Acoger al turista que nos visita
La Región entera se ve beneficiada con la llegada de los visitantes, por lo que se hace necesario recibirlos con respeto y amabilidad.
Las altas temperaturas que se vienen registrando desde hace un par de semanas en La Araucanía son un claro indicio de que la temporada estival comienza a activarse antes de la llegada oficial del verano, toda vez que junto con el calor también empiezan a aparecer los turistas en busca de playas -en el lago Villarrica ya abrieron algunas- , generando mayor dinamismo a un sector económico que cada vez toma mayor protagonismo dentro del quehacer productivo regional.
Se trata de un periodo altamente esperado por empresarios y emprendedores de la Región, que ven en los meses de verano el espacio para generar recursos económicos que posibiliten mantener durante todo el año una infraestructura que muchas veces no genera ingresos -o bien muy escasos-, especialmente en los periodos de menor afluencia turística, ya que se sabe que el principal atractivo de La Araucanía se encuentra en sus playas; y en menor medida en la nieve, acotada, claro está, sólo a los centros invernales. Por ello, la llegada de visitantes varía enormemente entre esta época y el invierno.
Así también, el impresionante abanico de ofertas turísticas de la Región muestra dispares niveles de desarrollo, ya que mientras la zona lacustre, concentrada en los balnearios de Caburgua, Pucón, Villarrica y Licán Ray ofrece un avanzado grado de consolidación, con servicios de alta calidad y un reconocido prestigio nacional e internacional que atrae a visitantes de todo el mundo; la zona costera se halla más rezagada y lentamente comienza a consolidar su oferta sobre la base de un turismo ligado a lo étnico, donde el elemento gastronómico toma protagonismo.
Pero más allá de esas diferencias, hay un elemento gravitante a considerar, y es que se hace necesario que todos los habitantes de La Araucanía -no sólo quienes trabajan en torno a la denominada industria sin chimeneas- internalicen la importancia de atender bien a los visitantes. Se trata de simples acciones que ayudarán a consolidar la imagen de nuestra Araucanía como una zona con enorme belleza escénica, excelentes servicios y una variada y rica gastronomía, y que además es habitada por personas amables que acogen al turista con respeto y cariño. Esto porque está demostrado que un turista bien atendido no sólo regresará al lugar que lo acogió, sino que además recomendará ese destino a otras personas.