Dentista fue condenado a tres años y un día de libertad vigilada
DELITO. Felipe Flores Bravo fue condenado por pagarle a dos menores para obtener servicios sexuales entre 2014 y 2015.
El Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Temuco condenó ayer miércoles y por fallo unánime a Felipe Andrés Flores Bravo a la pena de 3 años y un día de presidio, con el beneficio de la libertad vigilada intensiva por igual lapso, en calidad de autor del delito -consumado y reiterado- de obtención de servicios sexuales de adolescentes. Según lo precisado en el caso, el delito ocurrió entre mayo de 2014 y marzo de 2015, en un departamento del condominio Los Conquistadores de Temuco.
El tribunal -integrado por los magistrados Ximena Saldivia Vega, Óscar Viñuela Aller y Luis Emilio Sarmiento Luarte- aplicó a Flores Bravo la inhabilitación absoluta perpetua para cargos y oficios públicos y derechos políticos mientras dure la condena, la interdicción del derecho de ejercer la guarda y ser oído como pariente en los casos que la ley designa, y la sujeción a la vigilancia de la autoridad durante los 10 años siguientes al cumplimiento de la pena.
Asimismo, el tribunal prohibió de por vida a Felipe Flores ejercer cargos, empleos, oficios o profesiones vinculados a la educación o que involucren una relación directa y habitual con menores. Asimismo, quedó con prohibición de visitar el establecimiento educacional de la ofendida, como aproximarse a ella o a su familia por el plazo de cuatro años.
Una vez ejecutoriado el fallo, el tribunal dispuso que se proceda a la toma de muestras biológicas del sentenciado para determinar su huella genética e inclusión en el registro nacional de ADN de condenados.
Los Hechos
En el fallo se dio por acreditado que Felipe Andrés Flores Bravo pagó una suma de $40.000 por cada vez que mantenía una relación sexual con las dos víctimas aludidas en el caso: la menor de 15 años al momento de los hechos identificada como T.M.M.G. y la adolescente de iniciales V.L.G.F. que tenía 17 años en la misma fecha.
Además se estableció que el condenado contactaba a las menores a través de las redes sociales Facebook y WhatsApp para concretar los encuentros en el condominio Los Conquistadores, ubicado en la avenida Pedro de Valdivia de la capital regional.