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Dueños del local donde trabajó el gásfiter: "Tal vez el responsable es otro y nosotros pagamos"

AGOBIO. Los propietarios del Restaurante Ñielol aseguran que el incendio del Mercado no empezó en su negocio y exigen que el guardia que se encontraba al inicio del fuego cuente su verdad.
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Camilo Garrido

Con angustia viven los dueños del Restaurante Ñielol, en el local 25 del Mercado Modelo de Temuco, lugar donde se presume que comenzó el devastador incendio del pasado miércoles, a raíz de una mala instalación de un calefón.

Cecilia Cea, propietaria de la cocinería, y su esposo Héctor Ávila, llegaron hace tres años a trabajar al recinto comercial. Dicen sentirse agobiados por lo ocurrido, ya que creen que sus rostros están vinculados al desastre. "Lógicamente que hemos dormido mal, han sido unos días terriblemente malos. A lo mejor puede ser otra la causa y estamos pagando los platos rotos nosotros", indicó la empresaria.

El matrimonio calcula en $50 millones las pérdidas de sus equipos de refrigeración y cocinería a raíz del siniestro, dejando, en su caso particular, un total de 11 trabajadores a la deriva.

Tanto Cecilia Cea como su esposo están convencidos de que el origen del incendio no fue en su restaurante. El pasado jueves, al día siguiente del siniestro, el matrimonio dice haber acudido a su local y tomó fotografías.

Allí encontraron fijado en la pared, con su tapa, al calefón instalado recientemente, de marca Mademsa y que les costó $94 mil pesos, desde donde presuntamente surgió una fuga de gas.

"Que alguien me aclare una duda: cuando hay una explosión de un calefón, sea donde sea, ¿sale de su lugar o queda donde está instalado?", cuestionó Héctor Ávila.

Lo que pasó

El esposo de la dueña explicó que el sábado 16, luego que no pudieran recibir agua caliente a raíz de un desperfecto en el aparato original, pidieron la ayuda del gásfiter Iván Muñoz. "El calefón que tenía no estaba funcionando bien y tratamos de buscar una persona que lo arreglara. Esa persona la ubiqué en el Publiavisos", reconoce Ávila.

El trabajador llegó el día lunes a analizar el calefón anterior y le recomendó a Héctor cambiarlo, por lo que el propio gásfiter lo consiguió por $94 mil en la tienda Frindt de Temuco. "El otro calefón lo entregó la empresa Intergas. Yo pensaba que era un problema con las pilas, pero no fue así", recuerda.

Ávila reveló que el día del incendio, el miércoles 20, le confió las llaves de su local al trabajador Muñoz para dejarlo laborar durante la noche y que el gásfiter llegó a las 17:45 con el fin de trabajar fuera de la hora de atención en el local.

En ese momento, cuenta el locatario, le pidió a un trabajador que pida la autorización de la administración del Mercado para llevar a cabo las obras. "Acá en el Mercado, todas las reparaciones que uno haga como propietario de los locales, busca los maestros y a la vez pide permiso a la administración para que autorice", explicó.

El esposo de Cea además consignó que luego de pedir autorización "el guardia se hace presente y vio que había una sola persona (trabajando) e iba todo bien hasta ahí".

Eran las 18 horas de ese miércoles. Ese fue el último minuto que vio el restaurante tal y como lo conocía, según cuenta. "En el momento en que yo me retiré, lo que yo vi es que estaba sacando el calefón de la bolsa donde se la entregaron", detalló.

Finalmente, en la noche, la desgarradora noticia, dice Héctor, se la entregó uno de sus nietos por vía telefónica.

Angustia y duda

Con sus compañeros de trabajo en el centro comercial, el matrimonio dice que no han habido malos tratos, pero sí perciben una diferencia en el trato cotidiano que tenían hacia ambos, algo que les preocupa. "Nosotros trajimos un gásfiter, nosotros reconocimos eso, pero en ningún momento he creído que la culpa ha sido nuestra", contó Cecilia Cea, la propietaria del local 25.

Insisten en que no todas las historias están contadas en torno al incendio, y que falta aún por conocer una que consideran importante: la del guardia. Por eso, instan a que, así como ellos y el gásfiter ya entregaron su verdad abiertamente al público, lo mismo haga el vigilante del Mercado.

"El guardia es la persona indicada, porque donde está mi local, la Administración está arriba (...) entonces me pregunto ¿dónde estaba el guardia?", dijo Ávila.

"Que alguien me aclare una duda: cuando hay una explosión de un calefón, sea donde sea, ¿sale de su lugar o queda donde está instalado?".

Héctor Ávila,, esposo de la propietaria del local

Peritaje técnico al calefón

El Cuerpo de Bomberos de Temuco trasladó durante la tarde de ayer el calefón del local 25 a un centro de servicio técnico céntrico de la ciudad, para solicitar un peritaje técnico al aparato y reafirmar la investigación sobre las causas del incidente, en compañía del Laboratorio de Criminalística de Carabineros (Labocar). "Mientras no estemos seguros que la emanación de gas provino o no del calefón, son puras especulaciones. Efectivamente hubo una explosión de gas. La segunda parte es pesquisar de dónde provino esa fuga de gas", dijo Marco Aguayo, jefe del Departamento Técnico de Investigación de Incendios .

3 años llevaban trabajando Cecilia Cea y Héctor Ávila en el Restaurante Ñielol, en el local 25 del Mercado Modelo, hasta el megaincendio.

$ 94 mil costó el calefón que el matrimonio Ávila Cea consiguió para arreglar el problema que tenían con el suministro de agua caliente.