Camilo Garrido
Desde que Curarrehue es Curarrehue. Desde esa fecha los habitantes de la comuna -que fue fundada en 1981- dicen que la localidad necesita urgentemente la instalación de una planta para el tratamiento de aguas servidas, ya que no posee ninguna.
Por este motivo, diversas agrupaciones sociales y de protección al medioambiente exigen a las autoridades comunales y regionales la creación de un recinto que procese los desechos que genera la comuna.
El problema, indican los actores sociales, es que ante la falta de un método de disposición de los líquidos, los desechos que produce la comuna van a parar al río Trancura, una cuenca de 78 kilómetros de longitud y que desemboca finalmente en el lago Villarrica.
Johanna Umbach, miembro de la agrupación Feria Walüng, es una de las impulsoras del movimiento que busca proteger los recursos naturales. "La principal meta es conservar ese río (Trancura) para las futuras generaciones y la diversidad de animales que hay ahí", dijo la activista.
Umbach además indicó que no sólo Curarrehue está siendo perjudicada por los desechos, sino también Villarrica y Pucón, ya que el cauce desemboca en el lago Villarrica. "Nosotros mismos igual llevamos la culpa por esa calidad, porque no tenemos una planta de tratamiento y nuestros desechos todos se van directamente al río. Es una autocrítica y una responsabilidad que tenemos que asumir", dijo.
Anita Epulef, integrante de Guardianas del Territorio, ya convocó a una reunión (ver recuadro) para coordinar las acciones a seguir. "Va a ser una demanda mucho mayor que vamos a mantener en la comunidad", indicó.
Epulef aludió a que se necesita voluntad de parte del gobierno para concretar una necesidad imperiosa y que no es nueva.
"Toda persona de Curarrehue está molesta con esto, pero no se ha tomado la iniciativa como apoyar los requerimientos que hace el municipio, el Gobierno Regional, y pasa por hartas cosas", comentó.