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La obesidad en los abuelos afectaría a las futuras generaciones

PESO. Un estudio realizado con ratones demuestra que el exceso de peso en los padres de los progenitores, puede afectar a la salud de sus nietos.
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Camila Andrade redaccion@medios regionales.cl

La obesidad se considera el problema de salud pública más grave del siglo XXI. De hecho, se calcula que en 2010 habían 42 millones de niños con sobrepeso en todo el mundo, de los cuales cerca de 35 millones viven en países en desarrollo.

Un equipo de investigadores del Sydney's Victor Chang Institute y el Garvan Institute of Medical Research (Australia) describió cómo la obesidad de los abuelos puede tener repercusiones en las generaciones futuras.

Los resultados de la investigación que fue reproducida por el medio español ABC, fueron publicados en la revista Molecular Metabolism y muestran que la salud metabólica de un padre puede ser transmitida de generación en generación, no sólo afectando a sus hijos si no también a sus nietos.

La investigación fue realizada a ratones machos y descubrió que los que son obesos en el momento de la concepción ponen a sus futuras generaciones en riesgo de desarrollar alguna enfermedad metabólica, incluso antes de nacer.

Catherine Suter, del Instituto Victor Chang, es la autora principal y cree que el descubrimiento podría tener aplicaciones inmediatas en salud pública. Según la experta "la salud de un bebé ha sido considerada responsabilidad de la madre desde el embarazo y se ha prestado poca atención a cómo la salud de un padre podría afectar a su hijo no nacido".

Tres generaciones

Los científicos analizaron el efecto de la obesidad de los padres a través de tres generaciones. En un principio, la descendencia parecía tener buena salud metabólica. Pero al consumir una dieta con alto contenido en grasas y azúcar, todos los hijos desarrollaron enfermedad de hígado graso y síntomas prediabéticos, como aumento de la glucosa e insulina en el torrente sanguíneo.

Además los investigadores encontraron que los nietos de los ratones obesos estaban predispuestos a trastornos metabólicos al igual que lo estuvieron sus padres. "Esta predisposición se transmitió a los nietos, incluso si sus padres comían bien y se encontraban metabólicamente saludables en el momento de la concepción", añadió Suter.

Comida chatarra

Los investigadores observaron cómo los bisnietos mejoraban su salud metabólica significativamente. "En la tercera generación, la respuesta negativa exagerada a una dieta de comida basura era casi ausente. Esta predisposición no es genética, sino que se adquirió. Eso significa que el daño se puede deshacer y, en última instancia, es reversible", indicó Suter.

Los científicos aún no tienen claro cómo sucede esta programación multigeneracional, pero suponen que la clave podría ser la esperma de los ratones. "Estamos trabajando para entender cómo los cambios en las moléculas de ARN del esperma podrían transmitir los efectos metabólicos de generación en generación", agregó Mark Febbraio.