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Cinco grandes películas estrenadas en Chile en 2015

Sin ignorar las arbitrariedades y generalizaciones propias que abundaron en los recuentos de fin de año, ofrecemos este puñado de estrenos que nos devolvieron la fe en el cine.
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Agata Trzebuchowska debutó en el cine interpretando a una novicia en "Ida".

"Ida"

Pawel Pawlikowski (Mi verano de amor) construyó la película más nostálgica de toda su filmografía: el viaje de una novicia de claustro que sale en busca de los restos de los padres que nunca conoció, asesinados durante el nazismo. Un viaje doloroso por las ruinas del pasado que el director polaco ofrece en un contrastado blanco y negro, y con una distancia emocional que lo conecta al cine de Robert Bresson. Flamante debut de la joven actriz Agata Trzebuchowska.

"Boyhood"

Más allá de que Richard Linklater (Slacker) la filmó a lo largo de 12 años y que fue la mayor contrincante de la sobrevalorada Birdman en los Oscar, esta observación de una familia estadounidense brilló por su simpleza y naturalidad. El cineasta que ayudó a definir la cultura alternativa de los 90, recogió aquí el devenir de la cotidianidad en medio de las exigencias de la vida contemporánea, además de las pequeñas epifanías de los suburbios. Boyhood es más Raymond Carver que Birdman, a pesar de que la última no para de citarlo.

"Mad Max: Furia en la Carretera"

Lo que pudo haber sido una innecesaria extensión de la famosa saga post-apocalíptica terminó siendo una de las películas más asombrosas del año, no solo porque el australiano George Miller renueva el imaginario de su distopía, sino también porque opta por una historia mínima que potencia los mecanismos de la acción. Filmada en un desierto sin límites, Mad Max es un desafío para agorafóbicos.

"Vicio Propio"

Paul Thomas Anderson (Magnolia) contactó al escritor recluso Thomas Pynchon para adaptar una de sus novelas y, para sorpresa de todos, éste aceptó. El resultado es un film tan brumoso como el humo de la marihuana que fuma Doc Sportello, detective privado perdido en un rarísimo entramado policial. La música hipnótica de Can potencia la lisérgica experiencia fílmica.

"Leviathan"

Se podría acusar al director ruso Andréi Zviáguintsev (El Regreso) de ser exagerado y pesimista, pero su cuarto largometraje envuelve al espectador en una tragedia intensa y perfectamente construida. Las dolorosas desventuras de un buen hombre llamado Kolya recuerdan a las de Job, ese torturado personaje del Antiguo Testamento. La diferencia es que éste es un mundo sin Dios, comandado por una autoridad política ciega e implacable.

Por Andrés Nazarala R.

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Populismo cultural

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Las tecnologías digitales han posibilitado una especie de democratización de la escritura literaria o, dicho en términos negativos, son muchos los que pueden editar textos con el mote de literarios, ya sean poemas o relatos. Todo esto por el abaratamiento de la producción libresca. Esto ha posibilitado, entre otras cosas, la proliferación de las llamadas editoriales independientes que están cambiando el panorama literario latinoamericano. Esto es un proceso que democratiza el campo cultural, a pesar de que genera tanto problemas de mercado como de populismo culturoso que muchas veces no deja de ser patético.

El fenómeno que describimos es común, hoy en día, en las municipalidades y en los gobiernos regionales. Los departamentos de cultura de las mismas o las corporaciones que se encargan del tema, suelen producir libros, igual que los gobiernos regionales, sin mucho filtro editorial o sin muchas pautas curatoriales. Puedo imaginar que en este caso la poesía la lleva, que muchos de los editados son profesore(a)s jubilados o grupos de interés cultural político, los que además crean alguna agrupación que los represente, para ir a pelear esos fondos asignados. En eso se están convirtiendo, en muchos casos, las culturas locales, en estrategias de pedidas de fondos. Podemos imaginar la manipulación de todo tipo, incluida la manipulación política.

Es paradojal comprobar in situ que la vieja queja de los escritores de que no había espacios para su obra, se puede poner en tela de juicio. Lo mismo se puede decir para los temas de patrimonio local. Con esto no quiero decir que se haya cumplido una promesa o que efectivamente vivimos una sociedad más inclusiva en lo cultural; no sé exactamente lo que quiero decir, pero lo que sí me llama la atención es que la condición autoral y literaria ha cambiado sustantivamente. El escritor(a) se ha institucionalizado y es hoy mucho más conservador que antes, ya no estamos ante luchadores sociales y políticos, sino ante poetas cortesanos, cuyo principal trabajo es el de realizar (diseñar, gestionar y administrar proyectos).

Se ha llegado a la locura de hacer talleres para enseñar a los agentes culturales (literarios) a redactar proyectos, inoculando la jerga o la retórica proyectista.

La cultura, en general, se ha convertido en una buena plaza para distintos grupos que buscan el crecimiento institucional, ya sean sindicatos, juntas de vecinos, etc. Esto en sí no es malo, pero muchas de estas organizaciones están manipuladas políticamente, por lo que se ven afectadas por la corrupción de baja intensidad.

Ahora, por el lado más profesional de la literatura y de las artes, es Corfo la que la lleva con esos engendros de las industrias creativas y algunas estrategias de negocios culturales. El Consejo de la Cultura promueve estas movidas que tienden a rentabilizar el área, para que no sea un mero gasto (ni hablar del cine o del audiovisual determinado por Corfo).

Entonces, del municipio que está más dedicado al amateurismo cultural, pasamos a las vías de financiamiento tipo Fondart o Corfo. Uno se imagina que todo eso debe influir en los modelos de producción de obra o, más concretamente, en la neutralización o domesticación del deseo y de crítica. Quizás estemos volviendo a la reproducción del modo de producción neoclásico, dada la cooptación institucional.

POR Marcelo Mellado*

* Escritor y profesor de Castellano. Es autor de "La batalla de Placilla" .

pueblos abandonados

El escritor(a) se ha institucionalizado y es hoy mucho

más conservador que antes, ya no estamos ante luchadores sociales y políticos, sino ante poetas cortesanos, cuyo principal trabajo es el de realizar (diseñar, gestionar y administrar proyectos).