Eduardo Henríquez O.
Lejos de la contingencia, y particularmente distante de los atentados que han sufrido templos católicos y cristianos en La Araucanía, estuvo el discurso del obispo de la Diócesis de Villarrica, Francisco Javier Stegmeier, ayer en la tradicional celebración de la Asunción de la Virgen en el Santuario de Metrenco.
La fecha católica, también reconocida por los fieles como el día de la Virgen del Tránsito, centró su mirada, en cuanto al discurso del líder espiritual, en la condición triste de los cristiano dado que, una gran mayoría, han puesto su corazón y sus esperanzas en lugares equivocados.
El obispo Stegmeier puso en alerta a la comunidad para que el mundo no les arrebate la fe ni la esperanza en Jesucristo, porque de lo contrario el corazón de la humanidad pierde su alegría de vivir y cede terreno a la tristeza, algo que el propio Papa ha advertido especialmente en sus discursos alrededor del mundo.
"El Papa Francisco habla de un mundo triste. Dice que los cristianos somos tan tristes porque hemos perdido nuestra fe total en Jesucristo y estamos poniendo nuestro corazón en otras cosas que no son en el Señor. En cambio, dice el Papa, hemos de ser hombres y mujeres cristianos felices, testigos de la alegría del Señor, tal como la virgen María, que está ahora en el cielo. Ella es para nosotros un signo de esperanza y de gozo, ella nos está diciendo tengan paciencia, perseveren, aunque tengan dificultades, aunque caigan en el pecado; ustedes perseveren porque yo soy un signo de lo que acontece cuando se pone la fe siempre en Jesús (...) Él nos está acompañando siempre y nos espera un día allá en el cielo", recalcó el pastor de la diócesis.
Fe segura
En un discurso esperanzador, muy diferente al que ofreció en 2015 en el cual expuso una serie de llamados de atenciones para recalcar "las miserias" que afectan a Chile como el divorcio y las uniones homosexuales, el obispo Francisco Javier Stegmeier llamó a los cristianos católicos a poner el corazón y la fe en Jesús dado que el amor de su corazón nunca se agota.
"Si tenemos esta fe cierta, segura, inconmovible, seremos muy felices. Una fe que va siempre acompañada por la esperanza, porque nuestra esperanza no la ponemos en cosas de este mundo (...)". Porque, por ejemplo, "la salud que se acaba; los bienes materiales se los roban y el éxito es seguido por el fracaso. Por eso tanta gente no puede ser feliz porque ha puesto la confianza en las cosas de este mundo y no en el Señor, que es el único que nunca falla. Entonces nuestra esperanza cristiana se pone en aquel que puede darnos realmente todo aquello que deseamos, la alegría en el corazón, la paz, ser realmente felices y que haya entre nosotros siempre unidad. Sólo Jesucristo es capaz de dar a nuestra esperanza su fundamento", insistió monseñor.
Peticiones
Durante la eucaristía 2016, la comunidad diocesana pidió a la Virgen que interceda ante Dios para formar junto a los obispos una comunidad diocesana verdaderamente comprometida en el servicio a los hermanos, sobre todo a los más pobres y sufrientes; rogó para que el Señor conceda a las poblaciones y habitantes la sabiduría y la fuerza necesaria para llevar adelante con determinación el camino de la paz, y para que la Patria vuelva a ser tierra de María, donde los hambrientos sean colmados de bienes y los poderosos consideren que sus manos están vacías ante Dios, entre otros motivos.
La festividad que cada 15 de agosto convoca a miles de fieles en el Santuario de Metrenco, explicó el obispo, recuerda el tránsito de la Virgen de este mundo hacia el cielo en cuerpo y alma, un misterio cristiano que instala a este templo en el corazón de la diócesis de Villarrica.
"El Papa (...) dice que los cristianos somos tan tristes porque hemos perdido nuestra fe total en Jesucristo y estamos poniendo nuestro corazón en otras cosas".
Francisco Javier Stegmeier,, obispo de Villarrica"
"Nuestra esperanza cristiana se pone en aquel que puede darnos realmente todo aquello que deseamos, la alegría en el corazón, la paz (...) y (...) unidad"."