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Ejército lleva ayuda por tierra y aire a familias de Lumaco afectadas por incendios forestales

APOYO. Dos comunidades del sector rural perdieron animales y el alimento para el ganado.
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H.Soto/C.Valverde

Por tierra y por aire llegó ayer el Ejército hasta las destruidas tierras de Ñancopulli y Boyeco, comunidades mapuches que fueron azotadas por los incendios forestales de hace una semana, y donde 30 familias perdieron galpones, cercos, siembras y todo el forraje que guardaban para sus animales.

Mientras los vehículos del Ejército avanzaban por los sinuosos caminos de tierra transportando fardos de pasto para el ganado de los vecinos lumaquinos, el general Juan Eduardo González, jefe de la Defensa Nacional para La Araucanía, llegaba hasta la zona de emergencias en un Cougar, uno de los poderosos helicópteros que el Ejército ha puesto a disposición de las tareas por la Zona de Catástrofe.

"Hemos aterrizado en uno de los sectores más afectados por los incendios forestales que se registraron durante la semana pasada, y que hoy están afortunadamente controlados", dijo el general González, quien agregó que "el comandante de la Fuerza de Tarea, Juan Manuel Soto, se ha contactado con el alcalde de Lumaco de forma de dirigir inicialmente la ayuda a estas familia. Aquí se quemaron más de 1.700 hectáreas, donde los dueños de los predios son comuneros de Lumaco. Iniciamos el proceso de apoyo para 30 familias afectadas, y para ello hemos traído fardos de pasto para alimentar los animales".

El alcalde de Lumaco, Manuel Painiqueo, señaló que "el fuego consumió siembras, pastizales, carretas. Por ello, y como manera de ayudar a nuestros vecinos, hemos estado realizando gestiones con distintos organismos de Gobierno, en tanto que los militares han llegado con ayudas, fardos y médicos veterinarios".

Painiqueo sostuvo que "los afectados por la tragedia son pequeños agricultores de subsistencia con su pequeña ganadería, horticultura y plantaciones en pequeñas hectáreas, todo lo cual fue arrasado por el fuego. El problema es que habrá que esperar a mayo o junio para que regrese el pasto a la zona, por lo que es urgente contar con alimento para los animales".

DESTRUCCIÓN

Sólo desolación es lo que muestra la zona de Lumaco por donde pasó el fuego. Las llamas arrasaron con árboles, plantas, siembras, cercos y bodegas, deteniéndose a escasos metros de las viviendas debido exclusivamente al trabajo mancomunado de los propios vecinos y de bomberos. Entre tanta ceniza y carbón, los vehículos, el helicóptero y los efectivos del Ejército ponían la nota de esperanza, trasladando fardos y levantando cercos.

"El día del incendio logramos apagar nosotros mismos las llamas que se venían contra las casas", dijo José Cutiño Gutiérrez, del sector Boyeco, quien señaló que "fue terrible, yo estaba con mi nieto y vimos pasar el fuego como una ola. Fue un verdadero milagro que hayamos podido salvar la casa, y eso gracias a que Bomberos estaba cerca".

Noelia Cutiño, vecina del sector Boyeco, indicó que "salvamos nuestra casa pero perdimos todo el sustento del año, el trigo, la avena para los animales. El fuego fue devastador acá, tres comunidades fueron atacadas por el fuego, y mientras todos se preocupaban del norte, acá también hubo incendios enormes. Ahora tengo que esperar a mayo a que llueva, para volver a tener algo de pasto. Mientras, necesitamos el apoyo de la gente para subsistir".

Armando Marín Paillaleo, presidente de la Comunidad Marín Epuñan Nro 1, relató que hay que "agradecer a las autoridades de Lumaco y al Ejército por este apoyo que nos están prestando. Fuimos muy afectados por el fuego, necesitamos mucha ayuda, pues se perdieron cerdos y ovejas; la naturaleza se perdió toda, árboles, siembras de trigo, siembras de papa, perdimos el forraje que teníamos guardado para los animales. Salvamos la casa combatiendo el fuego a 5 metros".

Marín fue crítico respecto de las responsabilidades de las vecinas forestales. "Tengo rabia, yo culpo a la forestal de todo lo que nos pasó. Además, ellos tienen aviones, tienen todos los medios para atacar un incendio y nosotros nada...La verdad es que tenemos mucha pena, perdimos todo".

"Hemos traído fardos de pasto, pues se perdieron pastizales donde las familias alimentaban a sus animales".

Juan Eduardo González,, jefe de la Defensa Nacional"

"Avanzan las gestiones con distintos organismos de Gobierno, que tienen el compromiso de estar acá".

Manuel Painiqueo,, alcalde de Lumaco"

El apoyo aéreo es trascendental para el Ejército en La Araucanía

ALTA TECNOLOGÍA. El helicóptero Cougar es una de las aeronaves especializadas que realiza labores en la Región.
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El viernes 27 de enero, el General de Brigada Juan González asumió como Jefe de la Defensa Nacional en La Araucanía, designado por la Presidenta Michelle Bachelet a través del decreto presidencial de Estado de Excepción Constitucional de Catástrofe. La finalidad, brindar seguridad y tranquilidad a la ciudadanía, además de realizar labores de combate de incendios y ayuda humanitaria a las localidades que lo requieren.

Importante en esta tarea ha sido el apoyo aéreo, donde La Araucanía cuenta con la colaboración de un helicóptero Ecureuil por parte del comandante en jefe de la III División de Montaña, a lo que suma el helicóptero Cougar, con su tripulación.

Precisamente, fue esta última aeronave -con capacidad para 24 personas- la que llegó ayer hasta la zona incendiada en Lumaco, transportando al general Juan Eduardo González, así como a la prensa regional, de manera de que los medios de comunicación de La Araucanía pudieran dar a conocer de primera fuente los daños que dejaron los incendios forestales en esta parte de Malleco, así como los esfuerzos que se realizan por la etapa de reconstrucción de la zona.