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Buceando online en la British Library

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La Biblioteca Nacional Británica acaba de aumentar su caudal digital al poner online más de 300 piezas valiosas de la literatura inglesa del siglo XX. A sus más de 30 mil imágenes de libros medievales y sus 60 mil archivos de sonido, sumó por ejemplo el manuscrito de "La señora Dalloway" de Virginia Woolf, "La tierra baldía" de T.S Eliot y "Rebelión en la granja" de George Orwell. Otros autores que lista este catálogo son Hanif Kureishi, Ted Hughes, J.G. Ballard y Sylvia Plath; en el sitio web además ofrecen artículos, perfiles y explorar por temas las letras inglesas del pasado siglo.

Jorge Baradit: récord de ventas y segundo tomo

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El escritor y diseñador gráfico nacido en Valparaíso Jorge Baradit prepara para julio próximo una nueva hornada de historias secretas de la patria y se encumbra imbatible en los rankings con más de 80 mil ejemplares vendidos de su "Historia secreta de Chile" (Editorial Sudamericana).

El también autor de "Policía del karma" recientemente escapó de una pancreatitis y de un grupo de historiadores que denostó como marketing su quehacer divulgador, pero él sigue imperturbable cada jueves haciendo lo suyo en "Mentiras verdaderas" por La Red.

Baradit, quien hace poco confesó que se sentía identificado con Lawrence de Arabia, anunció que para este segundo tomo de su best seller ahondará en episodios relativos a la brujería en Chiloé y el rol de Chile en la Primera Guerra Mundial.

Los 400 libros de Marilyn Monroe: desde Aristóteles hasta uno de tortugas

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Norma Jean Baker, nombre real de Marilyn Monroe, habría cumplido 90 años el miércoles pasado. El aniversario ha reflotado la fascinación que despierta. Uno de los descubrimientos ha sido su nutrida biblioteca de más de 400 libros, muchos de poesía y literatura, así como de política y cocina. Tenía títulos clásicos de Aristóteles, Platón y Lucrecio junto a novelas de Proust, James Joyce y Tolstoi; estudios de Sigmund Freud, Bertrand Russell y Alexander Pope, junto a poemas de Rilke, García Lorca y Dylan Thomas,el clásico del Doctor Spock sobre el cuidado infantil, un libro sobre tortugas, otro sobre abejas y la Biblia.

Pueblitos

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Me gustan los pueblos pequeños que son capaces de construir acontecimientos potentes desde su pequeñez. Siempre me obsesioné con la idea de habitar en comunidades chicas, que fueran un pequeño paraíso, un lugar desde donde generar un cambio radical en el modo de habitar el mundo. Y la clave, me parecía, era el cambio en la escala de desarrollo, "lo pequeño me parecía hermoso", parafraseando a los economistas descalzos. Me refiero a lugares que apenas aparecen en el mapa y que son marginales incluso para sus municipalidades que ya lo son, es decir, marginales al interior de la marginalidad. He vivido en al menos dos localidades así; una de ellas todavía no tiene tendido eléctrico, la otra, hace muy poco. Puse en ellas pensamientos y utopías que estaban más en mi cabeza que en la comunidad que las componían. Recuerdo (verbo que funda el mercado de la memoria) haber vivido en una localidad costera de la isla grande de Chiloé, llamada Manao. Creo que ahora es un pueblo importante de la comuna de Ancud; incluso tiene luz eléctrica. El lugar era muy hermoso, pero en mi memoria comparecen perturbadores episodios personales, aunque también debo reconocer hermosos momentos y una estimulante labor agropecuaria. Había gente buena y otra bastante perturbada, como en todas partes (me consuelo). Vi la impostura indigna de megalómanos y embaucadores de antología. En la gran ciudad uno no veía gente así, porque su presencia es más diluida. Vi, también, mucha gente agobiada por el conflicto intrafamiliar y por la cuestión económica, y el deterioro que produce el alcohol en las comunidades, y me llamó siempre mucho la atención la judialización de la existencia cotidiana, porque había mucho litigio, y mucho delito de baja intensidad. Allí empecé a forjar mi obsesión por la escritura, en un sentido más definitivo o de mayor madurez. Esto fue cuando me topé con un personaje muy divertido, un ególatra cuya característica era la de desarrollar proyectos inútiles y delirantes; su destreza era que los hacía pasar como verosímiles, siempre con la esperanza de darle el palo al gato y hacerse millonario. Era literalmente "el hacedor de proyectos". Lo divertido es que en general se trata de un winner de pacotilla con una megalomanía incontrolada, que necesita una escena oral para desplegarse, por lo general fiestas o asados. Todos deben enterarse de lo que él está haciendo. La comunidad se entretenía mucho con él, porque sus chascarros y frescura los divertían hasta el hartazgo. El otro lugar remoto donde me tocó habitar fue en Las Chacarillas del Turco, en la extensa comuna de Cartagena; una lejanía dentro de la lejanía. Aunque está a una hora y media de la capital, nunca me sentí más aislado entre esos cerros. La gente era poca. Me llamaba la atención que en el período en que yo estuve los únicos que habitábamos el área éramos tres hombres sólo separados por un kilómetro cada uno; lo más cercano era el pueblito de El Turco. Uno de mis vecinos era un viejo buscador de oro, al que yo veía muy poco, porque era muy reservado. A veces me topaba con él caminando hacia Lo Zárate, siempre iba con una honda por si cazaba algún pájaro. Era un solitario profundo. El otro era el Chago, todo lo contrario, un tipo muy conversador y buena persona, además de un emprendedor agrícola; y cuando le comenté que éramos puros hombres solos los que vivíamos por ahí se preocupó muchísimo, tanto que al poco tiempo se casó. Pienso en esto justo en el momento en que unos estudiantes de historia de la Universidad de Valparaíso me invitan a exponer algo sobre la Batalla de Placilla, evento bélico con el que finaliza la guerra civil del 91 y sobre el que escribí una novela. Mi interés era, en el fondo, hacer relevante el papel de una comunidad de un villorrio que decide levantar información histórica identitaria, porque el azar histórico así lo quiso. Y esos vecinos fueron capaces de construir un museo de sitio y descubrir un eje de desarrollo para su comunidad. Es lo más cercano a mi utopía personal o autopía.

* Escritor y profesor de Castellano. Es autor de "La batalla de Placilla" .

Subasta cartas y objetos de Marcel Proust

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Cartas y fotografías, primeras ediciones y manuscritos están entre los objetos de Marcel Proust que acaban de salir a subasta por la casa Sotheby's, que se hizo dueña de ellos cuando un descendiente de su hermano Robert los vendió. Dentro de las fotos estaba la que Man Ray le hizo y que lo muestra de perfil y muerto en su cama; hay otra, anónima, que le tomaron junto a su amado Lucien Daudet y que se salvó de ser destruida por la madre del escritor.

Había un dibujo de la catedral de Amiens, que se vendió en 47.500 euros, y el manuscrito de un trozo de "A la sombra de las muchachas en flor". Entre las cartas también estaba la que escribió a otro amor: al músico venezolano Reynaldo Hahn.

La casa subastadora esperaba que los más de 120 objetos personales del autor se valorizaran entre los 400.000 y 600.000 euros, pero la salida de los lotes alcanzó a doblar esa cifra y llegó al millón 200 mil euros.

Proust tuvo algunas cartas censuradas por más de 100 años, por lo que varios textos se conocen por primera vez completos. Sotheby's explicó que solo se sabía del inicio de ellas, "donde Proust habla acerca de literatura, pero la familia censuraba el resto, porque estaba en contra de su contenido homosexual".

Viejos discos de acetato estarán en bibliotecas

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Hace poco Radio Cooperativa donó a la Biblioteca Nacional más de 200 piezas de música variada, que fueron digitalizadas desde su formato de disco de acetato. El repertorio la famosa "Acuarela de Brasil", un hit de 1939 de Ary Barroso, además de mambos de los años cincuenta, boleros susurrados por Lucho Gatica y cuecas de Los Quincheros.

Entre las grabaciones más añosas destaca la cueca de 1920 "La cruz del valle" y piezas de Chopin y Liszt ejecutadas por el pianista chillanejo Claudio Arrau. Los discos podrán escucharse desde siete puntos de acceso remoto a la Biblioteca Nacional Digital (wwwbibliotecanacionaldigital.cl). Estos serán computadores ubicados en las bibliotecas regionales de Antofagasta, Atacama, Aysén y Los Lagos, la biblioteca Santiago Severín de Valparaíso, la William Mulloy de Rapa Nui y la Biblioteca Nacional, ubicada en la capital.