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Edición limitada con los diarios de Lena Dunham

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Sorpresivamente, Lena Dunham, la aclamada creadora y protagonista de la serie "Girls", acaba de lanzar "Is It Evil Not To Be Sure?", un libro de tapas rosadas y 56 páginas, del cual sólo se imprimieron dos mil ejemplares que irán autografiados. En su sitio web, Lenny Letter's, explicó que las ganancias de la venta irán a las arcas de la organización Girls Write Now que promueve a jóvenes talentos femeninos en el mundo de las letras. Basado en sus diarios de vida mantenidos entre los años 2005 y 2006 cuando recién había cumplido los veinte, estaban en un disco duro del que se había olvidado. En sus actuales 30 años, la neoyorkina piensa que llevar un diario de vida es un acto radical, especialmente en sus momentos más prosaicos y que vale la pena compartir los que llevó en una difícil época de su vida cuando "estaba llena de mortificación que es parte del paquete de encontrarte con una versión joven de ti misma".

Ex ingeniero civil reúne en un libro 350 rarezas futboleras

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Después de su "Historia universal freak", que acogía 762 datos curiosos, el chileno Joaquín Barañao acomete con una nueva entrega de rarezas recopiladas en su "Historia universal freak del fútbol", un libro de editorial Planeta con cifras, anécdotas e interrogantes despejadas. Una panorámica que rastrea -por ejemplo- en los orígenes del deporte rey cuando se jugaba con vejigas de cerdo infladas y apuesta por el mejor: Pelé o Maradona. Barañao, desertor de la Ingeniería Civil, se ha dedicado a la escritura de estas compilaciones que también alberga, desde el años 2003, en el sitio web www.datosfreak.org

No hay 'guita' para trasladar los libros que donó Bunge

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El filósofo argentino Mario Bunge donó a la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA una importante cantidad de libros de su autoría, muchos de ellos traducidos a diferentes lenguas. La UBA, al carecer de los dos mil dólares que cuesta el flete de los 250 volúmenes, hizo un llamado al gobierno para que se ocupe de ese gasto pero les respondieron que "se ven imposibilitados para reasignar esos recursos al traslado de la donación. Bunge lamentó el rechazo e ironizó sobre que quizás "podría haber una media docena de lectores interesados en su obra". Académicos de la facultad involucrada advirtieron que harán todo lo posible para que los libros lleguen a Argentina, incluso recurriendo a una colecta entre los investigadores. El intelectual, de 96 años, vive en Canadá y afirmó que no tiene tiempo de morirse porque le quedan muchos problemas por resolver aún.

PLOP! Galería abre tienda en línea

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Hasta mañana lunes a las 20:00 se podrá comprar con 10% de descuento diversos productos de esta tienda y galería chilena enfocada a la ilustración, la historieta y la gráfica. Fundada por periodistas y diseñadores, tiene un variado catálogo donde destacan el humor gráfico de Mala Imagen y Sol Díaz, así como poesía ilustrada de Mistral, Neruda y Parra. Recetarios como "Para chuparse los dedos" de Pati Aguilera, o libros objetos para niños como "Tener un patito es útil" de Isol, forman parte de su oferta. El listado de autores de PLOP! es extenso: Jorge Quien, Decur, Liniers, Loro Coirón, Isabel Hojas, Maliki y Pepo entre otros. Se puede acceder desde el sitio web www.plopgaleria.com.

Temporada de Incendios

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Voy a escribir un cuento que debiera llamarse "Temporada de Incendios". Recuerdo al Pato Lucas y a Bugs Bunny en un episodio en que Elmer aparecía como cazador y que los apuntaba con una escopeta; ellos, para salvarse, cambiaban, recíprocamente, un cartel que decía: "Temporada de conejos o temporada de patos", tratando de perjudicar al otro, lo que confundía al cazador. No recuerdo el ardid, pero el pobre Pato Lucas terminaba perjudicado. El barómetro de la ficción me indica que la voluntad incendiaria porteña va de la mano con los proyectos de recomposición política. Se trata de una tesis ficcional, por lo tanto no es verosímil desde el punto de vista judicial o político; aunque cierto punto de vista histórico lo corrobora. Como lector atento de los acontecimientos puedo aseverar que lo concreto es que la fatídica práctica porteña de utilizar la estrategia del fuego incendiario para producir cambios de escenario ha vuelto para quedarse. En este cuento no sólo prima la razón inmobiliaria, es también la recomposición de la razón política local que busca su sobrevivencia. Al narrador posible le llama la atención que en el verano pasado no haya habido ningún incendio en la zona, lo que es muy raro. La razón nos indica que los que están a cargo de esa función habrían recibido la orden de revisar los protocolos porque el último gran incendio se salió de madre y provocó mucho daño colateral. Y decidieron parar un tiempo. Ahora vuelve el procedimiento con el modelo clásico que es el incendio de casonas viejas, hoy denominadas patrimoniales por el proceso de gentrificación comunal. Negocios son negocios, le dice un funcionario de la dirección de obras a un sucio político con el cual es socio. Todo esto en medio del relato. Este no puede omitir la cita de Farenheit 451 de Ray Bradbury. Quemar no sólo es buen negocio, es una institución que hay que cuidar y mantener, porque limpia y libera a la ciudad de ciertas cadenas. Cuando viví en el campo, recuerdo la obsesión patológica de los campesinos por quemar restos de cosechas (perfectamente reciclables), o para despejar zonas de siembra, procedimiento que ellos llamaban limpia. En ese contexto, un vecino que vendía parcelas, consultándome el porqué los ricachones de la capital les gustaban los terrenos "sucios", porque él los vendía limpiecitos y parejitos, me decía con orgullo, después de quemarlos. Recuerdo haberle explicado que el cuiquerío santiaguino, que eran sus clientes, identificaba matorrales y flora silvestre en general, con jardinería silvestre y naturaleza saludable, y también había un cierto ecologismo determinado por una especie de conciencia de culpa, pero que fundamentalmente era moda de ricos, esto de proteger la flora y la fauna. A mi vecino le quedó súper claro. El fuego es una vía, un trabajo, una estrategia de guerra. Por otro lado, como todavía padecemos la costumbre de asumir lo nuevo, modelo Miami rasca, de nuestra clase media, imitada por las clases populares, siempre es necesario quemar lo viejo y hacerlo todo de nuevo y bien brillante. La institución poderosa encargada de provocar incendios estratégicos contrata gente de la peor calaña, los que adquieren experticia en el rubro. Ellos recorren distintas zonas de la ciudad, según las indicaciones de sus jefes, y arrasan con quebradas y casonas patrimoniales. Estas operaciones son más comunes de lo que se cree, en todas las ciudades hay un grupillo de poderosos que usa la quema como táctica para lograr objetivos; algunas veces la razón puede ser muy elemental, como la de cobrar seguros, pero casi siempre, es algo más perverso. De estas pequeñas tesis delirantes, querido lector, suele nutrirse eso que llaman literatura. Nada del otro mundo.

POR Marcelo Mellado*

* Escritor y profesor de Castellano. Es autor de "La batalla de Placilla" .

¿Por qué los libros viejos huelen bien?

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Huele a algo musgoso, con toques de vainilla, café de grano y pasto recién cortado dicen los expertos de olfato muy agudo. Lo cierto es que, al igual que los juguetes nuevos, los libros viejos encantan las narices de los lectores y la explicación yace en los químicos presentes en la tinta, el papel y el empaste. Según el canal de YouTube de SciShow, el papel hecho de pulpa de madera tiene un montón de componentes orgánicos, como celulosa y un polímero llamado lignina presente en las plantas terrestres. Esos elementos, llamados compuestos volátiles orgánicos, reaccionan a la luz, el calor y la humedad y esparcen su aroma. Dependiendo del proceso de manufacturación, surgen diferentes tipos de compuestos volátiles orgánicos, por ejemplo, los libros nuevos huelen muy distinto a los viejos volúmenes ya que mucho de ellos usan peróxido de hidrógeno para blanquear las hojas y dímeros de alquil ceteno, un producto líquido de origen sintético para encolar el papel. Si el libro viejo huele a almendras es que tiene benzaldehído, si el olor es dulce indica la presencia de etilbencina y los que huelen floralmente es porque tienen etilhexanol. Así que vaya a su librería de viejos favorita y encontrará un perfume que no le costará más de cinco mil pesos.