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Derrumbe y rescate de 42 obreros en el Túnel Las Raíces cumple 84 años

LONQUIMAY. El 17 de mayo de 1932 se produjo el grave accidente durante la construcción de icónica obra cordillerana.
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Hugo Soto Cárdenas

El 17 de mayo de 1933, hace exactamente 84 años, La Araucanía fue noticia nacional por el derrumbe de parte del túnel Las Raíces, entonces en plena construcción. En un episodio muy poco conocido de la historia regional, 42 obreros que se encontraban en las entrañas de la montaña, horadándola para lograr la anhelada conexión del ferrocarril hacia Lonquimay, quedaron atrapados en medio de la oscuridad, y con una vía de agua abierta que amenazaba con apurar la muerte, que asomaba por la falta de alimentos y oxígeno. Fueron necesarios esfuerzos hercúleos -las máquinas de entonces distaban bastante de las actuales- para que los rescatistas pudieran sacar a los trabajadores desde el corazón de la montaña, tras 95 horas de terror.

Hoy, a 84 años de este derrumbe cordillerano y posterior rescate -que se adelantó en varias décadas al de los 33 mineros- el recuento señala que son pocas las iniciativas que existen en torno a preservar esta parte de la historia. Sin embargo, hay esfuerzos, siendo uno de ellos la investigación "Regreso desde el Olvido", del profesor de Historia y Geografía del Liceo Las Araucarias de Curacautín, Fernando Koch, que toca esta tragedia en sus páginas. Se suma también el valioso documento histórico "La tragedia del Túnel Las Raíces", de Héctor Alarcón Carrasco, en Identidad y Futuro.cl.

Otro homenaje silencioso es el de Bomberos de Curacautín, que conserva una antigua bomba manual que jugó un rol clave en el rescate del túnel Las Raíces, al extraer el agua del interior de la montaña y así impedir que los atrapados murieran ahogados.

ORGULLO

Los antecedentes históricos de la terrible jornada del otoño de 1932, señalan que la tranquilidad de Boca Norte -el campamento ferroviario más importante creado para la ocasión- se quebraría ese 17 de mayo a las 11 de la mañana, cuando a 440 metros de la salida norte del túnel, en los mismos momentos que un tren carguero sacaba 15 carros de material desde las entrañas de la montaña, un hundimiento cortaba la conexión con el exterior, dejando a los 42 obreros sin comida, sin luz, con peligro de ahogarse en el alud de agua y lodo, y sin ninguna seguridad de salir vivos de esa tumba helada.

Delfina Fonseca, voluntaria de Bomberos de Curacautín y la más longeva a sus 89 años a nivel sudamericano, tenía apenas 5 años cuando la tragedia azotó a la zona cordillerana. Recuerda que "crecí escuchando la hazaña de los rescatistas, donde los bomberos de Curacautín estuvieron a la cabeza. Cuando ingresé a la institución fue motivo de orgullo saber que la bomba que ayudó al rescate estaba incluso dentro del cuartel".

Esa máquina -conocida como "La Salvadora"- forma parte de la colección del Cuerpo de Bomberos de Curacautín, y es un verdadero símbolo para las generaciones que sucedieron al voluntariado que participó de un rescate donde hubo perforadoras, cuadrillas e incluso un tubo de ventilación para llevar el aire hasta los obreros sepultados en vida en el túnel.

"Para nosotros la hazaña del rescate del Túnel Las Raíces es motivo de orgullo y un gran incentivo", asegura el comandante del Cuerpo de Bomberos de Curacautín, Javier Arias, quien ha escuchamos esta historia de personas que vivieron la tragedia y que fueron testigos del exitoso rescate de 42 personas que habían sido tragadas por el túnel que construían.

18 metros tenía de

circunferencia el cráter dejado por el hundimiento en el túnel, con 73 metros de profundidad. 95

horas y 25 minutos estuvieron los 42 trabajadores sepultados en las entrañas de la montaña, con el peligro de la subida de una línea de agua.