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Expectativas versus realidad

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cientista

político

de la UCT

Nuestra Región, que parece estar alejada de la mano del Ejecutivo, reclama su posición en el discurso presidencial. Si tomamos como referencia el discurso del 21 de mayo pasado y las reacciones generadas lo que se observa no es muy raro. Ahora bien, si consideramos lo que se dijo en aquel minuto y fracción que le dedicó a la Región, son cuestiones de orden general, que apuntan, probablemente a una arista del problema, la relación con el pueblo mapuche, aunque un Ministerio de Asuntos Indígenas y un Consejo de Pueblos Indígenas, cuestiones que, claro está, no apuntan directamente al fondo del asunto. Pero ¿cuál es el fondo del asunto? Obviamente, dependiendo del sector el eje de esas expectativas es distinto. Hay quienes querrán que se refiera al conflicto y se den líneas claras para su resolución, que se hable de la violencia o el terrorismo. Otros querrán escuchar de la entrega de tierras, de la autonomía, de cómo las forestales se llevan los recursos sin hacerse cargo del impacto, etc. Lo más probable es que no escuchemos nada de eso, porque si el discurso se dedicara a un tema específico, el resto se preguntaría por qué, o cuál es la necesidad de poner énfasis en eso y no en otras cosas, en fin. Si, por el contrario, se dedicara el tiempo a cada uno de los temas que los distintos grupos consideran importantes, no terminaría nunca. Por tanto, el discurso del 21 de mayo hay que tomarlo como lo que es, un acto republicano, parte de la tradición y los ritos de corte político.

Roberto

Mardones,