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El ejercicio y el mal de Alzheimer

NEUROLOGÍA. Realizar actividades físicas aumenta la materia gris en el cerebro y frena el avance de este mal, según estudio.
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Pamela De Vicenzi

Diversos estudios han revisado la relación entre la actividad física y el retraso de la enfermedad de Alzheimer. Por ejemplo, una investigación publicada en septiembre del año pasado en la revista Molecular Psychiatry -de Nature- señaló que la obesidad puede acelerar el desarrollo del Alzheimer. Por el contrario, otro estudio de PLOS Biology afirmó que el deterioro estructural asociado a la vejez se puede prevenir mediante el ejercicio aeróbico a largo plazo a partir de la mediana edad.


quemar calorías evita aparición de alzheimer

La actividad física tiene efectos positivos en el organismo y aumenta el volumen de la materia gris en áreas clave del cerebro responsables de la memoria y la cognición, por lo que puede prevenir enfermedades de este tipo como el Alzheimer.

Así lo afirma un estudio realizado por las universidades de Pittsburgh y California en Los Ángeles (EE.UU.). A la inversa del hallazgo, los resultados mostraron que las personas con Alzheimer o deterioro cognitivo leve experimentaron niveles altos de calorías en la alimentación, lo que disminuyó la materia gris con el tiempo.

Los hallazgos

El equipo examinó los datos de 876 personas de 65 años, obtenidos a lo largo de cinco años a través de un estudio referido a salud cardiovascular. Los participantes tuvieron evaluaciones periódicas a través de escáneres cerebrales y pruebas cognitivas.

El grupo también fue encuestado sobre la frecuencia con la que realizan actividades físicas, tales como caminar, jugar tenis, bailar y practicar golf, entre otras. La idea era evaluar el consumo de calorías y la producción de energía por semana.

Mediante el uso de modelos matemáticos, los investigadores encontraron que las personas que quemaban más calorías tenían grandes volúmenes de materia gris en los lóbulos frontal, temporal y parietal del cerebro, áreas asociadas con la memoria, el aprendizaje y la realización de tareas cognitivas complejas.

En otro análisis realizado a un subgrupo de más de 300 participantes, quienes tuvieron el gasto de energía más alto presentaron un mayor volumen de materia gris en áreas clave mostradas por los escáneres cerebrales iniciales. Por lo tanto, tuvieron la mitad de probabilidades de desarrollar la enfermedad de Alzheimer cinco años más tarde.