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Lo que queda del imperio romano en tierras holandesas

HISTORIA. Estatuas y objetos de cuidada fabricación han sido encontrados por los arquéologos en un terreno equivalente a 36 canchas de fútbol.
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Agencias

Durante las excavaciones para construir un parque empresarial en Tiel, al sur de Holanda, se descubrieron restos del Imperio Romano como piezas de bronce, una estatua de piedra de Júpiter y una lápida con la inscripción "DEAE" (la diosa), explicó el arqueólogo Henk van der Velde.

"Se trata de uno de los asentamiento más ricos de la expansión romana. Esta excavación ha demostrado el gran valor que aportó el Imperio romano a Holanda mientras trataba de dominar territorios", detalló el profesional concentrado en el estudio de las piezas, cuyo valor todavía no está determinado.

Inventario

Entre los objetos hay dos estatuas de piedra, un material que no se podía encontrar en la región holandesa de esa época, lo que da cuenta de su importación. De ellas, una de 45 centímetros representa al dios Júpiter, el máximo exponente de la mitología romana.

También fue localizada una lápida con la inscripción de "DEAE" (la diosa) sobre la moldura, un lujo que solo unos pocos podían permitirse sobre su tumba.

También bajo el terreno se escondían una jarra de barro, tazas y una copa de bronce decorada al milímetro y con "curiosos detalles", que se utilizaba para guardar aceite.

Junto a ella, había un anillo grande "probablemente de un hombre", de acuerdo a Van der Velde, y que muestra un centauro blanco, mitad hombre mitad animal, sobre fondo negro.

"El descubrimiento de estas piezas, muchas hechas de un material de gran valor durante la época, o incluso inexistente en este territorio, es todo un misterio que podrá arrojar luz sobre un carácter desconocido de los romanos", agregó el experto.

Frontera

Tiel está ubicada al sur de Holanda, y la zona es conocida por el hallazgo de restos de las edades de Piedra y del Hierro, además de representar la frontera norte del Imperio Romano, que se extendió entre los años 27 a.C. y 476 d.C.

En aquella época, la región era habitada por los bátavos, pueblo que cultivó las tierras a orillas del Rin y residía en casas construidas con madera y arcilla.

"Esa zona se convirtió más tarde en un área militarizada y de fortalezas romanas. Los restos de unos y otros muestran una mezcla de culturas, así como su integración en lo que hoy es Holanda", explicó el arqueólogo a cargo del análisis de las reliquias.

Colección

Este descubrimiento, dijo el profesional, puede significar dos cosas: "Que la zona fue una residencia lujosa donde vivió un distinguido bátavo que quiso crear un trozo de Roma rodeándose de este tipo de lujosos y atípicos objetos, o que estamos ante los restos de un antiguo templo".

Van der Velde lamentó además que muchos tesoros arqueológicos fueran destruidos por la construcción de carreteras, advirtiendo que eso también podría ocurrir en este suelo, que equivale a cerca de 36 canchas de fútbol, lo que representa la investigación arqueológica más grande de las últimas décadas.

"La cultura romana es una de las más globalizadas de la historia. Muchos de estos objetos son parte de la mitología romana y acabaron de alguna manera en este territorio, lejos del centro y capital del Imperio", concluyó el especialista holandés.

Las excavaciones comenzaron en noviembre de 2016 y se prolongarán hasta octubre de 2017; mientras, las piezas localizadas se expondrán el próximo 8 de abril en Tiel.


Los daños provocados por contaminación lumínica se transmiten a los hijos

La intensidad de las luces de la calle, que se cuela a través de las ventanas mientras las personas duermen, o la claridad del celular cuando se revisa antes del descanso, altera la calidad del sueño, junto con facilitar la aparición de enfermedades como la diabetes. Estos efectos de la contaminación lumínica podrían ser traspasados a la descendencia, según un análisis de la Universidad de Ohio, EE.UU., que revisó esta tendencia en modelos animales.

En el reporte, las crías de hámster cuyos padres no "disfrutaron" de un ciclo de horas diurnas y nocturnas normal antes de emparejarse, poseen sistemas inmunes y endocrinos debilitados.

"Nuestros resultados sugieren que las interrupciones en el ciclo circadiano pueden tener efectos de largo alcance sobre la descendencia, lo cual resulta muy preocupante", explicó la directora de la investigación, Yasmine Cisse.

Para llevar a cabo el estudio, los autores partieron de la base de que las interrupciones en la actividad hormonal provocadas por factores estresantes en ratones adultos, pueden causar cambios tanto psicológicos como fisiológicos en la descendencia, evidencia constatada durante largo tiempo.

El traspaso de las consecuencias de estos factores medioambientales es heredada a los hijos a través de los cambios epigenéticos, es decir, alteraciones moleculares que, si bien no alteran la secuencia del ADN, modifican la forma en la que se expresan los genes.

Las crías nacidas de parejas de ratones sometidos a una luz tenue presentaban una baja en la respuesta inmune, cambios en la actividad genética en el bazo y daños potenciales en el sistema endocrino, pese a haber crecido en un ambiente lumínico normal.

"La gente está empezando a aceptar que la contaminación lumínica es seria, y tiene consecuencias para la salud muy significativas", agregó el investigador Randy Nelson.

Tierra de tesoros

En Holanda también fueron encontradas unas 90 monedas de plata del siglo XVI, en Westwoud, localidad al norte del país. En el dinero está acuñada la cara del monarca español Felipe II, que reinó en los Países Bajos durante la época caracterizada por tensiones religiosas, resistencia de los mendigos, saqueos, incendios provocados y la tributación española. "Es comprensible que un agricultor decidiese poner su capital en una olla y enterrarlo", analizó en la agencia de noticias Efe el arqueólogo Michiel Bartels.