Correo
Acoso callejero
Muchas veces las personas usan las redes sociales para hacer descargos sobre algún acontecimiento que presenciaron, ya sea de mala o buena forma. Lamentablemente siempre es más para cosas negativas, y lo que más he leído últimamente es sobre el acoso que reciben las mujeres, en general, ya sea desde una estudiante a una mujer mayor, es en este momento cuando uno se pregunta, ¿podemos andar tranquilas por las calles? Es increíble pensar que en estos días tenemos miedo de andar solas en cualquier parte, la seguridad es algo básico que se necesita, y como no obtenemos esto debemos recurrir a otros medios. Recuerdo que el año pasado habían varias niñas que comenzaron a comprar paralizadores eléctricos, gas de pimienta e incluso estos bastones que utilizan los carabineros y mejor ni imaginar qué otro artefacto podría llegar a poseer alguien que ya fue atacada. El punto de todo esto es dar a conocer, por otro medio, lo que enfrentamos las mujeres diariamente, lo ideal sería que hubiese más actividad policiaca en las calles ya que personalmente son pocas las veces que he visto carabineros cuando salgo de la universidad. Pero lo mejor es andar con precaución.
Macarena Voisier, estudiante de Técnico en Turismo, UCTemuco
Avenida inundada
Por medio de su diario quiero hacer público algo que afecta a todos los transeúntes de Avenida Alemania, ya que cuando llueve la calle se llena de agua, lo que hace casi imposible a los peatones transitar por ésta. Cabe recordar que esta avenida es una de las más importantes y con mayor afluencia, ya que se encuentran universidades, el hospital, el museo, el casino y centros comerciales. Hago un llamado a las autoridades para que hagan algo al respecto. Carlos Coliman Paineo, estudiante de Topografía UCTemuco
Arrepentimiento militar
En relación con la carta de don Jaime Manuel Ojeda Torrent publicada ayer, bajo este mismo título, cabría comentar que a los militares que están cumpliendo penas de presidio no les son concedidos los mismos beneficios que a los demás chilenos. Ello se debe al decreto 924 del Ministerio de Justicia del 22 de febrero de 2016, que establece requisitos adicionales para ellos, consistentes en el arrepentimiento por los hechos cometidos y en la exigencia de aportar antecedentes en las causas de Derechos Humanos. ¿De qué podrán arrepentirse quienes son inocentes o no tienen culpabilidad en el delito que se les imputa? ¿Qué antecedentes podrán aportar si no los tienen? Los precitados requisitos, exigibles solo a una cierta categoría de personas, constituyen una discriminación arbitraria expresamente prohibida por nuestra Constitución.
Por otra parte, cabría agregar que los grandes responsables de la tragedia de 1973 y de sus secuelas son los miembros de la clase política en general -que llevaron a Chile a un callejón sin salida- y los máximos dirigentes de la Unidad Popular en particular, que ampararon y promovieron la violencia revolucionaria armada desde la década de los años 60 hasta el término del gobierno militar. Lamentablemente los militares, que no tuvieron relación causal alguna con dicha tragedia -y que tuvieron que combatir a un ejército irregular que llevaba a efecto una cruenta guerra subversiva- son los que están sufriendo las consecuencias. Ellos han pasado a ser las víctimas sacrificiales de las que nos habla René Girard en su obra "El chivo expiatorio": en los militares y carabineros quedan concentrados todos los males y quedan libres de culpa quienes son sus verdaderos responsables.
Adolfo Paúl Latorre, abogado
¿Iguales ante la ley?
El Diario Austral de su digna dirección, en su edición de hoy domingo informa de la agresión sufrida por un fiscal el día sábado, en manos de una mujer. Para el punto que expongo, es irrelevante que la persona agresora sea hombre o mujer. Lo que sí me llama poderosamente atención son dos aspectos. La primera, que la autora de un hurto, lisa y llanamente se vaya para su casa como si aquí no hubiera pasado nada. Me da pena la ley de este país, más pena me dan las pobres víctimas. La autora del delito, con abogado gratis, la agredida, debe pagar uno. Es para llorar. Lo segundo, se habla de la existencia de una figura que la ley contempla en forma especial, cuando se agreda o se maltrate a un fiscal. Pregunta. ¿Y cuando se maltrata a un carabinero, a un gendarme que custodia el tribunal, ambos igualmente en el ejercicio de su deber que le fija el Estado, no hay nada "especial" por ahí, que los proteja? Seguramente en un tiempo más, nos encontraremos en que se dictarán normas legales para defender o acusar sólo a los que sean morenos, bajos, o entre 30 y 40 años. Ese mito de que la ley es igual para todos, por respeto a los lectores, no voy a decir lo que se hizo con ella.
Alejandro Carrasco Arévalo