Mesa asesora y la tiranía de la igualdad
Según los trascendidos, no existe consenso entre los miembros de la Comisión Asesora Presidencial sobre los contenidos del documento final, asegurando que en las condiciones actuales no firmarían el texto por faltar elementos muy importantes que todavía están en discusión.
En el documento de 45 páginas, se proponen 12 medidas esenciales para implementar en el corto y mediano plazo.
A mi juicio existen dos temas fundamentales. Primero, la política de tierras en donde los gremios persisten en considerarla como un beneficio social y no una restitución a propietarios anteriores, porque aceptar esa hipótesis implicaría que a la vez están aceptando que aún cuando sus propiedades hayan sido adquiridas y trabajadas por ellos, para que dicha propiedad sea legítima es necesario que el vendedor, el Estado, haya estado en posesión legítima de la propiedad para poder tener el derecho de venderla o cederla. Y, leyendo la propia historia de la ley es posible inferir que la mayor parte de las tierras, el Estado las adquirió por la fuerza -en la discusión de la ley del 21 de agosto de 1868 el diputado Vicuña Mackenna hablaba literalmente de destruir Arauco- y no por la compra como indicaba la ley de 4 de diciembre de 1866.
Segundo, el delirio romántico de un Estado-Nación indisolublemente homogéneo, hegemónico y uniforme, fue la idea que cercenó la libertad del pueblo mapuche e instauró el control del Estado.
La política de asimilación forzosa, aunque se disfrazó de civilización y progreso, no fue más que la tiranía de la igualdad en que las diferencias culturales e históricas fueron cada vez menos toleradas.
Hoy el alcalde de Temuco ni siquiera iza la bandera mapuche, cuando hasta en Arica se hace. No se trata de crear un Estado dentro de otro Estado como maliciosamente acusan ciertos dirigentes políticos y gremiales, sino que se trata de reconstruir nuestro contrato social regional, reconociendo y valorando nuestras diferencias históricas, políticas, lingüísticas, económicas, culturales y sociales.
Debemos reconocer a La Araucanía como una región plurinacional y para eso un plebiscito regional parecería ser la opción más democrática. Que no sea un burócrata de Santiago, ni los gremios o las comunidades, que sean los propios ciudadanos de La Araucanía quienes determinen si quieren una región para todos y en paz.
Venancio Coñuepán Mesías, director Ejecutivo Fundación Chile Intercultural
Desilusión
Lamento profundamente el resultado de la votación de la Comisión de Constitución de Senado del día lunes, en la cual se aprobó la idea de legislar el proyecto de ley sobre la despenalización del aborto en tres causales.
La Democracia Cristiana nuevamente nos desilusionó, hizo caso omiso a nuestras cartas, enviadas a más de 11 de sus redes regionales, en las cuales exigimos que fueran fieles a sus principios, tales como lo fueron los diputados Jorge Sabag, Mario Venegas, Marcelo Chávez e Iván Flores, los cuales firmaron por la vida y siguieron la misma línea que el partido proclama como fundamental que es velar por los derechos de la persona humana, mismos derechos que el día lunes fueron negados por muchos parlamentarios del partido al votar a favor del proyecto de ley.
El movimiento ciudadano, Mi Voto Vale Vida, fue lanzado en la misma instancia que la campaña de la Bancada por la Vida la cual es conformada por parlamentarios de distintos sectores políticos que firmaron un compromiso para defender la vida y para que así también, se sumen más personas al proyecto y se conviertan en defensores de la vida.
De ese modo, seguiremos creciendo en las regiones y transmitiendo nuestros mensajes a los ciudadanos para que se comprometan a votar por la vida y de ese modo "abortar" el proyecto de ley. Finalmente, esperamos que el pleno del Senado tome en cuenta lo que sus electores están manifestando desde todas sus regiones y se comprometan, como muchos otros, a votar en contra del proyecto de ley.
Tania Córdova
Guillier y The Beatles
Ante la poca renovación de los políticos y la vigencia de los ex presidentes el senador Guillier declaró…
"Viene un cambio de época y queremos un nuevo cantante, si no, nos habríamos quedado con los puros The Beatles".
El gran detalle, que olvida Guillier, es que han pasado largos 50 años de su formación y aún se siguen escuchando a The Beatles, aún no aparece en la escena musical algún "cantante" que les haga sombra, como compositores e intérpretes.
Y en nuestra política domestica, aún seguimos esperando al (a la) "nuevo (a) cantante", los y las que han aparecido no han dado la nota alta, más bien han desafinado y lo peor es que insisten en seguir cantando viejas, repetidas y fracasadas canciones.
Luis Enrique Soler Milla