidad de medicamentos vitales para ambos - José Baeza por ejemplo, padece de cáncer a la próstata y ella sufre de diabetes crónica - y con la acción de fuego, gran parte de sus medicinas fueron destruidas.

Bomberos

Más de 80 voluntarios bomberiles llegaron a la emergencia decretada en la población Alemania de Angol. Todos ellos debieron trabajar en extremas condiciones para evitar que las llamas se expandieran a otras propiedades.

Consultado el comandante Flavio Erices por la emergencia, éste aseveró que una de las dificultades que tuvieron los voluntarios fue que "los entre techos de las casas son compartidos, el cual da pie para que el fuego se propague muy rápido y tengamos un desplazamiento muy rápido del siniestro".

Erices explicó además que a lo anterior debieron sortear otra serie de contratiempos para arribar a la emergencia, entre ellos el tránsito en Angol y la escasez de voluntarios por falta de permiso.

"Además del factor tránsito, tuvimos una dificultad de personal porque muchas veces no tienen el permiso de sus empleadores para que vengan a la emergencia y por ello se ve una disminución en el número de voluntarios", sentenció.

"No sé lo que ocurrió, si no nos dimos cuenta... No sé qué va a pasar con nosotros ahora".

Sofía Aguirre,, afectada

"El abuelito no quería salir, quería apagar el incendio con sus manos y la abuelita salió enseguida".

Fernanda Hernández,, vecina