Andrea Arias
En sólo dos años y medio, el senador por Antofagasta, el periodista y sociólogo Alejandro Guillier, se ha convertido en el líder de los parlamentarios independientes en el Congreso y desde esa tribuna se deja querer en una abierta campaña para convertirse en candidato presidencial.
Al ser consultado por el grado de maduración de dicho ofrecimiento, el parlamentario defensor del regionalismo evade el tema con el carisma que lo caracteriza y sostiene "que aún no madura nada", sin embargo, si fuera electo Presidente tiene claro que la solución del conflicto en La Araucanía no obedece a "un problema de seguridad ni orden público".
Junto con abordar la situación local en su paso por Temuco para apoyar a los candidatos a primarias del Partido Radical en la Región (Toltén, Traiguén y Victoria), Guillier aterriza la contingencia política y explica que "la crisis que estamos viviendo en el Gobierno es la crisis del Estado Nación", porque "lo que está pasando en Chile es que tenemos una repolitización de la sociedad civil que no aspira al poder, pero quiere influir en la opinión pública".
-¿Cuál es su opinión del nuevo ministro del Interior?
-Había un evidente desgaste de Burgos y era necesaria la renovación. Fernández es un tipo más duro. Es más hombre de Estado que no tiene ambiciones político-electorales, por lo tanto, nos garantiza que se va a dedicar ciento por ciento a la labor de ministro, sin una segunda intención.
-¿Da por sentado una intención electoral de Burgos, entonces?
-No, sólo estoy diciendo que el ministro nuevo, al no tener trayectoria política electoral, da garantía que se va a dedicar a la pega. Yo lo conozco desde los '80 y es un hombre muy pragmático, él sabe que lo nombraron para que jinetee el programa de la Nueva Mayoría que es lo que nos une y no me cabe duda que llegó a un acuerdo con la Presidenta para impulsarlo.
-Pero desde la DC, Fuad Chahin ha dicho que la Nueva Mayoría como pacto se acabó y desde el PPD hay un reconocimiento del desorden interno...
-Yo me decidí a entrar en política, porque si el siglo XX fue el de los partidos, el XXI va ser el de los ciudadanos y de los movimientos sociales. Lo que está pasando en Chile es que tenemos una repolitización de la sociedad civil que no aspira al poder, pero que quiere influir en la opinión pública. Y la prueba es que todos los temas que son materia de debate sobre reformas en Chile fueron colocados en la agenda nacional por los movimientos sociales. Antes bastaba que se pusieran de acuerdo los partidos políticos, pero hoy se necesita una nueva gobernanza entre la clase política y los ciudadanos.
-¿Y eso es una ventaja o desventaja?
-Es un periodo maravilloso, puesto que no hay otra época en la historia de Chile donde la ciudadanía haya tenido más oportunidades de influir en la toma de decisiones. La crisis no es mala, la gente no se va ir de la política, se están rearmando de acuerdo a la lógica del siglo XXI.
-Dado el actual escenario de falta de credibilidad en los políticos ¿No está arrepentido del camino que tomó?
-Reconozco que el primer año fue muy duro, pero me refugié en la fraternidad radical y empecé a ir a los almuerzos con los radicos.
-¿Y si simpatiza con ellos por qué sigue siendo independiente?
-Porque yo postulé como independiente y no me gusta cambiarle las reglas al elector. Sigo independiente, pero reconozco afiliación en la Nueva Mayoría.
-¿Proyecta la continuidad del pacto?
-Hemos tenido errores de ejecución por la crisis que estamos viviendo, pero es la crisis del Estado Nación, no es el Estado centralizado el que está en crisis, son las instituciones, ya que el mundo hoy es en red.
-Suponiendo que se atreve a ser candidato presidencial. ¿Cómo enfrentaría el conflicto mapuche en La Araucanía?
-Acá hay es un problema político. Tenemos que sacarnos de la cabeza que esto es un problema de orden público, no es un problema, es una deuda histórica y hay que trabajar con los que estén disponibles. Aterrizar una propuesta, abrir el diálogo y aislar a los violentistas. Lo primero que hay que hacer es respetar a tu interlocutor y para eso falta el reconocimiento a los pueblos indígenas. Falta generar políticas que reivindiquen su identidad, pero también hay que convenir con ellos de qué forma hacen uso de sus tierras de manera consistente con su cosmovisión.
"Es un periodo maravilloso, no hay otra época en la historia de Chile, donde la ciudadanía haya tenido más oportunidades de influir en la toma de decisiones". "Tenemos que sacarnos de la cabeza que esto es un problema de orden público, no un problema, es una deuda histórica y hay que trabajar".
2 años y medio lleva Guillier como senador independendiente. Apoya electoralmente a los radicales.