Secciones

Quiebre en el pacto de silencio permite detener a 11 comuneros por el crimen del matrimonio Luchsinger-Mackay

DICHOS. La detención se produjo gracias a la confesión de uno de los presentes en la madrugada del ataque ocurrido en enero de 2013. El imputado luego acusó presiones por parte de la policía.
E-mail Compartir

Lorenzo Lovera

Los familiares del matrimonio Luchsinger-Mackay habían perdido las esperanzas de encontrar a los responsables del crimen de Werner Luchsinger (74) y Vivianne Mackay (69), ocurrido la madrugada del 4 de enero de 2013 en su casa de la granja Lumahue en Vilcún. Eso hasta ayer, cuando vieron en primera fila cómo la magistrada Alejandra García-Bocaz acogió la petición de la Fiscalía y ordenó la prisión preventiva para 10 de los 11 comuneros mapuches detenidos por la PDI durante la madrugada.

Así fue como hasta la sala 2-A del Juzgado de Garantía de Temuco fueron presentados José Tralcal Coche; Luis Tralcal Quidel, Aurelio Catrilaf Parra, Hernán Catrilaf Llaupe, Sabino Catrilaf Quidel, Juan Tralcal Quidel, Sergio Catrilaf Marilef, Eliseo Catrilaf Romero, José Córdova Tránsito, Francisca Linconao Huircapan y José Peralino Huinca (quien quedó con medidas cautelares distintas a la prisión) tras ser formalizados por la Fiscalía como autores del delito de incendio con resultado de muerte de carácter terrorista.

Según explicó el fiscal regional, Cristian Paredes, la comparecencia de los detenidos obedecía a que todos ellos "junto al condenado Celestino Córdova Transito, ingresaron al fundo granja Lumahue previamente concertados, provistos de diversos elementos, entre ellos, armas de fuego de distintos calibres; elementos contundentes, cuerpos portadores de llamas, bidones con acelerantes, elementos inflamables y/o biocombustibles, con el propósito de atacar el domicilio e incendiarlo, aún constatando la presencia de los ocupantes".

El mismo Paredes luego agregó que todos los imputados individualizados - además de Celestino Córdova - le prendieron fuego a la casa patronal "dejando a Werner Luchsinger y a Vivianne Mackay al interior del inmueble, el que se consumió en su integridad por la acción del fuego, provocando a ambas víctimas la muerte por carbonización".

En su lectura, el mismo fiscal regional le explicó a la magistrada García-Bocaz que los hechos cometidos -según el organismo persecutor- obedecieron "al cumplimiento de un plan elaborado y coordinado, destinado a conminar a los agricultores de la Región a hacer abandono de sus predios, transmitiendo entonces a estos el mensaje inequívoco de transformarse en víctimas en caso de permanecer residiendo en dichos lugares", sentenció Paredes.

Operación Lumahue

Un incesante movimiento de vehículos por calle Francisco Bilbao, pasadas las 12 de la noche de ayer, indicaba que algo extraño pasaba. Ese movimiento tenía como respuesta que se ponía en marcha la 'Operación Lumahue', liderada por personal de la Bipe de la Policía de Investigaciones y que tenía como fin la captura de los otros 11 presuntos implicados en la muerte del matrimonio de agricultores.

La razón de semejante operativo policial tuvo su origen el 23 de octubre del 2015, fecha en donde José Manuel Peralino Huinca, declaró "libre y espontáneamente" ante los fiscales Alberto Chiffelle y Luis Arroyo, y otros dos detectives declarados testigos de oída, los pormenores de los hechos ocurridos en el sector General López de Vilcún.

Esos hechos, según dio cuenta el fiscal Alberto Chiffelle, se produjeron ya que el propio Peralino no aguantaba "el cargo de conciencia" ya que según sus propias palabras, esa noche del 4 de enero efectivamente "querían quemar (la casa) pero yo no quería que los viejitos murieran", dijo.

El mismo Chiffelle, en audiencia, explicó que todos los imputados, tras cometer el delito, acordaron "que bajo ningún respecto hablarían" claro que en el caso de Peralino eso no se cumplió porque quería "sacarse ese peso de encima, pese al temor que siente", dijo el persecutor.

Acto seguido, el fiscal dijo que el testigo clave reconoció a los otros diez imputados a través de un set fotográfico y que los hechos relatados tuvieron "absoluta coherencia en todo".

Según detalló José Peralino a los fiscales Arroyo y Chiffelle, todo se habría iniciado en el domicilio de la machi Francisca Linconao, lugar desde donde salieron al menos 12 personas hasta el fundo de los Luchsinger-Mackay.

Otro hecho referido por Peralino,-explicó el fiscal- dice relación con la existencia de ocho panfletos en el sitio del suceso, los que fueron entregados por Francisca Linconao y que posteriormente fueron encontrados en el lugar indicado por el imputado, quien además les indicó las vías de escape de los atacantes, mismas que fueron corroboradas por las policías horas después de desatada la tragedia.

A todo lo anterior, la Fiscalía refirió que según una georreferenciación hecha a los celulares de Luis Tralcal Quidel; José Tralcal Coche, Francisca Linconao y José Peralino, daban cuenta que esa noche, a eso de las 21 horas, fueron fijados en la celda telefónica que presta cobertura al domicilio de la machi, lugar donde según Chiffelle "todos los imputados se reúnen, planifican y salen a perpetrar el ataque".

En caso de llegar esta investigación a un juicio, los imputados podrían arriesgar penas que parten en los 15 años y 1 día e incluso, llegar a presidio perpetuo calificado.

La fuente

Por su colaboración en el esclarecimiento de los hechos, el Ministerio Público solicitó la medida cautelar de arresto domiciliario total para José Peralino Huica, marcando una clara diferencia entre él y el resto de los detenidos.

Dicha petición fue igualmente acogida por parte de la magistrada Alejandra García-Bocaz, quien además le prohibió salir del país y ratificó la solicitud de protección policial permanente durante los 2 meses que dure la investigación.

Eso sí, tras escuchar al propio Peralino - quien se desdijo de todo lo señalado por el fiscal Chiffelle - quedó la duda respecto de quién dijo la verdad ya que en la audiencia la Fiscalía no replicó los dichos de la fuente que originó el masivo operativo policial (ver nota secundaria).

En conclusión, Chiffelle sentenció que "no es posible sino concluir que todo lo dicho por el imputado Peralino Huinca guarda absoluta relación, hasta en los más mínimo detalles, con lo que nos dejó el sitio del suceso".

"Ingresaron al fundo granja Lumahue previamente concertados...con el propósito de atacar el domicilio e incendiarlo".

Cristian Paredes,, fiscal regional

La herida del machi Celestino Córdova

Una herida a bala, propinada por Werner Luchsinger, decretó la detención del hasta ese entonces desconocido, Celestino Córdova Tránsito. Su aprehensión se produjo a metros de la granja Lumahue y durante la investigación, que se extendió por más de un año, nunca dijo una sola palabra. Finalmente, en febrero del año 2014 el machi fue encontrado culpable del delito de incendio con resultado de muerte, lo que dio pie a una condena de 18 años de presidio efectivo que a día de hoy cumple en la cárcel de Temuco.

"No tienen evidencia científica o material que vincule a alguna de las personas con los hechos formalizados".

Pablo Ardouin,, defensor penal público

El matrimonio Luchsinger-Mackay

"Mis papás no eran gente rica, no eran latifundistas". Así describía Jorge Luchsinger, hijo del matrimonio, a sus padres que horas antes habían sido asesinados al interior de la casa patronal de la granja Lumahue, que tenía 80 años de historia. Durante su estadía en el sector de General López, la pareja se dedicó a descansar ya que siempre estuvo dispuesta a pasar sus últimos días así.

"No es posible si no concluir que todo lo dicho por el imputado Peralino Huinca guarda absoluta relación hasta en los más mínimos detalles con lo que nos dejó el sitio del suceso".

Alberto Chiffelle,

fiscal