Si hablamos de información y conocimientos, ¿quiénes son más importantes? ¿La familia o las amistades? A juicio de un estudio de la University College London, son los amigos, quienes serían más eficientes para el intercambio cultural.
Por medio de un experimento desarrollado con un tipo de tecnología inalámbrica que mapeó las interacciones sociales en poblaciones lejanas de cazadores-recolectores, una del Congo y otra de Filipinas, un equipo de esa casa de estudios descubrió que las amistades cercanas facilitan el intercambio de información y cultura, incluso siendo unos pocos lazos, pero fuertes, entre amigos que conectan a familias no relacionadas.
De esta forma, las amistades fuertes son más relevantes que los lazos familiares para predecir los niveles de conocimiento compartido entre los individuos, de acuerdo a la tesis de esta investigación, publicada en la revista Nature Human Behaviour.
Según recogió el portal Science Daily, los científicos se fijaron en los cazadores-recolectores por ser los ejemplos existentes más cercanos a los estilos de vida humano y de organización social del pasado. Con ello, proporcionan ideas vitales sobre la historia evolutiva humana.
Específicamente, los autores observaron a poblaciones de las comunidades indígenas Agta, en Filipinas, y Bayaka, en el Congo, cuyas redes sociales fueron registradas mediante unos dispositivos llamados "mote", que consisten en una tecnología de detección inalámbrica que se usa como brazalete y que puede registrar las interacciones que una persona tiene a lo largo de un día.
Los "motes" grabaron una a una las interacciones en intervalos de dos minutos durante 14 horas al día, a lo largo de una semana, obteniendo un nivel de detalle "sin precedentes", según aseguraron los encargados del trabajo.
En total participaron 200 miembros de seis comunidades Agta y 132 personas pertenecientes a tres campamentos Bayaka, registrando 7.210 y 3.397 interacciones, respectivamente.
Los académicos británicos recordaron que muchos de los rasgos que hacen únicos a los seres humanos, como un alto nivel de cognición, una cultura acumulativa y una hipercooperación, han evolucionado gracias a los complejos patrones de organización social.
En opinión de Andrea Migliano, profesora de Antropología del plantel londinense, "hacer amigos y tener una red de amistades es una importante adaptación humana que nos ha ayudado a desarrollar una cultura acumulativa".
La académica y sus colegas detectaron que en las comunidades estudiadas, las personas tienen relaciones muy fuertes con sus amigos, las cuales son tan robustas como las que establecen con sus familiares. "Estos amigos conectan los distintos hogares, facilitando el intercambio de información y cultura. Y son aquellas conexiones las que hacen eficiente a una red", explicó Migliano.
Al examinar las interacciones entre familiares cercanos y lejanos, la eficiencia de las redes no se vio alterada, a diferencia de lo que ocurrió cuando se asignaron amigos al azar, cuando sí se redujo significativamente.
Una película disipadora de energía solar térmica podría sustituir al aire acondicionado como método para refrescar entornos, según un nuevo estudio divulgado esta semana por la revista Science.
La investigación, hecha por la Universidad de Colorado y de la Universidad de Wyoming, encontró un nuevo método para mantener espacios frescos de la energía termosolar en forma de radiación infrarroja, en lugar del alto nivel de energía que gastan las técnicas actuales como el aire acondicionado.
Este método pasivo de enfriamiento radiativo consiste en extraer el calor de las superficies y luego emitirlo en el espacio como una radiación infrarroja.
Uno de los principales investigadores del estudio y especialista en ingeniería electrónica, Yao Zhai, y su equipo desarrollaron una fina película de polímeros transparentes a la vista que albergan microesferas de vidrio aleatoriamente distribuidas.
Estos materiales, combinados y revestidos con una capa de plata a nanoescala, reflejaron aproximadamente el 96% de la irradiación solar en condiciones de mediodía y produjeron una potencia de refrigeración radiativa superior a 100 vatios por metro cuadrado.
Según los autores del estudio, el material de la película es ligero y se adapta fácilmente a las superficies curvas, además de ser "relativamente fácil" de producir en masa.
Un grupo de expertos de la Universidad de Lausana (Suiza) descubrió que el sueño de humanos y roedores oscila cada 25 segundos entre un estado de alerta y un descanso reparador.
El estudio, publicado en la revista Science Advances, revela que cada 25 segundos el cerebro y el corazón se preparan para un posible despertar, mientras que, en los 25 segundos siguientes, el cuerpo se adentra en un sueño beneficioso, esencial para la recuperación y la consolidación de la memoria.
Con el descubrimiento de este ciclo de 50 segundos repartidos entre recuperación y vigilancia, el equipo dirigido por la experta en neurociencia Anita Lüthi arroja más luz sobre los mecanismos complejos del sueño. Ya sea durante pocos minutos como las ratas y ratones o durante horas como los seres humanos, para los mamíferos el sueño es un pilar del bienestar tanto mental como físico.
Para que el sueño sea beneficioso, este debe ser "lo suficientemente largo y tener continuidad fisiológica", pero a la vez, también debe poseer un "cierto grado de fragilidad" para que el individuo dormido pueda "reaccionar ante impulsos externos y amenazas potenciales", explicó la Universidad de Lausana.
A la vez que el equipo del Departamento de Neurociencias medía las actividades neuronales y cardiacas de los ratones dormidos, expertos de la U. alemana de Tübingen realizaron la misma investigación con seres humanos.
Como resultado, los científicos hallaron este mecanismo de control del sueño hasta la fecha desconocido, que equilibra las necesidades opuestas de reparación y vigilancia y que funciona tanto en roedores como en humanos.
"Si alguien se encuentra en una fase continua de sueño y su gato salta sobre la cama, seguirá durmiendo imperturbable. Sin embargo, si el gato se posa en la almohada unos pocos segundos más tarde, en la etapa frágil de sueño, esa persona se despertará", ejemplificaron los coautores Sandro Lecci y Laura Fernández.