Ya han pasado las horas desde la muerte del ex Presidente Patricio Aylwin Azócar y las muestras de afecto y aprecio por su significado histórico siguen extendiéndose por el país y nuestra Región.
Para Andrés Jouannet, intendente de La Araucanía y camarada del ex Mandatario, Aylwin "quería una patria justa y buena. Era un hombre bueno, el mejor Presidente de la historia de Chile".
La historia puso en momentos clave de la República a Aylwin. Como líder de la DC, su partido de siempre, como opositor a Allende, luego a Augusto Pinochet y finalmente como gerente de la parte más difícil de la transición.
En la memoria de los chilenos permanece aún el discurso que pronunció en el Estadio Nacional, frente a 80 mil personas, el día después de los resultados de las elecciones presidenciales. Con frases como "civiles y militares, Chile es uno solo", o "las culpas de personas no pueden comprometer a todos, tenemos que ser capaces de reconstruir la unidad de la familia chilena".
Al tiempo, debe reconocerse el trabajo realizado con la Comisión Rettig, la que fue empujada especialmente por él, a riesgo de incomodar a amplios sectores políticos y militares, tal como ocurrió.
Aylwin fue un hombre moderado, que consolidó el modelo económico, a pesar de las severas críticas que hizo, probablemente las más duras de un Mandatario chileno. No obstante, supo conducir el país con moderación, como lo reconoció el senador Alberto Espina (RN): "Su gran obra fue construir acuerdos en un país dividido. Si hay algo que lo distinguió fue su coraje y liderazgo para dejar de lado a los grupos más radicalizados".
Con justa razón su familia dijo: "Sabemos que él no sólo pertenece a nuestra familia, sino que también al país al que sirvió con dedicación y esfuerzo". Dada su investidura, será el primer ex Presidente en recibir honores y funeral de Estado desde el retorno a la democracia en 1990.
Fue un estadista ejemplar para un período muy difícil, que quedará en la memoria de los chilenos.