
La abstención supera el 65% y crece en 10 puntos
Con 4.889.987 votos en la elección de alcaldes y el 96,4% de las mesas escrutadas, la participación nacional en la elección municipal alcanzaba un magro 34,6%, casi 10 puntos menos que la participación que se verificó en la misma elección de 2012, cuando se estrenó el voto voluntario y la participación llegó a 43%.
El padrón habilitado para votar ayer ascendía a 14.121316 personas, por lo que la abstención se empinó sobre el 65,4%. En concejales llegó a 67,8%.
La cifra provocó preocupación en el mundo político y desde diversos ámbitos ya comienzan a levantarse voces que quieren traer de regreso el voto obligatorio.
Palabra de bachelet
En una alocución desde el Palacio de La Moneda, donde estuvo flanqueada por ministros y subsecretarios, la Presidenta Michelle Bachelet se refirió el fenómeno y señaló que "la abstención es un malestar que crece en nuestro país" y que "la fortaleza de nuestra democracia está afectada".
Para Bachelet, "los que tenemos puestos de liderazgo tenemos que preguntarnos si estamos ofreciendo respuestas. Los ciudadanos por su parte, tiene que reconocer que la participación es el camino". La Mandataria agregó que "en Chile hemos sido sacudidos por las malas prácticas y por la incapacidad de instituciones".
las reacciones
Desde diversos sectores coincidieron en apelar a la abstención como el principal fenómeno electoral de la jornada.
"No podemos desconocer lo que las urnas nos han dicho; primero, por la elevada abstención y, segundo, por la forma como esas personas que concurrieron a votar se expresaron. La elevada abstención es desafío para todos los que estamos en la actividad pública: de derecha, de centro de izquierda. Todos hemos sido castigados por esta abstención", aseguró el ex Presidente Ricardo Lagos.
El ex Presidente Sebastián Piñera agradeció a quienes fueron a votar, "porque cumplieron con su deber". "Y quiero tirarles las orejas a aquellos que se quedaron en su casa y no participaron de esta elección. Las democracias se fortalecen cuando participan", sostuvo.
"Les puedo afirmar que he recorrido el país y he podido entender el dolor de quienes se negaron a votar", afirmó el senador Alejandro Guillier, una de las posibles cartas presidenciales de la Nueva Mayoría, quien añadió que "sabemos que tenemos que hacer una nueva política. Vamos a aceptar este desafío con dolor, pero lo haremos escuchando a la gente, escuchar las veces que sea necesario".
Los temores
En las semanas previas el posible aumento de la abstención respecto de la última elección fue una de las principales preocupaciones en el mundo político. En esa línea, hubo varios llamados a votar por parte de la Presidenta Michelle Bachelet y de varios ministros de su gabinete -con campaña en medios de comunicación incluida- y también de las autoridades de los principales poderes del Estado.
Hubo consenso en diversos sectores en que las investigaciones por irregularidades en el financiamiento de la política aparecen como el principal reparo de la población para concurrir a las urnas. Sin embargo, las cifras no llegaron a configurar el principal temor: que la participación no superara el 30%.
El nuevo récord de abstención en estas elecciones debe ser un llamado a revertir la desinformación que está erosionando la democracia y, en particular, a terminar con las restricciones a proveerla a través del medio más masivo disponible: la televisión.
Después de haber logrado la mejor transición en el continente, una en la que, además de mantenerse las instituciones que nos permitieron llegar a ser el país de mayores ingresos en Latinoamérica y en la que el consenso fue el camino para introducir reformas que permitieron avanzar en lo de hacer de Chile un país más democrático y transparente, hoy observamos niveles crecientes de desencanto ciudadano.
Entre los principales problemas que trae la desinformación, uno particularmente grave es el clientelismo. Considérese, por ejemplo, el caso de la comuna de Putaendo, en la cual, sólo durante las breves semanas del periodo de campaña, se inauguraron más obras públicas que en los ocho años en los que ha ejercido el alcalde que ayer logró un tercer periodo. Parte del financiamiento de esas obras proviene de los programas de mejoramiento de barrios (PMB) y de mejoramiento urbano (PMU). Estos programas son los únicos de asignación discrecional por parte del gobierno y han sido sujeto de innumerables acusaciones de mal uso. La evidencia empírica es concluyente en que esos recursos, muchas veces, se destinan con fines electorales, esto es, para apoyar a alcaldes de los partidos oficialistas. Esto no sucedería si, al igual que en las democracias avanzadas, la ciudadanía fuese informada de estas malas practicas y los políticos involucrados fuesen castigados por ello. La forma más expedita de informar a la ciudadanía respecto a estas prácticas clientelistas que pagan todos los chilenos es la televisión.
Eso es lo que sucede en las democracias más avanzadas, en las que los procesos de competencia electoral son muy intensos y la televisión es el principal vehículo de provisión de información. Sólo en Estados Unidos, durante este año se han gastado más de seis mil millones de dólares en publicidad en televisión abierta. En ese país, como en la mayoría de los países de la OECD (OCDE, en español), es a través de la televisión que se provee de más información que a través de todos los otros medios de comunicación juntos, incluidas las nuevas tecnologías, la radio y la prensa escrita. Llegó la hora de liberar a los chilenos del clientelismo y de la abstención que están erosionando nuestra democracia y permitir que la mayoría se informe y vote.