Atentado
El atentado a balazos en Cajón-Vilcún, sufrido por un conocido agricultor de la zona, no es más que la demostración palmaria e irrefutable, que en nuestra zona hay terrorismo cobarde y sin freno.
Como siempre, las policías buscan pero no encuentran, las autoridades miran al cielo y el ministro del Interior debe estar tratando de recordar donde queda nuestra Región.
El gobierno tiene la responsabilidad constitucional de dar seguridad para que los ciudadanos puedan trabajar libremente y no temerosos por lo que pueda suceder con sus vidas, de la gente que trabaja con ellos y sus familias.
Es de esperar que la mala memoria no nos acompañe al momento de votar.
Reinaldo Navarrete
Nueva forma de terrorismo
Casi simultáneamente se han producido enormes incendios forestales en Israel en la zona Haifa, en Chile y en la provincia de La Pampa en Argentina.
Según los especialistas los incendios son provocados por astutos pirómanos que manejan muy bien la fuerza del fuego, encontrando los lugares idóneos para provocar el máximo daño posible. Así la fuerza del viento multiplica las chispas entre los árboles y arbusto secos, propagándose con rapidez, lejos de las cámaras de vigilancia y sin ser vistos, expanden el fuego hacia los terrenos adyacentes. Esta es la nueva forma de terrorismo doméstico o terrorismo individual donde las víctimas no son las personas, sino los bosques y los parques naturales, en que miles de hectáreas son destruidas en un instante, lleva varios días apagar los focos y se necesitan varias décadas para recuperar las especies perdidas.
Ante esta nueva forma de terrorismo doméstico nos encontramos indefensos, con gobiernos que parecen no encontrar solución ante la creciente amenaza a la que estamos expuestos, mientras se crean enemigos imaginarios y polemizan en un conventillo cotidiano, el mal busca estrategias para seguir atacando ante las debilidades de los gobiernos.
María Celsa Rodríguez
El inicio de la administración Trump
Más allá de las reticencias y rechazos naturales que produce el recién asumido Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, es necesario, en tiempos de incertidumbre desbordada, volver a nuestras instituciones, tratar de calmar las aguas con miras de dilucidar la situación y consecuencias que su liderazgo para nuestro país.
Respecto de la seguridad jurídica, podemos mencionar las observaciones presentadas por el Presidente del Banco Central, el cual ha sostenido que los tratados firmados entre Chile y Estados Unidos, deberán y serán respetados, de modo que en el plano internacional no es razonable esperar un desplome de todo lo construido.
Un segundo comentario que merece ser destacado, es la necesaria distinción entre los momentos de campañas y los gubernamentales, es decir, pocos gobiernos, por múltiples razones, son lo que prometieron ser en sus campañas.
En un primer momento, Trump fue exagerado, nacionalista, racista, falto a la verdad, agresivo y extremo hasta el ridículo. Sus propuestas cargadas de un populismo poco dirigible, sin embargo, en su discurso de victoria, se modera y llama a la unidad nacional, bajando los niveles de agresividad política y discursiva.
Por lo pronto debemos confiar que una institucionalidad robusta y balanceada en términos de controles como la Norteamérica y una política financiera que ha aprendido de los errores del pasado podrán amortiguar cualquier intento de populismo desmesurado o idea excéntrica.
Javier Aeloiza San Martín
No a la codicia
La vigente tragedia incendiaria en nuetro país, a propósito de muros, debe ser el que recurramos para contener el apetito voraz como el fuego de un libertinaje económico sin contrapeso regulador, mucho menos fiscalizador de un Estado (todos los chilenos) que en los últimos 40 años entregó todo en pos de un crecimiento económico desigual, codicioso y sectario.
Por codicia permitida nos pasó lo de la crisis salmonera; por codicia permitida nos pasó lo de las farmacias que se instalaban en cada esquina una frente a la otra para vender los mismos medicamentos coludidos por el mismo precio; por codicia permitida los malls y grandes supermercados instalaron cadenas de comida chatarra y hoy el Estado en vista de las consecuencias en salud debe hacer campañas ante el alto número de niños obesos.
Para no extenderme en demasía, por codicia permitida nos ha pasado que tengamos el incendio rural más grande de nuestra historia.
A las grandes forestales los políticos les permitieron el cambio del uso de suelo de agrícola a forestal y hoy vemos como los pinos y eucaliptus arden al lado de las ciudades, escuelas, incluso las habitaciones campesinas, sin respetarse los cursos de agua y compitiendo con los tendidos eléctricos que tampoco respetaron la reglamentación.
La codicia no es una forma de vida, solamente la generosidad nos hará grandes. No se puede servir a Dios y al dinero.
Jesús Madagán