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"Debemos colaborar para que el país no fracase en la implementación de la gratuidad"

EDUCACIÓN. En el marco del inicio del año académico 2016 de la casa de estudios, el rector de la Universidad Autónoma de Chile comenta sobre la acreditación institucional obtenida por cuatro años, y afirma que el país debe colaborar para que no fracase la implementación de la gratuidad.
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Carolina Nahuelpi

Tras el intenso debate que tuvo lugar el año pasado en torno a la gratuidad -no exento de incertidumbres que se resolvieron sobre los plazos-, la Universidad Autónoma de Chile fue uno de los cinco planteles de educación superior que se adscribió para este 2016, reafirmando, con ello, su compromiso con los estudiantes que atienden.

Sobre esta decisión, la discusión que se aproxima sobre la Reforma de Educación Superior, las acusaciones de lucro que salieron a la luz pública el 2012 y el posicionamiento de la casa de estudios conversó el rector, Teodoro Ribera Neumann, con El Austral.

-¿En qué posición se encuentra hoy el proyecto de la Universidad Autónoma?

-Estamos viviendo un hito relevante de nuestra historia, a partir de la acreditación institucional por cuatro años, agregando el área de Investigación, lo que nos posiciona entre las principales 20 universidades del país, y como una de las tres privadas más relevantes en el sistema de educación superior. Además, al adscribirnos a la gratuidad, hemos dado otro paso de consolidación ante una política que llegó para quedarse. Ha sido un acto de buena fe, pues faltan respuestas y certezas.

-¿Está de acuerdo con la forma en que se ha implementado la gratuidad?

-Más allá de las mejoras, precisiones y certezas jurídicas que requiere la política de gratuidad, que hoy sólo está regulada a nivel de una disposición presupuestaria de validez anual, estamos convencidos de que debemos colaborar para que el país no fracase en la implementación de la gratuidad. Ello exige de las autoridades abrirse a escuchar las propuestas de quienes implementan las políticas y a valorar a todos los actores del sistema, más allá de si se trata de instituciones estatales o privadas (...). Siempre es bueno que políticas gubernativas de esta profundidad no sólo tengan un buen debate parlamentario, sino también un debate prelegislativo, que comprenda principalmente a quienes les toca en el día a día implementar las políticas (…). Espero que este año exista mayor capacidad de diálogo y una mayor receptividad del aporte que pueden hacer las universidades privadas.

-Usted se refiere a que "faltan certezas". ¿Cuáles son las principales?

-La política de gratuidad se implementó mediante una glosa presupuestaria, con un carácter anual y que, consecuentemente, no resuelve cuál será el futuro de los alumnos que se adscriben a ella, ni de las universidades si llegase a cambiar esa glosa este año. Tampoco precisa si las condiciones de mantención del beneficio van a ser iguales o diversas a futuro, la forma de rendición de los dineros, etc. Lo que hay que entender es que se ingresó a esto porque estamos convencidos de que es un sistema que nos permite cumplir, de mejor manera, con la misión de formar jóvenes provenientes de sectores medios y ascendentes. No haber ingresado habría significado dejar sin derecho al beneficio a los estudiantes que cumpliendo los requisitos para acceder a él, optaron por el proyecto de la universidad.

-¿Cuántos de los jóvenes de la universidad accedieron a la gratuidad?

-9.866 estudiantes de la Universidad Autónoma, que representan alrededor del 45% de nuestros alumnos. No es casual, y ello nos llena de orgullo, que poco más del 6% del total de los jóvenes con derecho a la gratuidad hayan optado por la Universidad Autónoma de Chile.

Reforma

-¿Qué espera de la Reforma de Educación Superior?

-Es importante que exista un sinceramiento de qué es lo que quiere el Estado de sus propias universidades y qué es lo quiere hacer por sus universidades. Creo que es necesario valorizar el aporte que las universidades privadas han hecho al desarrollo del país.

-¿En qué aspectos espera que se centre el debate?

-Creo que debemos avanzar en generar un sistema más articulado entre la educación profesional y técnica, tenemos que generar algunos estándares mínimos, que sean superiores a los que existieron con anterioridad, porque el país ha progresado. También tenemos que generar estándares de transparencia y de desempeño de acuerdo a una sociedad que hoy demanda un mejor uso de los recursos públicos y mejor desempeño. Sin embargo, creo que no es conveniente que en la ley se fijen detalladamente procesos de la generación de conocimiento, porque ello conlleva a imponer moldes de gestión, que terminan ahogando a las propias universidades.

-¿Cómo vislumbra la competencia con las universidades estatales?

-Somos complementarios y buscaremos incluso crear las condiciones para trabajar con ellas. La Ufro y la Universidad de Talca son excelentes universidades estatales, de nivel nacional. Eso sí, la generación de bienes públicos no es solo patrimonio del Estado, sino de la sociedad toda. A veces por el centralismo imperante y otras por el simple desprecio a la presencia del sector privado en la educación no se valora el aporte de universidades como la Autónoma a la consolidación de la clase media chilena. Esperamos que el centro del debate vuelva al tema de la calidad, área donde la Universidad Autónoma exhibe mejores indicadores académicos y financieros que varias instituciones que pertenecen al Consejo de Rectores de las Universidades Chilenas (Cruch).

Lucro

¿En qué se encuentra la universidad frente a la investigación acusaciones de lucro?

-En 2012, la Cámara de Diputados solicitó realizar una investigación sobre el lucro en la educación superior. Nuestra casa de estudios brindó todos los antecedentes y documentos que le fueron requeridos, luego de lo cual, con fecha 13 de marzo de 2015, se dispuso el archivo provisional de la causa. Pero yo quiero ir más allá de lo meramente legal: el correcto funcionamiento de la Autónoma está corroborado además por el proceso de acreditación y por el informe financiero emitido por una empresa evaluadora externa, a solicitud de la Comisión Nacional de Acreditación (CNA), los cuales demostraron que nuestra institución cumple con creces las normas académicas y financieras vigentes, y detenta altos niveles de eficiencia y solvencia. Aun así, creemos que la sociedad exige cambios que resultan lógicos: las instituciones de educación superior deben aumentar su calidad académica y su transparencia, más allá de su condición de privada o estatal.

-¿Y cómo se puede avanzar más en transparencia?

-Nosotros estamos en proceso de análisis para avanzar en la implementación de nuevos procesos de auditoría externa que den garantías a todos. Sabemos que el hecho de que la educación de cerca del 50% de nuestros estudiantes sea pagada hoy por el Estado, es decir, por todos los chilenos, nos demanda ir más allá de lo meramente legal, para dar garantías a todos de la correcta inversión de los recursos. Las universidades lloran por tener certeza jurídica y es por ello urgente que las autoridades tramiten los proyectos de ley y las instituciones sepan lo que se espera de ellas. En este sentido, es preferible un final doloroso, que un dolor sin fin, como dice un dicho alemán.

-¿Cómo ha vivido en lo personal los distintos cuestionamientos a su casa de estudios, desde 2012 hasta ahora?

-Mentiría si dijera que ha sido sencillo, pues no ha existido mayor análisis en muchas imputaciones vertidas, pero hemos podido salir adelante porque los actores han ido comprendiendo que este es un proyecto educativo sólido y comprometido con el país.

-¿Y por qué cree que existe tanta crítica, incluso cuando se adscribió a la gratuidad?

-Quiero creer que es por desconocimiento y quizás debemos hacer un mea culpa por no haber comunicado a tiempo lo que somos y para dónde vamos. Esto se debe quizás a que nuestro devenir constituye, en los hechos, un vuelco respecto de la tradición universitaria chilena, en la cual son los centros de estudios superiores de la capital los que llegan a las demás regiones del país y no al contrario y eso lo hemos hecho a través de un proyecto con sentido claro: somos una universidad privada que busca un crecimiento y consolidación con sentido, a través de un férreo compromiso con los desafíos del país, por medio de la generación de bienes públicos de calidad y la formación de jóvenes provenientes de sectores medios y ascendentes.

-¿Cree que el archivo provisional de la investigación sobre el lucro es suficiente para quienes aún critican a la universidad por este hecho?

-El crecimiento de la universidad desde su fundación en Temuco hasta transformarse en una de las instituciones educacionales más sólidas en lo financiero, no hacen más que reafirmar que lo que se ha hecho con las utilidades es reinvertirlas en el proyecto, como lo refleja el hecho de que entre 2010 y 2014 la Universidad Autónoma más que duplicó su infraestructura propia, pasando desde 54.000 m2. a 121.000 m2. Además, somos la tercera universidad privada con mayor patrimonio del país y la única universidad privada regional que ha logrado consolidarse y alcanzar estándares de competencia y de calidad certificados por la CNA.

-¿Por qué nunca se defendió de estas acusaciones?

-Porque siempre hemos aspirado a que esas acusaciones queden atrás por la fuerza de nuestros resultados. Y creo que el hecho de que hayamos cumplido con todos los requisitos para acreditarnos y que nuestros alumnos puedan optar a la gratuidad es el reflejo de que lo que somos.

-¿Cuál es el proyecto de universidad para los próximos años?

-Sentimos que en el contexto país tenemos un rol que jugar como una universidad privada adscrita a la gratuidad. Creemos que nuestras acciones han ido en la línea de lo que la sociedad ha demandado como cambios, sin descuidar nuestra esencia. En el futuro, queremos fortalecernos en los lugares donde nos encontramos, analizaremos en detalle la forma en qué vamos a continuar creciendo en Santiago, Talca y Temuco y definiremos lo mejor para este proyecto colectivo. Lo relevante es seguir consolidando el proyecto y abarcando con más fuerza el área de los postgrados, la capacitación y la educación a distancia.