Fueron guardaparques de distintas reservas y parques nacionales de la Región los primeros en darse cuenta que decenas de araucarias estaban experimentando un fenómeno anormal. A principios del 2016, ramas y árboles completos aparecían secos sin razón aparente, situación que encendió las alarmas dentro de la institución gubernamental y llevó a solicitar apoyo inmediato a científicos expertos de universidades nacionales e internacionales, para investigar qué era lo que estaba ocurriendo.
Tras realizar diversos estudios científicos de manera paralela, se determinó que el 93% de la especie está infectado por un hongo para el que todavía no existe una forma de combatirlo, ya que ni siquiera se ha logrado identificarlo.
"Estimamos, sin considerar el aporte privado, que hemos invertido 400 millones en avanzar en este tema (...) luego de meses de estudios, los resultados indican que tenemos un incremento en la afectación de la araucaria, ya que en el estudio preliminar realizado cuando se detectó la situación, el 18% estaba sano", estimó el director ejecutivo de Conaf, Aarón Cavieres, quien ayer estuvo en Temuco participando de un seminario en el que se expusieron los avances de las decenas de estudios dedicados al fenómeno que afecta a las araucarias.
"En los 17 meses que han pasado desde que se detectó esta situación, hemos trabajado activamente con un equipo de trabajo junto a la Universidad de La Frontera -como anfitriona-, la Universidad Austral, de Chile, de Concepción y Mayor, aparte de la colaboración de BioForest, misiones de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), el Servicio Forestal de Estados Unidos y un experto sudafricano", añadió.
Superficie afectada
De acuerdo al último catastro de bosque nativo, realizado por Conaf en el 2014, La Araucanía concentra 199 mil de las 253 hectáreas que existen a lo largo del país, lo que significa que en nuestra zona está el 70% de las especies de araucaria araucana. De toda esa extensión, a nivel nacional, los investigadores calculan que el 93% está afectado en algún grado por la acción de un ente que, por ahora, solo se califica como de tipo "fungi".
"Para evaluar al detalle el daño, se registró como árboles pequeños para aquellos de menos de un metro y 30 centímetros, y ahí nos encontramos con la sorpresa de que la mortalidad era mayor, de un 7%, teniendo solo un 14% de árboles sanos. Y en las reservas nacionales, llegamos a una mortalidad del 50% (...) mayoritariamente en La Araucanía", detalló el académico del Departamento de Ciencias Forestales de la Universidad de La Frontera, Mauricio Reyes, precisando que las áreas parceladas catastradas fueron principalmente las ubicadas entre la Reserva Nacional Ralco, al sur del Biobío, la ladera sur del Parque Nacional Villarrica, correspondiente al área norte de la Región de Los Ríos.
"Si bien el porcentaje de mortalidad era bajo, alrededor de un 1%, el daño en los árboles llega a un 93%. Es decir, la mayoría de los árboles tiene esta enfermedad o sus síntomas presentes", añadió.
"Hay una disminución de la regeneración por la actividad de piñoneo, que también es un factor. Los valores de regeneración que obtuvimos en este estudio distan mucho de los promedios obtenidos hace 20 o 35 años atrás, cuando se hablaba de tres mil 500 a 20 mil plantas por hectáreas, cuando hoy estamos encontrando mil 500 plantas. Que tengamos menos regeneración y estemos llegando a un 10% de mortalidad en plantas jóvenes, es preocupante", sentenció Salas.
¿qué las está matando?
La respuesta de qué es exactamente lo que está afectando a las araucarias, todavía no está clara. Pero Rodrigo Ahumada, jefe de la división de Protección Fitosanitaria de BioForest, un centro de investigación dependiente del grupo de empresas Arauco, explicó que están "pronto a determinarla".
"Nuestra hipótesis es que se trataría de la acción de un agente patógeno, en este caso, un hongo. Hicimos cultivos de unas 30 especies de agentes encontrados, que actualmente están en laboratorios. En unos meses más, veremos si se producirá un síntoma similar al patrón de daño específico encontrado", anticipó Ahumada.
"Los datos preliminares dan cuenta de un fenómeno que se expande y que se trataría de un hongo".
Aarón Cavieres,, director ejecutivo de Conaf"