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Nominado para fiscal toma distancia de los planes más polémicos

SESIÓN. Jeff Sessions dijo no estar de acuerdo con prohibir el ingreso de musulmanes al país.
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Estaba previsto que fuera uno de los nominados para el gabinete de Donald Trump que más cuestionamientos despertaría en la ronda de audiencias de ratificación que comenzó ayer el Senado de EE.UU.

No obstante las previsiones que hablaban de dificultades, Jeff Sessions, nominado por el Presidente electo para el cargo de fiscal general (ministro de Justicia), pareció allanar su camino a la ratificación por el Senado. Entre otros aspectos, tomó distancia de algunas de las más controvertidas promesas de campaña del próximo jefe de la Casa Blanca, como prohibir el ingreso de musulmanes o reimpulsar prácticas de tortura como el waterboarding.

Sessions, actual senador por Alabama, prometió jugar un papel de contrapeso en el futuro Gobierno estadounidense.

"bloqueo"

"No apoyo la idea de que se les niegue la entrada al país a los musulmanes como grupo religioso", dijo Sessions ante el comité judicial del Senado, donde, en medio de algunos altercados, los legisladores evaluaban su designación para convertirse en el titular del Departamento de Justicia.

Ante las preguntas de los legisladores, Sessions dijo estar en contra de la idea de Trump de implementar un "bloqueo completo y total" de la entrada de musulmanes a EE.UU.

Conocido por sus duras posturas en inmigración, también le preguntaron sobre el programa de Acción Diferida (DACA), proclamado por el Presidente Barack Obama en 2012 y que permitió frenar la deportación de más 750 mil jóvenes que llegaron a EE.UU. de niños y que son conocidos como "dreamers" (soñadores).

El senador confirmó su oposición a la ley, a la que llamó "amnistía masiva", y dijo que apoyaría la decisión de Trump de terminar con el DACA, un programa que puede ser eliminado fácilmente, debido a que fue puesto en vigor por decreto por el actual gobernante.

Frente a la falta de detalles, el senador demócrata Dick Durbin pidió a Sessions que aclarara cuál sería el futuro de los 750 mil jóvenes que, gracias al DACA, consiguieron frenar su deportación durante dos años y cuentan con un permiso de trabajo. Sessions no respondió a la pregunta y se limitó a decir que los inmigrantes con antecedentes penales serían los primeros en ser expulsados del país bajo el futuro Gobierno de Trump, una idea que el próximo Presidente ya delineó tras las elecciones presidenciales en una entrevista en el canal CBS.