Secciones

Tradicional Domingo de Ramos se vivió con fervor

ENCUENTRO. Más de dos mil personas llegaron hasta la plaza Aníbal Pinto para recibir la bendición y presenciar la misa.
E-mail Compartir

Isabel Farías Meyer

Nuevamente el Domingo de Ramos generó un espacio de comunidad y concentración en torno a la fe en la ciudad capital. Al igual que años anteriores, la plaza Aníbal Pinto fue el escenario donde cientos de feligreses alzaron sus manos para que el obispo de Temuco, Héctor Vargas, bendijera el característico ramo de hojas de olivo.

Posterior al encuentro frente a la Catedral de Temuco, el obispo presidió la misa en donde rescató en su homilía la importancia de la persona y la paz en momentos de mucha violencia.

El obispo de Temuco, Héctor Vargas, explicó en la misa que comenzó pasadas las 12.30 horas, que el encuentro en la plaza buscó representar la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén cuando fue recibido de forma sencilla y con ovación.

Asistentes

Para Karla Reyes (25), visitar la Catedral el primer domingo de abril "es una tradición familiar. Mantengo el ramo en mi hogar hasta el próximo año. Ahora -ayer- llevo uno para la casa de mi mamá y otro para mí", dijo, en alusión a que es un domingo importante para los creyentes porque es el previo a Semana Santa.

Karla Reyes fue una de las dos mil personas que estuvieron en la misa y que escucharon la homilía que se centró en el ser humano y su vínculo con Dios y la violencia.

"Hoy se trata de borrar la imagen de Dios, se le trata de evitar y marginar pero la verdad es que si nosotros tratamos de hacerlo, terminamos atentando contra el ser humano y su dignidad", dijo Vargas.

Jorge Bergoglio, ante los miles de fieles que se congregaron ayer en la plaza de San Pedro del Vaticano para presenciar el Evangelio de Domingo de Ramos, condenó el atentado perpetrado dentro de una iglesia cristiana en la ciudad egipcia de Tanta, en el que murieron al menos 25 personas.

Siguiendo la misma línea, en La Araucanía, el obispo de Temuco también rechazó que "todos los días escuchemos noticias de delincuencia y violencia en nuestro país, ya no importa nada", dijo, agregando que cada acto violentista es negar la fe y el amor.

Jorge Sepúlveda (50), minutos antes de terminar la misa, se acercó a la figura de Cristo del costado de la Catedral para arrodillarse y besar sus pies. Tras preguntarle el significado respondió que "todos queremos ser felices y sentirnos protegidos. Él para mí es compañía, cariño y paz. Vengo todos los Domingos de Ramo a verlo y a agradecerle por mi familia", finalizó.