El 21 de mayo de 1879, el capitán Arturo Prat Chacón decía "¡Muchachos: la contienda es desigual, pero ánimo y valor! Durante este reciente 21 de mayo estas palabras volvieron hacer eco, cuando Carabineros de Chile se ve imposibilitado de mantener el orden y mucho menos proceder a recriminarlo, dejando como consecuencia la muerte del guardia municipal Eduardo Lara. Este día debería ser un momento para celebrar y recordar a los compatriotas que dieron su vida por los sueños de un país más próspero, justo y unido. En vez de eso, cada año vemos más escenas vandálicas que atentan contra estos sueños.
Creo que la Presidenta Bachelet perdió una oportunidad para congregar a los distintos actores políticos a trabajar por esos ideales que fueron defendidos el 21 de mayo de 1879. Hoy Chile, más que nunca, requiere de unidad para enfrentar los grandes desafíos que hoy tenemos por delante. Al mismo tiempo se necesita de un liderazgo que sepa poner límites y recordar las reglas del juego que permiten y habiliten un estado de democracia y respeto por el otro. Pareciera que la moneda mas demandada en Chile hoy, tiene un solo lado, los derechos. Es importante recordar que las mayorías de las monedas de estados democráticos tienen una segundo lado, los deberes.
La cuenta del 21 de mayo, como bien lo mencionó la Presidente es un gran momento para rendir cuenta de la gestión que su Gobierno ha desarrollado. Las rendiciones deben traer las pérdidas y ganancias. En este sentido al leer la cuenta de la Presidenta, echo de menos un mea culpa mas claro de los déficit de su gestión: propuestas de reformas mal hechas, con falta de incorporación de puntos claves en la reforma educacional, tributaria, laboral y constitucional, la forma como se llevó el caso Caval, la deuda con La Araucanía, por nombrar algunos ejemplos.
Me parece que esta primera mitad de gestión del Gobierno el resultado es negativo, se está perdiendo el partido. La segunda mitad se debe jugar distinto, alentando una ofensiva activa en temas de productividad, innovación, orden y amistad cívica, mayor diálogo político, y unidad entre los distintos principales actores públicos, privados y sociedad civil. De lo contrario, la contienda seguirá siendo desigual y el anhelado desarrollo pasará a ser un cuento histórico para las próximas generaciones.
Felipe Magofke, magíster en Desarrollo Internacional Duke University/ www.about.me/fmagofke