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Agricultores de La Araucanía inician cultivo de sandías

INNOVACIÓN. El cambio climático y el conocimiento sobre el tema han sido factores claves para dar el impulso a la producción local de este fruto, característico de la zona central.
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Carolina Nahuelpi Álvarez

La zona central perdió exclusividad en la producción de sandías. Esto porque recientemente agricultores de La Araucanía han realizado cultivos comerciales incipientes y sobre todo experimentales de este refrescante fruto, los que han tenido resultados que permiten vislumbrar un escenario auspicioso en esta línea productiva.

Uno de los primeros en apostar por las sandías en la Región fue el matrimonio de Ítalo Aliaga y Cecilia Hueñir, del sector de Codinhue, comuna de Vilcún.

Según cuenta el agricultor, toda su vida vivió en Curicó, donde cultivaba sandías sin problemas, por las características de la zona. Una tradición que se ha traspasado de generación en generación, pues sus abuelos se dedicaban a ello.

Este conocimiento adquirido desde la niñez fue clave cuando hace seis años se traslada junto a su familia a Vilcún. En un inicio analiza las condiciones climáticas y luego de un año decide sumar la siembra de sandías al resto de sus productos (arándanos, frambuesas, tomates, ajíes y otros).

"Encontré que el clima era muy parecido, sobre todo por el calor. Lo único es que acá hay muchas heladas, pero de mis abuelos aprendí cómo cultivar (...). Entonces primero trabajo en un invernadero y luego traslado la plantita al microtunel, que yo implementé. Nos atrevimos por primera vez en 2011".

Una primera siembra discreta que, contra todo pronóstico, fue aumentando año a año en calidad y cantidad de producción. "El año pasado sacamos 700 sandías y este año cerca de mil 200, algunas de las cuales llegaron a pesar 11 kilos", añadió el pequeño agricultor, junto con destacar el dulzor y textura del fruto local.

Son, precisamente, la novedad de su origen y la calidad del producto los aspectos que han hecho surgir una clientela de forma espontánea, que desde distintos puntos de la Región llega hasta el predio para adquirir una de las sandías regionales, que con el apoyo de Indap y de la Municipalidad de Vilcún hoy llevan la marca de "Las pioneras de Codinhue".

Este es el caso de Omar Molina, quien habitualmente viaja desde Vilcún para comprar la fruta. "Llevo tres años comprando y al principio me sorprendió mucho que se diera la sandía en la zona. Muchos llegamos por la novedad, pero seguimos viniendo porque tiene un sabor único: es muy dulce, jugosa y uno se va a la segura, porque es más natural y más rica", cuenta.

Aliaga confirma esta tendencia, señalando que "a pesar de que participo en ferias, la mayor parte de los productos los vendo acá, en mi predio, porque a la gente le llama mucho la atención que se produzca sandía en la zona, entonces aprovechan de conocer la producción y elegir directamente la sandía que quieren. Cuando llegan, muchos se sorprenden", agrega.

La innovación no sólo ha atraído a clientes hasta el lugar, sino también a agricultores que desean conocer cuáles son las características de la sandía y cuál es el mecanismo para producirla, a quienes el matrimonio Aliaga Hueñir reciben con la mejor disposición.

De ello ha sido testigo Mauricio Peña, encargado de la Unidad de Desarrollo Económico Local (Udel) de la Municipalidad de Vilcún, quien destaca que "don Ítalo viene desde el norte, con un conocimiento adquirido, entonces hemos aprendido bastante de él (...). Como pionero en el cultivo, ha sido generoso con sus conocimientos y eso es destacable".

Cabe destacar que la alianza con entidades de carácter público y su ímpetu por innovar permanentemente han hecho que Aliaga y su esposa también experimenten con otros productos como melones, la sandía negra y el caigua, fruto característico del norte, que tiene importantes propiedades para la pérdida de peso.

En este sentido, los desafíos son importantes. "Nuestra meta es ampliar la producción el próximo año, para lo cual tendremos que arrendar un terreno y resolver el tema del agua, porque el conocimiento y la experiencia ya está".

Para ello cuenta con el permanente respaldo de la Udel. "Tenemos que apalancar recursos a través de la Unidad de Proyectos, para permitir que don Ítalo dé el salto (...). Ya está demostrado que en la comuna se puede producir sandías, lo que es una oportunidad muy rentable, en la que hay que seguir avanzando", añade Peña.

OTROS CASOS

Basándose en la experiencia de Aliaga, tres agricultores de Vilcún efectuaron siembras experimentales este último año, de las cuales resultaron algunas unidades de sandías.

"La producción inicial ha sido menor, porque este cultivo requiere de bastante trabajo, dedicación y conocimiento. Hemos visto que al tercer año ya se adquieren las competencias para poder ampliar la producción", manifiesta el encargado de la Udel.

Uno de ellos fue Esteban Curilen, de la comunidad Antonio Linconao de Vilcún. "Al principio comenzamos con la producción de frutillas, pero nuestros clientes empezaron a pedirnos más cosas. De ahí surgió la idea de ir agregando otros cultivos al predio y probamos con sandías y melones, los cuales son solamente un ensayo por esta temporada, pero ya estamos pensando en extendernos para el próximo año", contó Curilen.

Otra experiencia similar es la que llevó a cabo Nidia Rebolledo, quien tiene una parcela en el sector de Roble Huacho, de Padre Las Casas. "El año pasado decidimos plantar, por un afán de probar solamente, y sacamos unas sandías de menor tamaño. Sin embargo, este año logramos una sandía de seis kilos y otras dos de similar tamaño, además de otras ocho pequeñas", manifiesta.

Sobre las características del producto, Rebolledo asegura que es muy apetitosa, logrando un sabor muy similar a una buena sandía tradicional. "Es dulce, con un color muy rojo, jugosa", precisa.

A pesar de que todos los cultivos que lleva a cabo son destinados al consumo familiar, la parcelera no descarta la opción de comercializar la variedad local en el futuro, en caso de que aumente la producción en los próximos años.

CAUSAS Y DESAFÍOS

El cultivo de sandías o el aumento de la producción vitivinícola corresponden a fenómenos impensados hace un década, que hoy son una realidad gracias a factores como el avance tecnológico en el ámbito agrícola, pero sobre todo al cambio climático que se experimenta en el mundo.

Así lo asegura Alexsa Guzmán, ingeniera agrónoma y magíster en Desarrollo Rural Local de la Universidad Politécnica de Madrid, quien actualmente se desempeña en el Programa de Desarrollo Territorial Indígena de Indap.

"Hace alrededor de 10 años se ha comenzado a suscitar este proceso de cambio climático en la Región, que de aquí al 2030 podría manifestarse en un aumento de 2°C de la temperatura (...). Todo este fenómeno ha hecho que las condiciones climáticas se trasladen al sur y que, por lo tanto, cultivos como las sandías o las vides, que antes no se daban en La Araucanía, hoy sean posibles", explica la experta.

En este sentido, Guzmán asegura que esta situación abre nuevas oportunidades y también desafíos. "Se espera que aumenten las superficies con cultivos más propios de la zona central y en esto es importante que se conjuguen aspectos como la inversión, la innovación (...), la investigación científica, prácticas agroecológicas, y la colaboración entre entidades públicas y privadas, para que esto avance", concluyó la profesional.

"La mayor parte de los productos los vendo acá, en mi predio, porque a la gente le llama mucho la atención que se produzca sandía en la zona, entonces aprovechan de conocer la producción y elegir directamente el producto".

Ítalo Aliaga,, productor de sandía

$300 a $3 mil es el valor de las sandías "Las pioneras de Codinhue", que comercializa el agricultor Ítalo Aliaga junto a su esposa Cecilia Hueñir. Aún quedan para la venta.

1.200 sandías produjo el agricultor de Vilcún en el quinto año de cosecha. Una cifra que, al ir aumentando año a año, permite prever un panorama auspicioso en esta línea productiva.

10 años, aproximadamente, es el periodo en el que se han manifestado cambios climáticos en la Región, situación que al continuar avanzando abriría otras alternativas productivas en la zona.