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Una de las víctimas estaba trabajando como temporero para comprarse una guitarra

AHORROS. Familiares de los fallecidos cuentan los sueños que quedaron para siempre en suspenso en la Ruta R-86.
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Camilo Garrido

Una vez que se conoció la fatídica noticia, los familiares de las víctimas no tardaron en llegar al kilómetro 88 de la ruta R-86. Allí entre sollozos y abrazos intentaban contener el dolor que les provocó la tragedia. Allí también los parientes de las víctimas dieron a conocer cuáles eran las metas de los temporeros.

Fernando Canío Cuitiño tenía 17 años. Habitaba en la comuna de Angol y estaba pololeando. Estudió hasta cuarto año medio en el Liceo Politécnico Juanita Fernández Solar de Angol y ya tenía un futuro en mente: su sueño era ser arquitecto.

El familiar más cercano a él era su abuelo. De hecho, vivía con él. Los propios conocidos y familiares del adolescente indican que incluso lo quería como a un hijo.

Fue el padrastro de este joven, Luis Caamaño, pareja de su madre, quien acudió al lugar del accidente para corroborar la veracidad del infortunado llamado que despertó temprano a toda la familia para informar del fallecimiento del joven.

El sueño de la guitarra

Según contó Caamaño, Fernando Canío inició este verano persiguiendo una idea: quería juntar dinero para comprarse una guitarra.

Él sabía que, para obtenerla, debía trabajar. Su primera intención era ir al Centro Turístico Cantera Deuco, en Angol.

Sin embargo, cambió de parecer. Según lo que indica Luis Caamaño, sus amigos, que pertenecen a la comuna de Los Sauces, influyeron en su decisión. Finalmente escogió trabajar en la empresa San Pedro.

Pero Fernando era menor de edad. No podía iniciarse en esta actividad por cuenta propia. Necesitaba el permiso de un mayor de edad a cargo de él.

"Le dimos la autorización para que trabajara con contrato de menor de edad. Creo que la mayoría eran menores de edad los que venían en el furgón. Le pidió permiso a su mamá y le dio la autorización y todo".

El joven comenzó a trabajar el lunes 4 sin un contrato, pero la ley permite que pudiera ejercer sin él. Sólo bastó el documento que le entregó su mamá.

Uno de los que lo ayudó en esta rutina fue su propio abuelo, quien muy temprano, a las 5 de la mañana, lo despertaba y preparaba el desayuno, animándolo a cumplir con sus obligaciones.

Por plazo, él debía recibir formalmente el contrato este sábado. Sin embargo, el accidente de la madrugada de ayer dejó al joven sin poder tocar las cuerdas de su añorado instrumento.

Ayuda sicológica

La trágica noticia caló hondo en su familia, su padrastro, abuelo y hermano menor, pero una de las personas más afectadas con lo sucedido fue la madre, conocida trabajadora de un local comercial cercano al sector de los tribunales en Temuco. "Está hecha pebre", confesó Luis Caamaño, padrastro del joven.

Producto de la conmoción, la incertidumbre primó a medida que surgían las primeras informaciones del incidente. "Hoy nos enteramos en la mañana, temprano, de la tragedia. Nos vinimos de inmediato para acá. No sabemos qué pasó. Dicen algunos que el chofer se quedó dormido. No sabemos", expresó Caamaño.

Aparte del trabajo investigativo y de ayuda médica para los lesionados, las autoridades regionales indicaron que ofrecerán asistencia en la reparación emocional de los deudos.

Sobre esto el intendente Andrés Jouannet comentó que este suceso "enluta a toda la Región" y adelantó que funcionarios de servicios públicos "realizarán todos los esfuerzos necesarios para acompañar a los familiares en este duro proceso y poder entregar los cuerpos hoy (sábado), aunque sea a última hora de la tarde a sus seres queridos, con el fin de poder darles cristiana sepultura".

En detalle, el Gobierno Regional, a través de un comunicado institucional, indicó que "una vez que los cuerpos de las víctimas fueron trasladados al Servicio Médico Legal de Temuco, el intendente (Jouannet) dispuso un espacio de atención y contención para los familiares a cargo de un equipo de sicólogos y diferentes profesionales del Servicio de Salud Araucanía Norte, en el Colegio de Profesores, edificio aledaño a las dependencias del SML".