Los tres hitos que marcaron su Gobierno de transición democrática
SUCESOS. El ex Presidente comenzó su administración en 1990 con prioridades como resolver en parte el problema de los presos políticos, impulsar la reconciliación y conocer la verdad de lo ocurrido durante el régimen militar. Así, y pese a la oposición del Ejército, el ex Mandatario conformó una comisión especial de donde emergió el Informe Rettig. Ya en el último año de su gestión, tuvo que afrontar el "Boinazo" y las presiones para que no se reabriera el caso "Pinocheques".
El 24 de abril de 1990 se constituyó formalmente la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación, con la que Aylwin pretendía saber la verdad y hacer justicia sobre las violencias inferidas en el régimen militar.
Según señala Cavallo en "La historia oculta de la transición", el Presidente entendía que su Gobierno no tendría sentido si no se determinaba la verdad de lo que había ocurrido.
En un documento seminal, el abogado José Zalaquett advirtió que sería inviable derogar la ley de amnistía de 1978 y que se requeriría una política global sobre DD.HH. Por ello sugirió "preferir el conocimiento de la verdad por sobre la aplicación de sanciones penales".
Parte del gabinete de Aylwin manifestó su reticencia a la creación de una comisión para que investigara lo sucedido, pues les parecía que crearía más dificultades.
Pese a ello, y en un trabajo casi en solitario, señala Cavallo, el Mandatario comenzó a convocar a quienes integrarían la instancia, entre ellos el mismo Zalaquett, Jaime Castillo Velasco, Ricardo Martin y José Luis Cea. Sin embargo, Aylwin sabía que lo más importante era que la comisión tuviera solvencia política, con la presencia de la derecha. Por ello invitó a figuras como Gonzalo Vial, ex ministro de Educación del régimen militar.
La comisión fue presidida por Raúl Rettig, que a sus 81 años continuaba siendo "la imagen del republicano por excelencia", escribió Cavallo.
Si bien desde el Gobierno le habían garantizado que esta no era una iniciativa en su contra, el Ejército no miró con buenos ojos la configuración de este equipo, por lo que determinó no ayudar a la comisión. La FACh y la Armada pusieron distancia a esa estrategia.
Y mientras los partidos oficialistas y organizaciones sociales respaldaron los propósitos de la comisión, la oposición expresó sus aprensiones, recordó Cavallo en su libro.
El 13 de mayo, en su primera visita a La Moneda tras dejar el poder, Pinochet sostuvo una reunión con el Presidente Aylwin en la que le entregó una minuta en rechazo a la comisión.
Después de nueve meses de trabajo, el 8 de febrero de 1991, la comisión Rettig entregó al Mandatario su informe. Allí se detallaron 3.550 denuncias de violaciones a DD.HH., se retrató el dolor de las familias y las víctimas y se propuso una serie de reparaciones. El reporte finalizó con un llamado a no reproducir "nunca más" los hechos.