Todavía viven 297 familias en 15 campamentos en La Araucanía
TRISTE REALIDAD. Techo Chile realizó la primera encuesta a nivel nacional de estos asentamientos que continúan sin alcantarillado, agua potable ni electricidad.
La vida transcurre cansina y monótona para la decena de familias que viven en el campamento "Línea Férrea" de Nueva Imperial. Nacido hace un par de décadas de una toma ilegal de terrenos a la salida de la zona urbana en dirección a Carahue, las 39 personas que allí viven no cuentan con agua potable, electricidad ni alcantarillado, tres condiciones que el Ministerio de Vivienda instala al momento de hablar de un campamento.
María Luisa Bello es una de los habitantes de esta agrupación de mediaguas. Dirigente del comité, lucha por mejorar la situación en la que subsisten.
"Ningún vecino cuenta con alcantarillado, sólo dos familias tienen medidores de luz y el resto debemos colgarnos, y en agua la municipalidad nos aporta", asegura la vecina imperialina, quien agrega que "aquí todo es complicado, no hay luz pública, aquí la noche es pura oscuridad, y no hay accesos, en caso de emergencia no pueden subir ni Bomberos ni ambulancias, y en mi caso vivo con una persona postrada, que hay que subir o bajar varios metros en silla de ruedas hasta la calle".
ESTUDIO
"Línea Férrea" es uno de 15 campamentos que hoy se mantienen activos en La Araucanía, según los datos arrojados por la Primera Encuesta Nacional de Campamentos 2015 por parte del centro de investigación social de Techo-Chile.
El estudio, que tiene como bajada al título, "Datos duros de una realidad muchísimo más dura", desnuda la angustiosa situación de estos asentamientos. El instrumento se aplicó en mayo en todas las regiones donde trabaja la fundación, que son 13, abarcando muchas variables para obtener una radiografía de los campamentos.
Juan Cristóbal Beytía, capellán de Techo-Chile, señala en la presentación del documento que "en un país que tiene un ingreso per cápita promedio superior a los veinte mil dólares no es comprensible que existan familias que vivan de este modo. Y sin embargo, está ahí aunque cotidianamente no los veamos ni sean temas de conversación privada o debates públicos".
La realidad de los campamentos en Chile nace desde la migración del campo a la ciudad, conformando las denominadas "poblaciones callampas". En los 60, surgen las "tomas de terrenos", esta vez con acción coordinada de los pobladores. Hoy, menos del uno por ciento de la población chilena vive en campamentos, de ahí la "facilidad" para que esta realidad se mantenga en la oscuridad.
Pero ¿qué se entiende por campamento? La definición utilizada en el estudio es la del Ministerio de Vivienda, que señala que "son los asentamientos precarios, definidos como ocho o más familias agrupadas o contiguas que no cuentan con acceso regular a unos de los tres servicios básicos (alcantarillado, agua potable y electricidad) y que se encuentran en situación de tenencia irregular del terreno".
CIFRAS NEGRAS
Actualmente en Chile hay 681 campamentos con cerca de 32 mil familias viviendo en ellos.
"La tendencia a nivel nacional ha sido al alza, lamentablemente", precisó Juan Carlos Concha, director de la Fundación Techo-Chile en La Araucanía, quien agregó que "el porqué de este fenómeno apunta a que una mayor cantidad de personas extranjeras se ha ido a vivir a campamentos en el norte del país -colombianos, peruanos, bolivianos- y también porque hay alto índice de allegados que al querer independizarse no quedan con otra opción que ir a un campamento".
En la Región existen actualmente 15 campamentos, donde habitan 297 familias. El promedio es de 20 familias por campamento, ubicados predominantemente en sectores rurales.
La encuesta señala que en La Araucanía un factor principal para irse a un campamento es la imposibilidad de tener una casa o un lugar donde vivir, con un 36,4%. La juventud de su población es otro factor que llama la atención, dado que en promedio, más de la mitad de la población de los campamentos tiene menos de 30 años.
Otra característica especial de la Región es que casi el 40% de los habitantes de los 15 campamentos registrados corresponde al pueblo mapuche.
En materia de servicios, la encuesta deja de manifiesto el drama que a diario se vive en estos asentamientos. Y es que ya entrado en el Siglo XXI cuesta asimilar que un 60,8% de estos pobladores no tengan acceso formal al agua potable y que un elevado 95,2% de las viviendas no cuente con alcantarillado. Así, un 61% de estos hogares utiliza letrina conectada a pozo negro y un 30% se conecta a fosa séptica. El 40% tampoco tiene acceso a electricidad.
Respecto del analfabetismo, el 10% de los adultos declara no saber leer ni escribir.
Juan Carlos Concha, director de la Fundación Techo-Chile en La Araucanía, señaló que "son bastantes comunas en La Araucanía las que tienen campamentos, por lo que buscar una solución es más difícil".
DESGLOSE
Temuco terminó con sus campamentos hace dos años, siendo el último el Campamento Lanín.
En Malleco siguen presentes campamentos en Ercilla, Purén, Los Sauces, Angol, y tres en Collipulli.
En Cautín hay 2 en Gorbea, 2 en Nueva Imperial, 2 en Carahue, uno en Freire y uno en Curarrehue.
"Nosotros trabajamos con 6 de los 15 campamentos", precisó Concha, quien agregó que "estamos en los de Gorbea, "Flor Dónguil" y "Quitratúe"; en los dos de Imperial, "Pasaje Inés" y "Línea Férrea"; en "La Construcción" de Freire, y en "Villa Esperanza" de Ercilla".
Respecto de las soluciones, el director regional de Techo Chile sostuvo que "hacemos un acompañamiento orientado a la búsqueda de la solución definitiva, asesorando y haciendo de mediadores y facilitadores para que los vecinos sigan los procesos formales a la postulación a vivienda. La vivienda usada es hoy la herramienta más efectiva para sacar a la gente de los campamentos".
Además se le inculca a los vecinos una cultura de ahorro y de pagar las cuentas de la luz, del agua; se trabaja emprendimiento para mujeres y educación para niños. Además se promueve la organización a través de la elección de una directiva.
Respecto de una proyección del fin de los campamentos, Concha señaló que hay posibilidades de que a corto plazo pueda entregarse la noticia feliz.
"Pensando en un proceso de vivienda que dura por lo general 4 a 8 años, podemos decir que a unos 6 años podría ocurrir, dado que las dimensiones de los campamentos de la Región son pequeñas en comparación a otros del país. El más grande de La Araucanía es el de Purén, con 48 familias, versus las 1.000 familias del campamento de Viña del Mar".
La experiencia de trabajar al interior de campamentos -señala Concha- es impagable. "Es potente, hay mucho voluntario que llega de esta burbuja que es el círculo social, y es el terreno el que forma. Aquí entregamos ayuda, acompañando a las familias, y al final resulta que nosotros recibimos mucho de los pobladores", acotó el profesional.
NECESIDADES
"Línea Férrea" grafica a la perfección la realidad que todavía se vive en los campamentos de la Región.
En las alturas de Imperial, a espaldas de los cerros y en el punto donde termina uno de los tantos viaductos, las pequeñas mediaguas se alzan precariamente, unas apoyadas contra las otras, y en un brutal contraste con el moderno edificio del Hospital Intercultural que sirve de telón de fondo.
Fernando Fuentes, presidente del campamento, asegura que "estamos trabajando desde hace 4 años con Techo Chile, y esa es una esperanza. Estamos en un proceso complicado, porque vivimos en terrenos de Ferrocarriles, empresa que no los vende ni arrienda, por lo que debemos optar a otra solución, que es postular a una vivienda. Mientras, hay que seguir aquí, sin alcantarillado, sin agua, sin luz y sin posibilidad de surgir".
"Ferrocarriles no nos ha pedido salir, pero estos terrenos no podemos comprarlos ni arrendarlos".
Fernando Fuentes,, presidente Línea Férrea
"No hay accesos para vehículos hasta nuestras casas, en caso de emergencia puede ocurrir algo grave".
María Luisa Bello,, vecina Línea Férrea
Ingresos, otro tema deficitario
En términos de ingresos, el estudio de techo Chile señala que en los campamentos de La Araucanía la mediana mensual de los hogares llega a los 160 mil pesos, con un promedio de 39 horas semanales de jornada laboral. Relacionando los ingresos de la Región con el sueldo mínimo, un 71% de los trabajadores gana menos de los mínimo establecido. La informalidad del trabajo en campamentos queda reflejada en que de aquellos vecinos de campamentos que declaran ser empleados, un 40% no tiene contrato de trabajo. Respecto de los oficios más recurrentes, la lista la encabeza obrero de la construcción, seguido de aserrador.
"Orientamos a los vecinos en la búsqueda de la solución definitiva, asesorando para que los vecinos sigan los procesos formales a la postulación a vivienda. La vivienda usada es hoy la herramienta más efectiva".
Juan Carlos Concha,, Techo Chile La Araucanía
Las distintas vías en Imperial
Nueva Imperial es una de las comunas de Cautín que todavía tiene campamentos, "Línea Férrea" y "Pasaje Inés de Córdova". El alcalde Manuel Salas asegura que "hace años, sacamos todos los campamentos que había junto a la línea férrea, pero no salieron todos, quedaron algunos hijos de los antiguos pobladores y luego se fueron agregando algunas familias más. Respecto de Pasaje Inés, llevan más de 40 años en ese lugar, son familias que están chequeadas y donde hay varias personas ya postulando a vivienda".
15% de la población que vive en los campamentos de La Araucanía se encuentra cesante, situación que incrementa todavía más la crisis social que se experimenta en 15 puntos de la Región.
20 por ciento de los adultos del Campamento Línea Férrea de Nueva Imperial no saben leer ni escribir, un fenómeno que sigue presente en los otros asentamientos de La Araucanía.
106 personas entre profesionales y voluntarios, trabajan de forma permanente en Techo para Chile en La Araucanía. La Fundación trabaja con 6 campamentos de la Región.