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El día que Reynolds perdonó a Elizabeth Taylor

HOLLYWOOD. La fallecida actriz contó cómo superó que su ex marido la dejara por la mujer de los ojos violeta, quien hasta entonces era su amiga. Ocurrió en un crucero.
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Carolina Collins

Su repentina muerte un día después de la de su hija, Carrie Fisher, sorprendió a Hollywood, que con Debbie Reynolds perdía a una de sus últimas estrellas de la era dorada.

La actriz conocida por haber protagonizado junto a Gene Kelly el recordado musical "Bailando sobre la lluvia" no pudo con la tristeza que le produjo el fallecimiento de su hija, ocurrido el martes, y la noche del miércoles murió, a los 84 años, tras sufrir un derrame cerebral.

"Ella quería estar con Carrie", le dijo su otro hijo, Todd Fisher, a "Variety" el miércoles.

Una estrella sin suerte

Sus papeles en musicales de los años 50 y 60 la instalaron en su mejor momento como "America's sweetheart", ese concepto que Hollywood usa para denominar a sus favoritas.

Pero por los mismos años Reynolds alcanzó una desafortunada notoriedad por su turbulenta vida amorosa y por su mala suerte en el ámbito de las relaciones sentimentales.

Uno de los episodios más polémicos de su vida -porque involucró un triángulo amoroso entre tres estrellas de Hollywood- fue precisamente el quiebre con el padre de sus hijos, Eddie Fisher, con quien se casó en 1955.

Todos amigos

Reynolds y Fisher formaban, en esa época, una de las parejas más famosas de la industria, por lo que fue natural que se hicieran cercanos a la que entonces formaban Elizabeth Taylor y su entonces marido, el productor Mike Todd.

Las dos continuaron su amistad en el tiempo y como sus maridos se llevaban bien, las dos parejas se convirtieron en inseparables. Incluso, cuando Taylor y Todd se casaron, Fisher fue el padrino de él y Reynolds la dama de honor de ella.

El año del quiebre

Pero todo cambió en 1958, cuando Todd murió en un accidente aéreo. Fisher se acercó a la viuda para consolarla y terminó convirtiéndose en algo más. El romance derivó en el divorcio del artista y Reynolds en 1959. Fishers y Taylor se casaron sólo un año después. Divorciada y con dos niños, Reynolds se ganó la empatía de la gente, que la percibió como la víctima de lo ocurrido.

Pero la vida de la actriz no se acabó con el quiebre y en 1960 se casó con el empresario Harry Karl, quien se apropió de su dinero años más tarde, para pagar sus deudas de las apuestas.

Reencuentro casual

Como es habitual en estos casos, Reynolds y Liz Taylor no se hablaron durante años, hasta que por casualidad, poco antes de que la actriz de los ojos violeta muriera en 2011, ambas se encontraron en un crucero.

Y pese a que como contó a "People" estuvo a punto de no subirse, tras darse cuenta de que quien se quedó con su ex estaba en el barco, finalmente decidió ir igual. Una vez a bordo, se enviaron notas mutuamente y se juntaron a comer. Y aunque, según Reynolds, en la ocasión no hubo disculpas, sí fue la oportunidad de dejar atrás el drama.