La Organización Mundial de la Salud (OMS) emitió ayer un informe sobre la propagación de las hepatitis B y C, dado que solo una pequeña fracción de los 325 millones de personas contagiadas saben que están enfermas. La organización internacional instó a los gobiernos y a los propios ciudadanos a educarse sobre el tema y, en el caso de poseer este virus, iniciar un tratamiento.
Se estima que, en el año 2015, murieron 1,34 millón de personas a causa de la enfermedad hepática. Esta cantidad es más grande que la de las muertes provocadas por el VIH (Sida). "Estamos experimentando un incremento de la mortalidad", aseguró el director del programa de hepatitis de la OMS, Gottfried Hirnschall.
La diferencia está en que mientras el contagio de VIH se está reduciendo en el mundo, gracias a las décadas de campaña, las hepatitis van en aumento, pese a la vacunación de los niños en los países con mayores ingresos.
Hepatitis b y c
La OMS declaró la existencia de cinco tipos de hepatitis, aunque el informe difundido ayer está centrado en las de características B y C, debido a la alta tasa de contagio a nivel mundial.
La hepatitis B es una infección viral del hígado que puede terminar en una enfermedad crónica. Este virus se transmite por contacto con la sangre u otros líquidos corporales de una persona infectada.
Más de 686 mil personas mueren cada año como consecuencia de la hepatitis B.
La hepatitis C se transmite a través de la sangre, fundamentalmente por prácticas de inyección poco seguras, la esterilización inapropiada de equipo médico y las transfusiones de sangre sin analizar.
Su manifestación varía entre una dolencia leve que dura algunas semanas y una enfermedad grave de por vida, como el cáncer de hígado y la cirrosis.