Mauricio Mondaca/Agencias
El Senado brasileño siguió ayer el debate final del impeachment de la Presidenta suspendida Dilma Rousseff, que culminará hoy con un veredicto histórico si es que termina significando su desplazamiento definitivo del poder.
Todo indicaba que la de ayer sería otra maratónica sesión, luego de que el lunes pasado Rousseff se defendiera en persona durante más de 14 horas, en una sesión muy simbólica en la que reiteró su inocencia y afirmó ser víctima de un "golpe" para reemplazarla.
Una vez terminados los alegatos de la acusación y la defensa, estos últimos en manos del ex ministro de Justicia José Eduardo Cardozo, se pasará al debate de al menos 61 senadores inscritos para emitir sus impresiones . A partir de allí, los senadores decidirán si Dilma Rousseff es destituida.
Ofensiva de la defensa
El abogado José Eduardo Cardozo, quien defiende a Rousseff, dijo ayer que la Mandataria suspendida "es víctima de una elite política y económica". Cardozo declaró ante el pleno del Senado durante la audiencia previa a la decisión prevista para hoy y volvió a rechazar todos los cargos, a los que calificó de "meros pretextos" para "desalojar a una persona honesta que incomoda a la elite" de ese país.
Rousseff, quien permanece suspendida desde el 12 de mayo pasado, es enjuiciada políticamente por la emisión de tres decretos que alteraron los presupuestos sin la venia del Congreso, así como por atrasos en depósitos en la banca pública que generaron intereses y se configuraron como créditos, según la acusación.
Entre lágrimas
La abogada acusadora Janaina Paschoal consideró "probados" los cargos y exigió al Senado su destitución. En un mensaje personal, Paschoal afirmó que "quiero pedirle disculpas a la Presidenta. No por hacer lo que hice, sino porque sé que su situación no es fácil. Pido disculpas porque mi objetivo no era causarle sufrimiento, pero espero que comprenda que este proceso es también pensando en sus nietos", dijo llorando.
Manifestantes cortaron calles
Una manifestación en favor de Dilma Rousseff bloqueó ayer varios tramos de la Marginal Tietê, una de las principales vías de acceso a Sao Paulo, que el lunes vivió otra jornada de protestas que terminó con intervención policial. La concentración de ayer fue convocada por el Movimiento de los Trabajadores Sin Techo (MTST), quienes exigen que se restituya en el cargo a Rousseff. Los manifestantes pusieron barricadas, lo que generó retenciones de varios kilómetros.