Andrea Arias
Con el segundo lugar de la promoción y recibiendo un reconocimiento a su esfuerzo, la reclusa del Centro Penitenciario de Mujeres de Temuco, María Angélica Roa Seguel, de 66 años, se licenció ayer de cuarto medio del establecimiento de la cárcel, el Colegio Municipal Manuel Rojas.
Está orgullosa de su logro y cuenta que sus ganas de superación la llevaron a inscribirse para rendir la próxima semana la Prueba de Selección Universitaria (PSU). De hecho, es una de las personas con más edad que se sumará al proceso este año.
La alegría de María, sin embargo, posee un fantasma que le atormenta el alma: su marido que falleció hace 5 años (21 de julio de 2010) en el domicilio que ambos compartían en la Villa Cautín.
Su nombre era Carlos Alvarado (68) y murió de un traumatismo encéfalo craneano, producto del fuerte golpe que ella le propinó con un hacha, y que terminó con su vida en el Hospital Regional.
Pese a que está muy nerviosa, ya que no para de mover sus manos, María Roa, madre de tres hijos y abuelita de cinco nietos, accedió a conversar con El Austral en su sala de clases.
En esta entrevista cuenta por qué a su edad decidió estudiar y también repasa aquella fatídica noche que cambió su vida para siempre después de 47 años de matrimonio. Desde entonces han transcurrido 5 años y 5 meses de una condena de 10 años.
-¿ Por qué decidió terminar el colegio a esta edad y en estas circunstancias?
-Para salir adelante, además nunca es tarde. Decidí hacerlo para demostrarme a mí misma que podía y para demostrar que yo puedo estar con la sociedad. Si estoy aquí es porque me condenaron mal, porque si no era él, era yo, pero uno de los dos se iba a morir, debido a la situación de violencia.
-¿Hasta qué curso llegó usted y por qué no siguió estudiando?
-Llegué a sexto básico y no pude seguir estudiando. Éramos muchos hermanos (10) y me pusieron a trabajar. No tuve niñez ni juventud. Mi mamá me mandaba a vender flores casa por casa.
-Entiendo que se casó a los 14 años. ¿Por qué? ¿Cómo lo conoció?
-Me casaron a los 14 años con Carlos Alvarado. Él tenía 21 y fue porque a mi mamá le gustó ese hombre. Al comienzo vivimos con mi suegra y todo estaba bien, pero cuando quedé embarazada de mi hija mayor cambió todo.
-¿Qué cambió?
-Él no tenía trabajo. Llegaba borracho y me pegaba. En esos años yo iba a Carabineros y me decían que ellos no se metían en problemas de familia. Fui donde mi mamá desesperada, tenía 8 meses de embarazo, él me había dejado los ojos negros y le fui a pedir a mi mamá que me apoyara. Le dije que ya no quería vivir más con él y me dijo que tenía que aguantarlo no más.
-¿Por qué eran las pelea? ¿Por qué los golpes?
-Porque a veces no le quería pasar plata. Yo tenía un almacén en la casa para mantenernos y me sacrificaba harto, me levantaba a las 5 de la mañana para ir a la vega a comprar y no iba a hacer todo eso para estar botando esa plata.
-¿Qué pasó la noche de ese 21 de julio de 2010? ¿Por qué lo golpeó?
-La pelea fue porque le pidió plata a la hija para comprar leña, lo que era mentira, porque había leña. Cuando le dije se enojó y me lanzó dos golpes, uno en la nariz y el otro en la cabeza con mucha fuerza. Me fui a lavar las manos y justo vi el hacha. La agarré y como él se había tomado una botella de pisco estaba en el sillón tirado y yo voy con la parte de atrás del hacha y le pegué en la cabeza.
-¿Lo hizo con intención de matarlo?
-No, no fue premeditado. No fue que yo pensara en matarlo. Fue el momento. Sólo quería darle un golpe por todo lo que me había hecho. Fueron tantas las veces que casi me mató, hasta estuve hospitalizada.
-¿Lo hizo consciente? ¿Qué hizo cuando se dio cuenta que lo había matado?
-Sí, yo estaba consciente de todo. Una vez que le pegué me asusté y me di cuenta de lo que había pasado. Lo primero que hice fue llamar a mis hijos y a Carabineros. Él murió en el hospital en todo caso, no en la casa.
-¿Está arrepentida?
-Estoy muy arrepentida, porque yo no tuve juventud ni niñez y ahora en mi vejez estoy encerrada. Yo no debería estar en la cárcel. Era yo la víctima. Y lo que más me pesa es que aunque me vaya de aquí no me lo voy a poder sacar de la cabeza, porque entiendo que yo no era quién para quitarle la vida a mi marido. No me dejó tranquila cuando estaba viva y ahora que está muerto me tiene encerrada.
"Decidí hacerlo (sacar el cuarto medio y dar la PSU) para demostrarme a mí misma que podía y para demostrar que yo puedo estar con la sociedad". "Estoy muy arrepentida, porque yo no tuve juventud ni niñez y ahora en mi vejez estoy encerada. Yo no debería estar en la cárcel. Era yo la víctima"
10 años de cárcel recibió María Roa en julio de 2010, luego que la condenaran por el homicidio de su marido.
14 años tenía María Angélica Roa cuando se casó por orden de su familia con Carlos Alvarado.
entrevista. maría Angélica Roa Seguel (66), reclusa por homicidio del CPM Temuco que se licenció del Colegio Municipal Manuel Rojas: