Alimentación saludable
Nueva ley de etiquetados comenzó a regir el lunes. Será clave para evitar el consumo de productos que provocan daños.
El lunes comenzó a regir la ley de etiquetados de alimentos, que será clave para que los colegios tengan restricciones para expender determinados productos. La ley Nº 20.606 impide que los alimentos con altos índices en calorías, grasas saturadas, azúcar y sal sean comercializados, promocionados y publicitados dentro de establecimientos de educación parvularia, básica y media.
Establece nuevas normas sobre composición nutricional y publicidad de los alimentos altos en azúcares, en calorías, en grasas saturadas y en sodio. Deben lucir un etiquetado que va entre uno y cuatro rombos negros, dependiendo de cuántas de estas categorías tengan.
Se hace necesario fortalecer este ejercicio de tener quioscos escolares que fomenten la comida sana y que no sigan las preferencias de los menores, que optan por la comida chatarra. La nueva legislación será esencial para poder combatir los productos que provocan daño a los escolares y que son una de las causales de la obesidad. Los colegios deberán incluir actividades didácticas y físicas que contribuyan a desarrollar hábitos saludables.
Independientemente del negocio que signifique un quiosco para un concesionario, es necesario que estos locales junto con el establecimiento incentiven el consumo de alimentos beneficiosos para la salud, y pongan el foco en productos como las frutas, cereales, entre otros, y poder explicar el por qué son saludables.
Para que esto dé resultados la clave será fiscalizar estos recintos para corroborar que se cumpla la normativa y buscar algún incentivo a aquellos que logren algún tipo de meta en la venta de estos productos. La comunidad y los niños deben ir comprendiendo el daño que provocan los nutrientes críticos, grasas saturadas, azúcares y sodio.
Lo importante es que los productos saludables también puedan competir en precio con los no saludables, de tal manera que exista un incentivo. Más allá de la ley, hay que potenciar el trabajo para persuadir a los menores a consumir estos productos por su propio beneficio.