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El Obispo, en Angol

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El Obispo de la Diócesis San José de Temuco viajó este año a Angol para presidir el Vía Crucis en la Parroquia Inmaculada Concepción. Junto a los fieles del templo más antiguo de la diócesis, monseñor Héctor Vargas recordó el sentido del símbolo que representa a esta fecha. "La cruz está para el mundo, no en contra de éste... La cruz es el 'no' definitivo e irreversible de Dios a la violencia, a la injusticia, al odio, a la mentira. Y al mismo tiempo es el sí al amor, la verdad, al bien. Cristo ha resucitado de la muerte, también su corazón ha resucitado de la muerte. Él vive por todos nosotros", recalcó el líder espiritual.

Fieles recordaron "El camino de la cruz" en Temuco

VÍA CRUCIS. Integrantes de la Parroquia El Sagrario recrearon el Vía Crucis en diversos puntos del centro de la ciudad.
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Mientras otras comunidades católicas de la ciudad y la Región respondían con igual fe, respeto y compromiso a la fecha del calendario cristiano, los fieles de la Parroquia El Sagrario de Temuco salieron a la calle desde la Catedral para rememorar el Vía Crucis en diferentes puntos del centro de la ciudad, acto litúrgico que recuerda el sacrificio que Jesucristo hizo por la humanidad hace 2017 años.

Presidido por el párroco Mario Ross, "El camino de la cruz" conmemorado en pleno centro de la capital regional tuvo lugar en una ruta que consideró las principales calles que conectan el centro de la ciudad en un radio de varias manzanas y que tomó algunas esquinas para resaltar las estaciones que enfatizan los distintos momentos del padecimiento que sufrió Jesucristo antes de terminar muerto en la cruz por órdenes de sus perseguidores y detractores.

En una fecha más de Viernes Santo, el padre Mario Ross envió ayer un mensaje a la comunidad local y regional.

"El mensaje es seguir a Jesús como un modelo de vida que se entrega por amor a toda la humanidad, para hacer las cosas bien, evitar la violencia, los odios, las peleas, para optar, por el diálogo y por la paz que tanto necesitamos en nuestra Araucanía. Es indispensable sentir esta presencia de nuestro Señor que padece, muere y resucita con un proyecto confiado en Dios y que también nosotros esperamos alcanzar algún día según nuestras acciones, nuestras actitudes, nuestras obras y así también poder dejar un granito de arena aquí en esta Región, de ser instrumentos de la paz, del amor y la generosidad del Señor que hoy tanto falta en este mundo dividido y tan lejano de su mano", precisó el párroco.

Junto a sus diáconos, Ross recordó por qué la Iglesia cada año vuelve sus pasos hacia el camino de la cruz. Al respecto enfatizó que la Iglesia se precia de ser depositaria de toda la vida que tuvo Jesucristo en su paso en medio de la humanidad y sobre todo de esta última semana de sufrimiento. Al repasar cada estación lo que se pide a los creyentes es hacer memoria y reflexionar sobre el sacrificio y generosidad de Cristo "por nosotros".