Colusión
Ya casi no nos sorprende como, a vista y paciencia de todos, importantes empresas abusan de nuestra menguada economía doméstica. He ahí los escándalos de colusión en el papel sanitario y pollos. Lo realmente sorprendente son las penas con que son amenazados, porque no pasan más allá de ser "una pluma del pollo" para estos abusadores y una burla hacia los consumidores porque en definitiva, jamás veremos un peso de vuelta.
Cuando un pequeño comerciante es sorprendido no otorgando una boleta o se le detecta una falla en su operación contable, los inspectores de impuestos internos cruzan un letrero que condena: "Clausurado". Todo con letras muy legibles y de distancia.
Cuando como simples mortales no podemos cumplir con algún compromiso financiero, nos envían al Dicom y quedamos manchados como delincuentes, para siempre.
Ante esto propongo: Se incorpore en el proyecto de ley o mediante decreto presidencial, que sobre estas empresas que se coluden, además de la multa pecuniaria, se les imponga, como pena que desde seis meses hasta 2 años, deban incorporar en su imagen corporativa la leyenda: "Empresa sancionada por coludirse en contra del consumidor". Esto con el pie de firma de la correspondiente superintendencia, incluidas en las campañas publicitarias de todo tipo.
La misma disposición debe indicar la empresa durante el mismo periodo, no podrá despedir a ningún trabajador, por causales que no sean estrictamente faltas graves del trabajador y debidamente certificadas por el ente certificador.
Tampoco podrá aumentar el valor del producto, por sobre el precio promedio mercado al momento de sufrir la sanción, si disminuirlo cuando el mercado lo amerite.
Para quienes delinquen a través de la colusión, las multas que a nosotros nos parecen elevadísimas les resulta muy fácil recuperarlas, basta subir el precio del producto, nos vuelven a abusar y lavan su imagen con una muy buena campaña publicitaria.
Resulta injusto, al pequeño estigmatizarlo convertirlo en delincuente, al poderoso facilidades de todo tipo para que oculten su falta.
Señores parlamentarios, alguna vez legislen en pos de la justicia y la igualdad.
Mario Osorio Gallardo
Construir futuro
Conjuntamente con saludarlo y felicitarlo por su centenario: cien años de experiencia y diaria novedosa juventud informativa; deseo expresar dos preguntas que surgen de los acontecimientos que han sacudido la confianza y honestidad de todos:
¿Es objetivo de nuestro convivir cotidiano buscar siempre tener la razón y certeza para lograr la sumisión y obediencia, obteniendo así ser servidos por los demás? y ¿deseamos y queremos vivir cada día en amor, aceptación y comprensión mutua, para que con autonomía, responsabilidad y libertad, crear-convivir (en) un espacio de relaciones altruistas, solidarias y de comunicación verdadera?
Estimo, Sr. Director, que cada chileno y / en cada una de las instituciones y organizaciones a las que pertenecemos (familia, partidos políticos, iglesias, paz en La Araucanía, universidades, etc.) se debería reflexionar en torno a estas preguntas.
De la respuesta a cada una de ellas depende el futuro que estamos construyendo; y si nuestros nietos, bisnietos, tataranietos, etc. podrán vivir-existir en paz y en una tierra limpia y acogedora en lo ideológico-cultural y ambiental natural.
Manuel Ortiz Veas
Para que no vuelva a pasar
Un padre y sus hijos de 12 y 9 años estaban dispuestos a pagar para hacer ingreso a un parque de diversiones. Cuando en boletería le dan el valor total a pagar, el padre extrañado le dice al auxiliar que estaba equivocado, que el valor por sus hijos era mayor porque uno excedía los 10 años de tope. En ese momento, el auxiliar le dice: "tiene razón, pero para que vamos a hacer ese cambio si en este minuto no hay nadie mirando". El padre le respondió: "se equivoca, mis hijos me están mirando."
Si cada padre o madre, o cualquier persona, obrara como el de esta historia, les puedo asegurar que Chile sería un país mucho mejor.
Imagino que a todos nos indigna la colusión de farmacias, pollos, supermercados. El uso de información privilegiada, la corrupción, el financiamiento irregular, las licitaciones hechas para familiares, el uso del copy paste por parte de parlamentarios en la presentación de proyectos, la forma de pago de la Anfp al entrenador, etc.
Lamentablemente la indignación es producida por el monto y/o la connotación más que por el hecho en sí. ¿Acaso nadie en el colegio usó el término "sapo" al que denunció la copia? ¿Y después nos preguntamos el porqué de estos escándalos? En Chile se instauró el concepto de "pillo", como de viveza y astucia a quien simplemente es un aprovechador, al que roba, al que solo le importa sacar ventaja y le da lo mismo el resto.
Entonces, preguntémonos que hicimos o estamos haciendo con nuestros hijos para que esto no siga ocurriendo.
Felipe Cuevas Mancilla