Alcohol al volante
La Ley Emilia cumple en septiembre tres años desde su entrada en vigencia. Sin embargo, los irresponsables siguen presentes en las calles y rutas.
L a Ley Emilia cumplirá en septiembre tres años desde que entró en vigencia. Se trata de una normativa que modifica la Ley Tolerancia Cero, y que nace tras una demanda ciudadana con el fin de endurecer la normativa anterior respecto a los conductores en estado de ebriedad que generen lesiones o muertes en carretera.
Si bien la ley ha dado algunos resultados positivos, siguen existiendo conductores irresponsables que abordan un vehículo para conducirlo estando bajo los efectos del alcohol.
Lo inquietante de esta situación es que numerosas personas están expuestas a la irresponsabilidad de estos conductores, que generalmente se creen inocentes. Un conductor ebrio es peligroso para otros automovilistas, para peatones y para los bienes privados y públicos.
Otro aspecto lamentable es que quienes rodean a estos conductores ebrios no son capaces de aconsejarlos y exigirles que no conduzcan.
Al final la complicidad mal entendida termina por dejar una estela de daños y en un grave problema al infractor.
Pese a todo, la nueva normativa no ha sido capaz de frenar a tanto imprudente que no piensa en quienes les rodean, quedando expuesto a generar algún "accidente", que en este caso debiera perder esta condición y llamarse "cuasi delito y delito de homicidio". Aún cuando los riesgos de conducir en estado de ebriedad son mayores que hacerlo bajo la influencia del alcohol, ambos son peligrosos.
Parece que en nuestra sociedad no conocemos bien el concepto de actuar en conciencia y somos transgresores por naturaleza, lo que requerirá de un gran trabajo policial para revertir esta situación.
Mientras tantos seguiremos teniendo en nuestras calles conductores que no tienen ningún escrúpulo a la hora de tomar el volante con varias copas de más y perdiendo por completo sus reflejos. Alguno morirá, pero lo más lamentable es que muchos de ellos se llevarán a personas inocentes que respetaron todas las reglas pero igual perdieron la vida, sin tener culpa.