Familias de la Región cuentan cómo les alivia la gratuidad
UNIVERSITARIA Y TÉCNICA. Una joven angolina celebra la asignación del beneficio para ella y su padre. Además, madres solteras de jóvenes favorecidos hablan del peso que se quitan.
Para las familias de escasos recursos, o para aquellas que dedican su tiempo al trabajo remunerado, la educación se torna una pesada mochila al momento de cargar con la economía doméstica. Sin embargo, diversas familias de La Araucanía, esta vez confiesan que la gratuidad les quita esa tensión adicional.
Una familia de Angol se destacó este año por recibir un doble beneficio de una forma inusual: los favorecidos son una estudiante y también su padre.
Ambos son dos de los cerca de 3 mil estudiantes de Centros de Formación Técnica (CFT) e Institutos Profesionales (IP) que tendrán gratuidad en La Araucanía.
Catherine Salas González (18 años) estudió toda su niñez y juventud en el Colegio Adventista de Angol. Su meta es dedicarse al trabajo topográfico. "Quiero seguir avanzando con geomensura, que era lo que más me interesaba", cuenta la joven angolina.
En primera instancia, completó su Formulario Único de Acreditación Socioeconómica (Fuas), pero no salió favorecida. Su madre le ayudó a apelar. Presentó todos los papeles que el Ministerio de Educación le pidió para fundamentar su apelación, hasta que resultó.
"Estoy feliz. Es como sacarse un peso de encima por mi papá", celebra Catherine Salas. Su empatía hacia su padre se explica por los gastos que conlleva el quehacer en su hogar. Esto, porque vive con otros tres hermanos en la misma vivienda.
Con este fin, la joven decidió viajar diariamente hasta Los Ángeles -el trayecto entre una ciudad y otra equivale a una hora- para estudiar Topografía en la Inacap, institución que desde este año se unió a la gratuidad, pero no será la única de la familia: su padre Roberto Salas (42 años) comenzará este año a estudiar en el Programa de Continuidad de Estudios en Construcción Civil de la Universidad Católica de la Santísima Concepción en la misma comuna, para obtener el título profesional de constructor civil.
Con un título de Técnico a Nivel Superior en Construcción Civil bajo el brazo, Roberto Salas podrá convalidar sus ramos, e ingresará en el tercer año del programa curricular.
Si bien mantener el hogar económicamente no será el mismo desafío que sin gratuidad, el padre de Catherine debe afrontar otro desafío: mezclar el trabajo con el estudio a una hora de distancia de su universidad, luego de encontrarse trabajando desde hace un mes para la empresa CMPC en Mininco.
"Yo solía estudiar en horario vespertino (...) Llegaba a la casa entre 17 y 18 horas y luego estudiaba de 19 a 23 horas", indicó Roberto Salas.
En tanto la madre de la familia se dedica a un trabajo igual de demandante: es comerciante ambulante de ropa. Todos los días ocupa su automóvil para ayudar a llevar el pan a la mesa.
"Me siento feliz por eso, porque es una ayuda enorme para una familia. Es como ganarse un premio mayor, así que eso nos aliviana mucho. Era un sueño hasta hace poco", dijo Roberto Salas.
Sacrificios
Pero hay familias que cuentan sólo con un proveedor: la madre. Así es el caso del hogar de Sebastián Ancavil Queupumil, quien este año comenzará a estudiar la carrera técnica de Hotelería y Servicios en el CFT Inacap.
"Mi primera opción era Gastronomía Internacional, pero como era parecido, fue mi segunda opción", contó el estudiante.
Sebastián Ancavil vive en Padre Las Casas con su hermano que cursa tercer año medio en el Liceo Industrial de Temuco. "(La gratuidad) me llega en un momento súper especial, ya que vivo solamente con mi mamá y me ayuda bastante, porque así ella no trabaja más de lo normal y puedo costearme todo solo", contó el joven.
Y en la casa, la jefa es Yanet Queupumil, madre de Sebastián. Ella consignó que hace seis años dejó la comunidad Rayen Saavedra, de Vilcún, para llegar a Padre Las Casas. "No nos fue bien, así que nos tuvimos que regresar acá", dijo.
Luego de llegar a la comuna vecina a Temuco, la mujer comenzó a trabajar con un horario demandante, en un trabajo igual de exigente: encargada de aseo de la empresa Agrosuper.
"Yo me levanto a las 6 de la mañana. 7:30 ya entro a trabajar. Llego a las 6 de la tarde de nuevo a mi casa. Tengo un trabajo estable, pero gano el mínimo, entonces no me alcanzaría a pagarle una carrera a mi hijo, pero sí quería que fuera alguien en la vida. Que saliera profesional, porque yo tengo cuarto medio", contó la mujer, quien hoy se encuentra separada del padre de sus hijos.
Yanet Queupumil asegura vivir con el sueldo mínimo, de los cuales $140 mil dedica al pago de la vivienda que arrienda para ella y sus dos hijos, "me alcanzan para la casa cerca de $60 mil, pero a veces no me alcanza para mi hijo y me tengo que meter en créditos para comprarles vestimentas".
Por ello es que dice sentirse orgullosa del logro de la gratuidad, ya que, de lo contrario, "estaríamos pagando. Con el mínimo que gano, no me alcanzaría. Iba a seguir trabajando más, esforzarme. Iba a trabajar en otro lado, aunque sea haciendo aseo en casa, pero iba a tener algo extra para educar a mi hijo".
Ayuda para hijos
Una historia similar vive Sofía San Martín (18 años), quien estudiará Técnico en Odontología en el CFT de Inacap. Su presentación del Fuas le permitió optar por la gratuidad. "Gracias por darme la oportunidad de estudiar gratis, porque yo en lo personal no tenía los recursos", consignó.
En su casa, viven ella, su hermano y su madre, Nixia Viscarra, quien también vive separada. Si bien hay tres personas presentes, hay una cuarta integrante de la familia que también depende de la proveedora del hogar. "Tengo una hija mayor que se está educando en Argentina, por el mismo tema de que allá es gratis. Tengo que ayudarla también económicamente. Allá es mucho más a beneficio que acá", contó Viscarra, quien trabaja en el salón de belleza "Pretty's", lo que le ha alcanzado para ahorrar (aunque lo invirtió en adquirir la casa donde viven en Padre Las Casas), y los gastos diarios del hogar.
Con orgullo por su madre, Sofía San Martín dijo sobre la gratuidad recibida que "es como una forma de devolverle todo a mi madre y, a la vez, elegir lo que yo quise estudiar".
Tanto la familia de Sebastián Ancavil como la de Sofía San Martín estuvieron presentes en un desayuno de celebración en el edificio del Gobierno Regional, encabezado por el intendente Miguel Hernández y el seremi de Educación, Marcelo Segura.
"Lo que estamos diciendo a estas cerca de 3 mil familias que tienen hijos en los CFT que van a tener derecho a gratuidad el 2017 es que esta es una política pública que ya se instaló", destacó la autoridad.
"(La gratuidad) me llega en un momento súper especial, ya que vivo solamente con mi mamá y me ayuda bastante".
Sebastián Ancavil,, estudiante de CFT Inacap"
"Tengo un trabajo estable, pero gano el mínimo, entonces no me alcanzaría para pagarle una carrera a mi hijo".
Yanet Queupumil,, madre de Sebastián Ancavil"
"(La gratuidad) es como una forma de devolverle todo a mi madre y, a la vez, elegir lo que yo quise estudiar".
Sofía San Martín,, estudiante de CFT Inacap"
Continúa el plazo para completar el Fuas
Si bien desde la Seremi de Educación informaron que este año hay 6.700 nuevos estudiantes con el derecho de gratuidad en la educación superior, las autoridades insisten en que la cifra puede variar, ya que continúa vigente el plazo para completar y enviar al Ministerio de Educación el formulario Fuas. Para quienes no hayan hecho este trámite, el proceso se extenderá hasta el 20 de marzo, para lo que se debe recurrir a las páginas www.gratuidad.cl o www.beneficiosestudiantiles.cl . Junto a esto, también se mantiene la posibilidad de apelar a rechazos del Ministerio de solicitudes de beneficios, lo que se podrá realizar hasta el 8 de marzo.
"Estos 23 mil estudiantes que van a tener derecho a la gratuidad (en la Región) también incorporan a jóvenes de CFT e IP".
Marcelo Segura,, seremi de Educación"
"Lo que estamos diciendo a estas cerca de 3 mil familias que tienen hijos en los CFT que van a tener derecho a gratuidad el 2017 es que esta es una política pública que ya se instaló".
Marcelo Segura,
seremi de Educación"
3 mil estudiantes de Centros de Formación Técnica (CFT) e Institutos Profesionales (IP) en uno de los tres recintos de este tipo en La Araucanía son beneficiarios de la gratuidad.
Tres recintos tipo CFT e IP en esta Región se incorporaron a la gratuidad este 2017: el CFT e IP de Inacap e IPChile. Estos se suman a las cinco casas de estudio que ya se habían adscrito a gratuidad desde 2016.
23 mil jóvenes tendrán algún tipo de beneficio económico en La Araucanía para estudiar en cualquiera de los módulos de educación superior: universidad, CFT o IP.