En junio de 1941, Emilio Inostroza y su amigo Alfredo Palacios planifican un asalto que termina con Eusebio Salamanca y Fidelina Lagos muertos. Tras caminar durante toda la noche desde Vilcún a Huichahue, el dúo roba la casa de la pareja de ancianos, no sin antes apuñalarlos con un cuchillo artesanal.
Dos días más tarde son capturados por Carabineros, comenzando así un proceso policial que dos años después condena a muerte a Emilio Inostroza y a cadena perpetua a Palacios. El fusilamiento se realiza en la madrugada del 8 de septiembre de 1943 en la Cárcel de Temuco, exactamente a las 6.50 horas.
Meses después, el Patio 19 -donde descansan sus restos- se transforma en un lugar de peregrinación para cientos de temuquenses, convirtiéndose así en la animita más famosa del Cementerio General. A más de 70 años de su deceso, el investigador Patricio Riquelme decide contar la historia de este santo y bandido.
Transformación
"Durante los días que pasó en la cárcel la gente notó un cambio en Emilio", comentó Riquelme, explicando que dentro de ésta Inostroza comenzó a ejercer su antiguo oficio de talabartero. "Mostró buena conducta, se dedicó a la oración, se casó con Ernestina Lizama, su mujer de siempre, dos días antes del fusilamiento".
Si bien la gente comenzó a visitar tímidamente la tumba de Inostroza, con el tiempo el lugar comenzó a llenarse de placas de agradecimiento por los favores concedidos. Incluso se pueden observar que éstas llegan desde Ecuador y Argentina, además de las diferentes comunas de la Región, demostrando la gran popularidad de "San Emilio".
A diferencia de otras animitas populares, que se instalan en el lugar donde ocurrió el hecho sangriento, la del "Santo Popular" se construyó sobre su tumba. Esto porque las personas se dieron cuenta que "concedía o intermediaba en algunos milagros", aseguró Riquelme.
El libro y documental, "San Emilio: santo y bandido", fue presentado en la Galo Sepúlveda y contó con el apoyo del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, el Archivo Regional de La Araucanía y el Cementerio General de Temuco. Los ejemplares estarán disponibles en todas las bibliotecas públicas de la Región, además del Archivo.
Verso de un presidiario
"Mis amigos, les voy a contar este caso que a mí me pasó, en el alba del 8 de septiembre una bala mi vida acabó. A pesar de mi triste sentencia que en mi pecho vino a grabar, no me asusto por tal cruel castigo, soy chileno lo puedo afirmar. Aunque ahora me encuentro engrillado por cumplir mi destino fatal, he tomado este lápiz en mis manos para asimismo poder explicar. Yo lo digo, lo he dicho mil veces, que esto a mí no me debía pasar, fue la mala defensa que tuve la razón porque me van a matar. Y con esto aquí me despido, muy sereno y tranquilo estoy y pensando que allá en la otra vida, solo tengo que verme con Dios", escribió Emilio Inostroza antes de ser fusilado en 1943.
años de investigación son el resultado de "Emilio Inostroza: santo y bandido". 2
años han pasado desde el fusilamiento de Emilio Inostroza en la Cárcel de Temuco. 73