Héctor Ochoa Mardones
El mural de Paulina Morales recorre la historia del Mercado Modelo de Temuco, donde la artesanía, los aromas y la prosa de Pablo Neruda se unen en un testimonio patrimonial de 128 metros de largo, que la artista pintó en 24 días -del 1 al 24 de marzo de 2017- en el frontis del Cementerio General de Avenida Balmaceda.
"El proyecto surge para conmemorar la vida del Mercado Municipal después del incendio. Ahí, con la herida abierta, decidimos hacer algo representativo y se nos ocurrió un mural y empezamos a buscar un lugar que fuera público y llegamos al cementerio", señaló la Licenciada en Artes Visuales de la Universidad Católica de Temuco.
Por lo mismo, según agregó la pintora, muralista y escultora, la obra tiene un recorrido visual, que comienza con una carreta que transporta al mercado de abasto, para llegar al pasillo del emblemático recinto capitalino, donde se vendían artesanías y alimentos que identificaban a la Región, continuando con una ñaña y su telar, además de la figura de Pablo Neruda.
Precisamente, la artista quiso rescatar la imagen del premio Nobel porque se formó como poeta en La Araucanía. "Fue bonito incorporarlo a través de un extracto de un poema que él dedica a la muerte, en el que habla de ésta de manera pictórica, con colores; habla de violetas y de verdes, la retrató de manera onírica", agregó Morales.
Técnica
Según detalló Alma Violeta -seudónimo artístico que utiliza- "el muro estaba bastante deteriorado, entonces nosotros jugamos un poco con eso, con el relieve, incorporamos el mosaico que es cerámica con fragüe, para darle unos toques más bellos. Por lo que, efectivamente, jugamos con la tridimensionalidad".
El proyecto es un FNDR de 2016 que se adjudica tras realizar una alianza estratégica con la Corporación Cultural de Temuco, y que tras ser aprobado contó con el apoyo de la directora del Cementerio General y del Sindicato de Trabajadores del Mercado Municipal. "Agradezco además a la gente de la pérgola y a quienes nos ayudaron".
También participó el muralista de Quilpué Ricardo Langer; Ojo Piojo en las letras; y la familia de Morales. "Estoy súper feliz y me di cuenta de la responsabilidad que tenía. Quiero seguir con otros proyectos, tal vez continuar con éste o dedicarme a Balmaceda, porque debe ser resaltada por su contenido histórico", concluyó la artista.