Encuesta CEP I
Soberbia proviene del latín "superbus, el que está por encima de", como Superman, que está por encima de todos los hombres, porque tiene atributos superiores: vuela y tiene sentidos superdotados. Pero Superman no es soberbio, porque sabe que es uno de los pecados capitales, esos que son cabeza de muchos otros. ¿A qué viene el cuento, se preguntará usted Sr. Director? Bueno, a la reciente encuesta CEP, dónde la gestión de la cabeza y su gobierno obtuvo la más baja aprobación de la ciudadanía. Las declaraciones no han tardado y la Presidenta ha dicho que no aflojará y continuará trabajando para cumplir los compromisos que asumió al momento de la elección. Lo que expresa que, mantendrá la administración que la llevó a un 15% de aprobación, olvidando que fue elegida por un bajo porcentaje de los electores, considerando la alta abstención de votación, y que hace que sus compromisos son para una minoría y que la mayoría no aprueba. Humilde fue su vocero: "Debemos revisar nuestra gestión".Marcos Concha Valencia
Encuesta CEP II
La bajísima popularidad de la Presidenta, (15% apoyo, 66% de reprobación según CEP) cuaja de desaciertos y decisiones atemporales. A decir, mal ojo para elegir y mantener en el periodo un equipo político y técnico de jerarquía. Mala base de apoyo, la Nueva Mayoría, que de nuevo tuvo sólo la ambición desatada de sus liderazgos por apitutar a sus parciales. Mala pata con los desastres naturales de nuestra Patria y las soluciones mal gestionadas. Reformas apuradas y al hueso, de suyo realizadas por tecnócratas entre gallos y medianoche que sólo cuidan las alforjas de los poderosos. Ej. ¿Costaba tanto invitar a las universidades tradicionales, las más sabihondas, a elaborar un proyecto de educación superior? Y el infortunio. Michelle paga con desequilibrio emocional las acciones de Sebastián. Una madre herida tanto en su casa como en la Moneda, pierde el sentido para gobernar con el criterio, el compromiso y la pasión que el cargo requiere.
Gaspar Millas del Río
Niños dañados
Observamos con inquietud los hechos ocurridos en Sename. La realidad de estos niños supera a veces la ficción cinematográfica y las situaciones conocidas recientemente son un ejemplo. El cerebro humano que gobierna la conducta, se desarrolla desde la infancia siguiendo un plan genéticamente determinado. Este proceso puede afectarse por el medioambiente, que podría modificar e incluso impedir el desarrollo del potencial genético, según extensas investigaciones científicas publicadas. En nuestro quehacer diario, estamos viendo niños y adolescentes viviendo situaciones de riesgo para su salud física, mental y social, donde la pérdida de la estructura familiar es uno de los factores relevantes. Es tiempo que tomemos con seriedad el desarrollo de los niños. En el área de prevención, urgen intervenciones que fortalezcan las habilidades parentales. Los niños vulnerados, como víctima o victimario, requieren ser asistidos por equipos de salud mental especializados. Asimismo el manejo farmacológico, debe ser supervisado por las instituciones oficiales encargadas del cuidado. Muchas conductas en estos niños, pueden tener una base orgánica, pero también puede haber un componente emocional, por lo que la evaluación y la prescripción se recomienda que sea monitoreada por psiquiatras infanto-juveniles certificados. Además los equipos de salud requieren realizar una evaluación integral, biopsicosocial. Innegablemente esto tiene un costo, pero ¿acaso no vale la pena invertir por ellos? Las sociedades científicas que abordan el desarrollo infantil están disponibles para colaborar con las instituciones gubernamentales para generar protocolos de atención y cuidado, pues no se puede seguir eludiendo la responsabilidad de abordar este desafío.
Dra. Patricia González, presidenta Sociedad de Psiquiatría y Neurología de la infancia y adolescencia
Pésimos conductores
En edición del Diario del día 18 del presente el Sr. Benavente señala con título de "Precauciones" que los chilenos manejan mal. Podemos dar fe que no sólo manejan mal sino que en carretera no sabemos manejar y menos conducir. En nuestros innumerables viajes por carretera hemos comprobado que casi nadie señala con anticipación la intención de cambiar de pista.
Otros pasan y se "encajan" delante incluso haciéndole frenar habiendo espacio infinito para hacerlo con suavidad y a distancia más que prudente sin molestar a quien va respetando todas las normas. Nos vimos casi involucrados en un gravísimo accidente porque -sin ser advertidos un auto chico y "enclenque" - apareció de repente en el estrecho espacio entre un camión y nuestro vehículo que lo estaba pasando a centímetros del costado trasero del camión. Si lo pasa rozando y pierde estabilidad los tres vehículos y sus tripulantes hoy no estaríamos contando el cuento.
Víctor Volante