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Científicos rusos diseñan un prototipo de una silla de ruedas "inteligente"

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La silla de ruedas del futuro estará guiada por el pensamiento y las emociones del ser humano, quien no deberá mover ni un dedo para desplazarse, según el prototipo diseñado por un grupo de especialistas rusos en robótica.

"Hemos creado un mecanismo que es capaz de leer lo que la persona piensa y adónde quiere ir, no adónde dice o adónde señala su mano, sino adónde realmente quiere ir", explicó a EFE Gleb Urvanov, científico del Instituto de Ingeniería y Física de Moscú (Mephi, en inglés).

La silla inteligente se adapta como un guante a las características del usuario, a imagen y semejanza de la que utiliza desde hace dos años el científico británico Stephen Hawking.

En el caso de este modelo motorizado, no hace falta ser un genio de la física como el autor de la teoría del Big Bang para utilizarla, pero sí requiere un período de instrucción, ya que el movimiento no depende de la fuerza de los brazos (palanca de control electrónico o joystick), sino del cerebro.

Ni siquiera la peor de las esclerosis sería un obstáculo, ya que el sistema ruso se sirve de los impulsos eléctricos nerviosos, los músculos del rostro (tics, pestañeo y otros movimientos oculares), el estado emocional y la voz humana.

El conductor de la silla debe portar en su cabeza un interfaz interactivo con forma de casco que se pegará a la sienes con unas ventosas y que captará las señales enviadas por el cerebro, que se traducirán en movimiento.

Urvanov define el interfaz o sensor como "un dispositivo inalámbrico que es capaz de efectuar algo muy parecido a un electroencefalograma".

La comida rápida puede alterar el funcionamiento hormonal

QUÍMICA. Un estudio advierte que estos alimentos están en contacto con un compuesto que se encuentra en ciertos plásticos y que produce este efecto.
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Pamela De Vicenzi

Diversos estudios científicos han advertido de los efectos perjudiciales de la comida rápida en el organismo. Debido a sus niveles altos de azúcar, grasas y sodio, el consumo de estos platos está vinculado al aumento de peso, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares, entre otros males.

Una investigación reciente de la Universidad George Washington (GWU) asegura que las personas que se alimentan de comida rápida podrían sufrir trastornos hormonales y, en el caso de los hombres, un menor recuento de espermatozoides.

Compuesto clave

Según el estudio, publicado en la revista Environmental Health Perspectives, los responsables de este efecto negativo son los ftalatos.

Estos compuestos pertenecen a una clase de productos químicos industriales utilizados para fabricar materiales de envasado de alimentos, la tubería para los productos lácteos y otros elementos utilizados en la producción de comida rápida.

Otras investigaciones sugieren que los químicos de estos envases pueden contaminar los alimentos que están contenidos en ellos.

Ami Zota, académica y autora principal del estudio, indicó que las personas que consumían la comida rápida más procesada bajo estos parámetros podían tener niveles de ftalatos hasta un 40% más altos.

"Nuestros resultados plantean preocupaciones porque los ftalatos se han relacionado con una serie de problemas de salud graves en niños y adultos", sostuvo Zota.

Análisis

La especialista en salud y medioambiente analizó junto a sus colegas los datos de 8.877 participantes que habían respondido a preguntas detalladas acerca de su dieta en las últimas 24 horas, incluyendo el consumo de comida rápida.

El equipo también revisó muestras de orina con el fin de observar la presencia de dos ftalatos específicos.

De este modo, los investigadores comprobaron que una mayor cantidad de comida rápida procesada en el organismo podía incrementar la exposición a los ftalatos.

También descubrieron que los granos y la carne eran los productos que más contribuyeron a la presencia de estos compuestos. Los granos pueden están presentes en el pan, pasteles, pizzas, burritos, platos de arroz y fideos.

El equipo de Zota profundizó además en la presencia del bisfenol A, conocido como BPA, químico que se encuentra en ciertos envases de plástico para alimentos.

Si bien no hay relación directa entre el consumo de comida rápida y presencia de BPA, los autores del estudio encontraron que los participantes que más comieron de estos platos tenían mayores niveles de este compuesto. El BPA uede conducir a problemas de salud y de comportamiento, especialmente en los niños pequeños.

"Las personas preocupadas por este tema no pueden estar equivocadas por comer más frutas y verduras y menos comida rápida. Una dieta llena de alimentos integrales ofrece una variedad de beneficios para la salud que van más allá de la cuestión de los ftalatos", puntualizó Zota.