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"Las comunidades están más vivas que nunca. Lo que les ocurrió fue tan fuerte que reaccionaron"

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Camilo Garrido

El obispo Héctor Vargas cumplió dos aniversarios. Por un lado, los tres años como obispo de la Diócesis de Temuco y, por otro lado, los 36 años desde el inicio de su sacerdocio que comenzó en 1980, consagrado en el Templo Nacional Don Bosco de La Cisterna.

Hoy, liderando a la Iglesia Católica en la zona, un cargo que adoptó luego de 10 años cumpliendo la misma labor en Arica, analiza su labor episcopal entre conflictos y atentados que, en vez de perjudicar a la fe, según su opinión, la han fortalecido.

-¿Cómo se dio cuenta de su vocación?

-Estando en la enseñanza básica, en el Instituto Salesiano de Valdivia, tal vez a los ocho años (…) Me di cuenta de eso el día que se me ocurrió bautizar las gallinas de mi casa. Comencé a jugar con otros amigos a hacer misa. Seguimos jugando (ríe).

-Hoy, en este cargo que asumió, ¿qué tan difícil encuentra la labor?

-Yo diría que es el período más desafiante que me ha tocado vivir, porque frente a desafíos de esta envergadura, uno tiene que tratar de mantener unida su Iglesia, conducirla de la mejor forma, porque la Iglesia es inmensamente plural. (...) Le toca al pastor mantener su rebaño, no en uniformidad, sino en comunión, y todos sientan que su Iglesia está caminando por donde debe caminar y todos estén dispuestos a sumarse no obstante las justas y legítimas diferencias que hay dentro.

-¿Cómo ha golpeado a la Iglesia la quema de templos?

-La verdad de las cosas que el atentado a los lugares sagrados, tanto católicos como evangélicos, ha sido algo absolutamente inesperado y también bastante inédito (...) Yo creo que el señor también ha querido que nosotros, como Iglesia, experimentemos el dolor de tanta gente que ha sido víctima de la violencia. Entonces, que nos toque a nosotros también sufrir lo mismo, yo creo que nos acerca también mucho más a los dolores de la gente.

-¿Qué pasa hoy con la reconstrucción de las capillas quemadas? ¿Se está realizando?

- Hay algunas comunidades afectadas de Ercilla que tienen el deseo de hacerlo y, de hecho, desde el primer momento vienen haciendo actividades para reunir fondos y toda clase de cosas. Pero, en el intertanto, la evangelización y la Iglesia como tal, no está cirtunscrita a la existencia o no existencia de un templo, entonces las comunidades hoy están más vivas que nunca, porque lo que les ocurrió ha sido tan fuerte que han reaccionado, como que se han despertado del letargo de la inercia que tenían, y en este momento están sumamente activas, y llevan adelante todas las actividades. La llevan delante de una manera mucho más activa a como las traían y lo que antes se realizaba en torno a una capilla, ahora se ha multiplicado en las casas, entonces muchas familias se han integrado, y han puesto sus casas a disposición para todas las actividades, las reuniones, y en realidad están muy activas y se ha despertado una solidaridad enorme en ellas.

Mesa de diálogo

El obispo Vargas confirmó que la Subsecretaría del Interior inició la coordinación de una mesa de diálogo para tratar el conflicto del Gobierno con la comunidad mapuche y los atentados en la Región.

- Sobre la mesa de diálogo. ¿Qué rol le toca cumplir?

- Se me invitó a participar de la mesa y, si Dios quiere, ahí voy a estar. Eso es lo que sé hasta ahora. Que yo sepa, no tengo otros roles. La Presidenta tendrá que decidir, y ciertamente están barajando varios nombres.

-¿Qué nombres?

-Lo que yo puedo informar es que como Iglesia se nos ha consultado, llamado y hecho preguntas, y esto mismo se ha hecho con otros sectores. Y de alguna manera hay personas que están aportando, están siendo consultadas y el Ministerio del Interior está barajando una cantidad importante de nombres e instituciones y, al final, tendrán que tomar una decisión.

-¿Y los grupos que se han adjudicado los atentados tienen cabida en esta mesa?

-Yo creo que lo más importante aquí, más allá de estar o no estar, es el deseo de dialogar. Entonces cualquier grupo o institución que sienta que tiene algo importante que decir, que dialogar, con el resto, se le pueda escuchar, independientemente de si está o no en la mesa, pero ojalá tenga la disponibilidad de escuchar a quienes deseen decir una palabra y que sean representativos.

-¿Incluso la CAM?

-Creo que si ellos desean ir a la mesa, están dispuestos para ello, y traer propuestas y poder hacerlas de la manera adecuada, pienso de que eso es muy importante.

"Que nos toque a nosotros también sufrir lo mismo (que las víctimas de violencia), yo creo que nos acerca también mucho más a los dolores de la gente". "Es el período más desafiante que me ha tocado vivir, porque frente a desafíos de esta envergadura, uno tiene que tratar de mantener unida a su Iglesia". "(En la mesa de diálogo) se me invitó a participar y, si Dios quiere, ahí voy a estar. Que yo sepa, no tengo otros roles. La Presidenta tendrá que decidir".

500 capillas pertenecientes a 37 parroquias, posee la Diócesis de Temuco repartidas en todo el territorio que le compete.

50 sacerdotes activos ejercen su vocación en la Diócesis San José, mientras que ocho jóvenes se encuentran en formación en seminario.